~~~Levy.Sueño.Estoy en medio de un bosque lleno de bruma en una tierra que me resulta extraña. Entonces, escucho unos gritos que rompen el silencio, así que me dirijo hasta donde provienen, sintiendo temor y un mal presagio de que sé de quién se trata, aunque me diga a mí mismo de que esto no puede ser posible.No importa, igual, corro más aprisa, con mis garras arañando el suelo húmedo y lleno de hojarascas.y me detengo en seco al ver a un lobo que reconozco como Casius, quien va acompañado de unos guardias, quienes ahora tienen a una pareja de mediana edad acorralada, quienes gritan aterrorizados.Y cuando terminan con sus vidas, se van directo a arremeter contra un niño que me deja impactado, porque se parece mucho a mí.Casius se abalanza sobre él, así que trato de correr para detenerlo, pero se aparece una mujer de cabellos rojos y no tengo la menor duda de quién se trata.Ana.La garra de Casius está a punto de derribar al niño, pero es Ana quien la aparta, quedando herida,
~~~Tres años más tarde.Ana.―Deberías apresurarte y dejarme eso a mí, o se va a ser tarde para que llegues a tu trabajo―me dice Cinthia, mientras trato de darle el desayuno a los gemelos antes de irme.―No es justo para ti, además, adoro pasar el tiempo con mis hijos―le respondo, al tiempo que le doy un beso en sus cabecitas, mientras ellos comen sus pancakes con mucha, pero mucha miel, tanto, que sus boquitas están embarradas.―Vete ya―me ordena y me quita la espátula de las manos, para amenazarme con ella.Así que salgo casi a tiempo de la cocina y me encuentro a Calel entrando.―No entiendo para qué te matas trabajando, Ana―se burla de mí―cuando tomemos el trono y.…―intenta decir, pero yo muevo mi cabeza de lado a lado.―Cuando pase eso, ya Casius habrá muerto de viejo―me burlo de él―y mientras tanto, me preocuparé por traerle la comida de mis hijos―le aseguro y él hace un bufido.―Sabes que hablo en serio y pronto lo verás―me dice y mira mi cabello detenidamente, con el mechón d
~~~Ana.―Por supuesto que no―le espeto muy indignada por sus acusaciones―pero ahora no estoy sola y eso deberías de entenderlo―le recalco y él ahora se ríe muy irónico.―De eso es de lo que hablo, esa actitud sumisa, todo por causa de tus hijos―me acusa con rabia en la voz―a Casius no le importará nada cuando venga por ti, y estoy seguro de que no le temblará la mano, cuando le haga daño a tus queridos bebés, eso te lo puedo jurar―trata de persuadirme, lo cual hace que se me haga un nudo en la garganta, porque es cierto.Y miro por instinto a mis hijos, solo de pensar en lo que ocurriría con ellos, si Casius se entera que solo no me morí, como todos creen, sino que, además, tuve gemelos.―No, Ana, él no te va a perdonar, de la misma manera en que lo has perdonado tú, por haber asesinado a toda tu familia―prosigue Calel y ahora me toma por los hombros, pero me suelto de su agarre con la nueva fuerza que me da el espíritu de la loba blanca, algo que el nota y ya no intenta hostigarme f
~~~Ana.― ¿Estás triste, mamá? ―me dicen mis hijos, al ver cómo he quedado de descompuesta, luego de que se ha ido Calel.―El tío Calel te comprará un helado y te sentirás mejor―me aseguran y yo respiro profundo.Pero, no puedo contestarle y me voy directo a la casa, para que no me vean llorar, y ahora estoy en la cocina, y mis lágrimas salen a raudales, pensando en el peligro que se encuentran mis hijos con Calel cerca."¡Venganza contra Casius, venganza contra Casius!", sus gritos retumban en mi cabeza, sabiendo que Calel les está enseñando a odiar, a unos niños que tan solo deben saber que son amados, en lugar de albergar un sentimiento que hasta para los adultos nos es difícil llevar.―Mamá, abre la puerta, por favor―me piden, cuando se acercan a la cocina―no queremos que estés triste―me dicen y yo enseguida me limpio las lágrimas, y trato de poner mi mejor sonrisa para disimular mis temores.Que ellos no se preocupen más por mí.―Lo siento, es que estaba revisando un pastel en e
~~~Ana.―No creo que esa sea la razón suficiente para que nos unamos en una relación para toda la vida―le indico, pero él me toma mi mano entre las suyas con mayor firmeza.― ¿Qué, Ana? ¿Piensas que no soy un buen candidato? ―me dice con una sonrisa y ahora recuerdo lo atractivo que es―por si no te has enterado, soy todo un doctor―me indica con aire satisfecho.―No es eso, Peyton, te lo aseguro, pero es que... ―intento decir, pero él ahora se ríe a carcajadas.―Descuida, Ana, tampoco estaba hablando en serio, sé que es una decisión que se debe tomar muy bien―me dice sin poder parar de reír―debiste haber visto tu cara cuando te lo dije―me señala y ahora me siento molesta― ¡vamos, relájate? ―me pide y yo resoplo con fuerza.―Por lo menos, uno de nosotros es feliz por aquí―le señalo y él se ríe aún más.―Lo cierto, Ana, es que podemos fingir que estamos casados, así mi primo se pensará dos veces, antes de meterse contigo o con los niños―asegura, sin embargo, yo sigo meditando sus palabr
~~~Levy.―Deberías considerar esto que te propongo, mi alfa―me dice Ezra, mientras tenemos una reunión privada en mi habitación, en donde estoy seguro de que ninguno vendrá a molestarnos.Desde que Ana murió hace tres años, todo el mundo me ha venido a molestar por una razón: la muerte de Ekaterina, justo antes de que decidiera acabar con nuestro compromiso, algo que enojó a su padre, quien todavía me culpa.Lo cierto es que ella murió repentinamente, algo que a todos nos sorprendió, pero quedó muy claro que no tuve nada que ver, aunque él no quiera creerlo.―Alfa Casius ha amenazado con llevarnos a una guerra, así que debemos hacer algo y pronto―me señala, pero es que él no me está entendiendo.― ¿Y quién me compensa a mí por la muerte de Ana, a ver? ―le digo muy ofuscado―si fue Luna Escarlata y sus alfas quienes tuvieron la culpa de la muerte de Ana―le recuerdo y lo veo tragar en seco―era tan grande su rabia hacia ella, que incluso luego de la muerte, querían profanar su cuerpo―le
~~~Ana.Sabía que todo esto era una trampa.En cuanto Calel y Peyton se enfrascaron en una pelea, fui directo a buscar a mis hijos, pero fue inútil, ya que los hombres de Calel me atraparon, al igual que a Peyton, a quien le dieron una paliza por orden de su primo."Si quieres que tus hijos y Peyton sigan viviendo, debes hacer todo lo que te diga", me amenazó Calel, mientras estaba tratando de ayudar a Peyton, quien quedó muy mal herido."¿Cómo pudiste?", le reclamé, con lágrimas en mis ojos, "es tu propia sangre", le recordé, algo que lo hizo reír más aún."Es para que veas la diferencia entre tú y yo, porque no me importa nada ni nadie, con tal de lograr lo que quiero, ni siquiera mi propia familia, así como deberías hacer tú", se mofaba de mí con una sonrisa cruel, algo que me heló la sangre, porque, si no le importa con su propio primo, qué le va a importar con mis hijos.Y es por eso por lo que accedí."Si quieres volver a ver a tus hijos, tienes que hacer todo lo que te diga, d
~~~Ana.El miserable de Calel está logrando lo que quiere con Levy, incluso usándome como si yo fuera su moneda de cambio, como él mismo me llamó, un trofeo, y yo no me quiero ni imaginar hasta dónde llegará su ambición, tal y como me había dicho Peyton.―Por lo que sé, Casius podrá estar enfermo por mucho tiempo más―le responde Levy con sorna―él ha estado enfermo por más de un año y nadie podría asegurar cuando la Diosa lo llamará―le recuerda y Calel mueve su cabeza de lado a lado.―No he dejado nada a la suerte, créeme―le asegura con una sonrisa que me da ganas de vomitar―ni siquiera que tú estés aquí justo ahora y, por supuesto, no dejaría a la fortuna que mi tío muera―señala, declarando su delito.Pero justo cuando Levy está a punto de hablar, la puerta se abre y Peyton aparece.Con uno solo de mis hijos.Y ahora estoy más angustiada que antes.Calel está ahora rabioso, porque tal parece que no se veía venir que su primo pudiera rescatar a uno de mis hijos.― ¡Ana! ―me dice Peyto