~~~Levy.Escucho unas risas que provienen del pasillo y me causa curiosidad saber por qué lo están haciendo.Ya sé de quienes se trata, los he escuchado reírse durante toda mi vida, que ya me imagino que algo malo debe estar pasando.Y justo como lo espero, veo a Ana a punto de las lágrimas en su habitación con Leandra y Lesley detrás, riéndose.Pero hay algo peor dentro, lo que está viendo Ana desilusionada.― ¿Ese es el vestido de la boda? ―le indico preocupado al ver un traje casi carbonizado.―Pues, ¿qué otra cosa sería, mi alfa? ―me responde ella molesta―alguien se ha encargado de quemarlo y quieren que piensen que ha sido todo una venganza de su antigua Luna desde el más allá ―me cuenta y la sola idea me hace reír, lo cual trato de disimular.―Se lo he dicho ya, primo, ella no te merece―asegura esta vez Leandra, quien se está riendo ahora―y Violeta se lo está recordando―me dice y no sé si es por lo absurdo de la idea o qué, pero no puedo evitar el hacer un bufido.―Ya lárguense
~~~Levy.― ¡Mientes, maldito! ―le digo tan cerca de la cara, que veo cómo está temblando―la estabas secuestrando―le suelto, porque no, esto no puede ser cierto.―Tenemos una semana de estar planificando cómo lo haríamos, y de la cara que pondrías cuando te enteraras―me dice el muy imbécil―hasta me pidió que acelerara, justo cuando estuvieras delante de la limosina y que la vieras alejarse, ¡y nos reímos tanto por eso! ―me revela y yo ahora lo tiro al suelo, mientras arranco la puerta de Ana.~~~Ana.No me puedo creer todo lo que está diciendo el miserable de Calel, quien prácticamente me ha secuestrado en las mismas narices de Levy.Y ahora quiere hacerle creer que he estado de acuerdo con todo esto.No sé si creer lo que me ha insinuado Levy días atrás, referente a que es Calel mi verdadero enemigo.El que se encargó de la vida de mi abuela.Él me odia, estoy segura, porque sabe que Levy estallará en mi contra, justo como se ve en este momento.―Me has engañado―me dice Levy con tan
~~~Un mes más tarde.Ana.Los días pasan en esta horrible prisión en la que me encuentro, la clínica en las montañas que es como una jaula de oro, debo decir, ya que me proveen de todas las comodidades posibles, solamente para que no me estrese y no le pase nada malo a mi bebé.Pero estoy aislada de todo el mundo.Nada de radio o televisión y, mucho menos, algo con lo cual pueda comunicarme o siquiera enterarme de lo que pasó desde que fui encarcelada.Tampoco Levy me ha venido a visitar, así que supongo que ya no le importa disimular lo que realmente soy, la matriz que lleva a su bebé. En cambio, Amadeo está aquí a cada instante, como si fuera un perro guardián o algo por el estilo.Está pendiente de que tenga noticias del exterior, o que le haga preguntas a las enfermeras, quienes solo me hablan lo estrictamente necesario.Odio todo esto, pero no me debe extrañar, porque Levy siempre me castiga injustamente, sin preguntarme o investigar.Y Calel es peor que él, porque no le tembló
~~~Levy."Olvídate de esta mujer", me exige Sanjay por enésima vez, algo que me tiene cabreado, "¡esto es absurdo!", me espeta y yo ya estoy harto."Tengo suficiente con las exigencias de Casius y de su hija, como para que tú también me estés fastidiando", le suelto y él quiere salir de mi piel, "¿qué, no ves que estoy evitando una guerra aquí?", le recuerdo, tratando que entienda.Cuando Ana se fue y castigué a Calel duramente, de algún modo que no entendí, Casius se enteró de esto y vino a reclamar la manera en que había tratado a su sobrino.Y luego de tantas discusiones, él me dio un ultimátum.Para limpiar la afrenta, ambas manadas se debían unir por medio de un matrimonio.Así que eso es lo que haré hoy, unirme a una mujer que es tan prepotente como su padre.―Amadeo ha llamado para decirme que Ana a muerto―me dice Ezra en cuanto entra a mi despacho, algo que me deja atónito, pero luego tomo a Ezra por el cuello.― ¡Se suponía que estaba bien resguardada, ¿cómo demonios fue que
~~~Ana.― ¿En dónde estoy? ―le pido saber a la mujer y esta me vuelve a sonreír.― En Luna Creciente ―me revela y ahora recuerdo ese nombre, ya que es la manada de origen del médico.De seguro que pensó que era mejor traerme aquí.―Nadie te molestará en este lugar y podrás dar a luz sin problemas―me señala y yo respiro profundo, sintiendo el sabor de la libertad en mi garganta.~~~Unos meses más tarde.Ana.―Te traeré algo de fruta del pueblo―me dice Cinthia, cuando va saliendo por la puerta principal, mientras que yo estoy en una silla reclinable, en donde estoy más cómoda para que descanse mi bebé dentro de mi vientre―siempre he escuchado que es bueno para la salud―me asegura con una sonrisa y yo me despido de ella, aunque la verdad, no me gusta que se vaya.Porque me quedo sola pensando en cómo estará el padre de mi bebé, y en lo que habrá hecho, luego de que me declararon muerta y que debe estar dando por hecho de que fui enterrada en las montañas de Sombra Oscura.Cinthia me co
~~~Ana.― Oh, mi niña, ¡qué te ha pasado! ―dice Cinthia, en cuanto llega a la casa y deja todos los paquetes en el suelo, donde Peyton me está atendiendo.―No debería estar pasando, falta mucho para el parto―dice el doctor algo nulo por la impresión―debería estar al menos siete semana cerca de dar a luz―me indica, aumentando más mi angustia.― ¡Esto es culpa de ambos! ―les grita Cinthia, al tiempo que busca algunas almohadas para acomodarme, para luego llamar a Caridad, la vecina de al lado.Entonces ambas echan a Calel, quien sigue impresionado al verme como sufro, y al doctor, pero este se mantiene firme.―Soy quien puede ayudarla―se justifica y rápidamente, empieza a despertarse de su aturdimiento y me revisa el abdomen―esto no luce para nada bien, ni siquiera sé en qué posición está el niño, siento su cabeza, pero no encuentro los pies―advierte y yo no tengo la menor idea de qué va.―El dolor me está matando―les digo, mientras grito angustiada―por favor, ayuden a mi hijo, no impo
~~~Levy.Sueño.Estoy en medio de un bosque lleno de bruma en una tierra que me resulta extraña. Entonces, escucho unos gritos que rompen el silencio, así que me dirijo hasta donde provienen, sintiendo temor y un mal presagio de que sé de quién se trata, aunque me diga a mí mismo de que esto no puede ser posible.No importa, igual, corro más aprisa, con mis garras arañando el suelo húmedo y lleno de hojarascas.y me detengo en seco al ver a un lobo que reconozco como Casius, quien va acompañado de unos guardias, quienes ahora tienen a una pareja de mediana edad acorralada, quienes gritan aterrorizados.Y cuando terminan con sus vidas, se van directo a arremeter contra un niño que me deja impactado, porque se parece mucho a mí.Casius se abalanza sobre él, así que trato de correr para detenerlo, pero se aparece una mujer de cabellos rojos y no tengo la menor duda de quién se trata.Ana.La garra de Casius está a punto de derribar al niño, pero es Ana quien la aparta, quedando herida,
~~~Tres años más tarde.Ana.―Deberías apresurarte y dejarme eso a mí, o se va a ser tarde para que llegues a tu trabajo―me dice Cinthia, mientras trato de darle el desayuno a los gemelos antes de irme.―No es justo para ti, además, adoro pasar el tiempo con mis hijos―le respondo, al tiempo que le doy un beso en sus cabecitas, mientras ellos comen sus pancakes con mucha, pero mucha miel, tanto, que sus boquitas están embarradas.―Vete ya―me ordena y me quita la espátula de las manos, para amenazarme con ella.Así que salgo casi a tiempo de la cocina y me encuentro a Calel entrando.―No entiendo para qué te matas trabajando, Ana―se burla de mí―cuando tomemos el trono y.…―intenta decir, pero yo muevo mi cabeza de lado a lado.―Cuando pase eso, ya Casius habrá muerto de viejo―me burlo de él―y mientras tanto, me preocuparé por traerle la comida de mis hijos―le aseguro y él hace un bufido.―Sabes que hablo en serio y pronto lo verás―me dice y mira mi cabello detenidamente, con el mechón d