La ciudad de Barcelona estaba feliz, su equipo de casa

había conquistado el mayor torneo del mundo, siendo

responsable del turismo, además de lo convencional, el

mundo miraba a su equipo de fútbol y se iba para allá, para

tal vez conseguir ver a los astros y estrellas. Comprar las

camisetas e ir al estadio.

Pero Barcelona no era sólo eso, dentro de una de las

mayores iglesias, que aún se encuentra en construcción en el

mundo, la Iglesia de la Sagrada Familia uno de los celadores,

tenía un cariño enorme, por estar allí, él levantaba todos los

días, en las habitaciones al día fondo de la iglesia y se

apoderó de ella durante la noche, para evitar que alguien

entrar.

Su familia lo abandonó cuando aún era niño en la

puerta de un convento, donde cuidaron de él y le dieron el

nombre de Juan, sus ojos azules llamaban la atención,

cabellos rubios y cortos, arrepentidos, Juan tenía treinta años

de edad, y sólo, dos los sueños, el primero esta