~~~Ana.Y en medio del terror puro que invade todo mi cuerpo, saco las fuerzas de donde no tengo y trato de arrastrarme por el suelo como puedo, mientras él me toma por las piernas con su cámara puesta en un rincón lista para grabarme.― ¡Pobrecilla, todavía cree que puede escapar de mí! ―canturrea burlón, mientras me vuelve a patear y ahora quiere ponerse encima de mí, arrancándome la blusa, dejándola hecha girones, al tiempo que recuerdo que tengo algo en el bolsillo, un puñal, algo que me pasó Calel, mientras estaba en mi habitación hace un rato.Y cuando él está sobejándome, estrujando mi cuerpo con sus manos asquerosas, que me maltratan los senos de paso, yo aprovecho para clavarle el puñal en la pierna, dejándole un corte profundo.― ¡Maldita perra! ―me grita, mientras chilla de dolor y cuando estoy incorporándome para salir despavorida, él me toma del tobillo y me hace caer nuevamente, sin importarle que ahora está sangrando por la pierna, la cual ha manchado su pantalón.― ¡no
~~~Levy.Y en cuanto tengo la cámara de video en mis manos, siento algo de remordimiento, porque es evidente.Ana tiene la razón.No, no puedo ni siquiera tocar el aparato, solamente de pensar que he estado acusando a gente injustamente.―Toma―le digo a Calel, quien me mira extrañado, cuando le devuelvo el aparato―reproduce la cinta―le pido, como muestra de confianza en él, quien parece nervioso por un momento y al siguiente, está tomando la cámara y enciende el botón.Pero espero un instante y otro, y nada, así que me pongo como loco y abro, para ver si tiene algún dispositivo de almacenamiento.―Este aparato está vacío―le espeto a Calel cabreado, arrojándolo a la primera columna que encuentro― ¿Por qué, Ana, quiero saber? ―le digo y ahora la levanto de donde se encuentra― ¿por qué lo defiendes? ―le espeto ahora― ¿no vez cómo te ha dejado? ―insisto en reclamarle, y ella trata de contestar, pero el llanto le corta el aliento.―Todo esto ha sido una trampa, primo―grita ahora Lissander
~~~Tres días después.Levy.He estado muy ocupado todos estos días, temiendo una guerra con Luna Escarlata, por haber metido preso a su embajador, sin embargo, no me arrepiento.Él intentó vejar a Ana y no sé cómo la ha convencido para que ella lo defienda, a pesar de que estaba muy claro para mí que es un espía de su manada y ahora me pregunto si he hecho bien en entablar relaciones con ellos.Pero luego pienso en Ana y otra cosa que me ronda la cabeza es saber por qué lo defiende tanto, si se nota que es culpable, que hay un testigo, mi primo, quien podría jurar ante la Diosa que este tal Calel se ha encargado de mancillar el honor de mi querida Ana.Ana, que debe estar odiándome ahora, solamente porque la tengo encerrada en su habitación, para que no se haga daño a sí misma.¿Es esa la verdadera razón?Tengo que admitirlo, quizás he estado un poco celoso.A lo mejor esos celos han sido malos consejeros, a tal punto que he puesto la palabra de Lissander por encima de las aseveracio
~~~Levy.―Debe haber algo que pueda hacer para que me perdones, Ana―le digo, al tiempo que trato de tomarle las manos, pero me rechaza y se aleja al centro de la cama, en donde abraza sus rodillas protectoramente―por favor, Ana, pídeme lo que quieras―le ruego y ella no me mira, solamente trata de consolarse así misma por las lágrimas y la rabia que acaba de desplegar en mi contra.Algo que me merezco, desde luego.―Quizás hay algo que solo usted puede hacer, mi alfa―me dice sin mirarme, pero por su tono de voz, sé que solo hay amargura en su corazón―he oído que a Calel lo han echado en una celda sin comida ni agua, como si lo estuvieran condenando a morir, todo porque me ha salvado de ser vejada por Lissander―me cuenta y yo trago en seco.Y ahora me arrepiento de haberle dicho que le daría lo que quisiera, porque sé que está a punto de pedir.―Libérelo mi alfa, hágalo sentir como una persona, trátelo como un héroe y no como el villano que ahora padece en una mazmorra―me dice y me lle
~~~Ana.Me despierto con la horrible sensación de vacío que invade mi cuerpo, al lado de un hombre que en serio no le importa mis deseos, solamente satisfacerse de mí, como siempre lo ha hecho.Algo que me tiene muy asqueada, así que voy al baño a lavarme y cuando regreso, no quiero volver a esa cama, en donde él va a querer rodearme con su cuerpo entero, haciendo que sienta cómo se me revuelve el estómago, solo de imaginármelo.Así que me siento en uno de los sofás de mi habitación, mientras abrazo mis rodillas, con ganas de llorar, aunque estoy segura de que eso no sirve de nada.No, no quiero estar al lado de él, mientras duerme plácidamente, sin importarle que hay gente que sufre por su causa, tal y como debe estar Calel justo en este momento, abandonado en una horrible celda, pasando hambre y sed, sin una cara amable que le dé esperanza.¿Qué le dio una paliza a Lissander? ¡ja!, pero si Calel le propinó muy buenos golpes, cuando fue a mi rescate, antes de que el muy maldito logr
~~~Ana.Las palabras de Levy me sorprenden, algo que trato de disimular lo mejor que puedo, mientras su mirada busca la mía.Sé lo que quiere saber, si hay algún vestigio de mentira en mis ojos.Y me recuerdo a mí misma lo cruel que ha sido hasta ahora, y que esta es la única manera de salir de aquí.― ¿Cree usted que yo debería perder mi tiempo de libertad yendo a ver a alguien en prisión? ―le digo con una sonrisa, al tiempo que intento besarlo―No, mi alfa, solo estoy cansada de estar encerrada en estas paredes, que me parece que me van a caer encima muy pronto―le aseguro y él me mira de hito en hito.Pero no se puede resistir a mi beso y toma posesión de mi boca, como solamente él sabe hacerlo.―Solamente puedes pensar en mí, Ana―me dice mientras me está besando el cuello ahora―solo yo puedo estar en tu corazón―me ordena y sus labios van más abajo de mi clavícula―te dejaré salir, pero si intentas engañarme nuevamente, te quedarás en esta habitación para siempre, lo juro―me sentenci
~~~Ana.―Solo estoy tratando de darle ayuda a una persona condenada―le digo, reprimiendo mi odio por este hombre que es tan cruel como su amo, Levy.Y él me mira y resopla con fuerza, y pareciera que estuviera pensando muy bien lo que me dirá, luego ve la comida.― ¿Y a quién se supone que quiere darle todo eso? ―me pide saber y yo le informo que es al embajador de Luna Escarlata, Calel, quien debe ser tratado con respeto o podría desatarse una guerra entre ambas manadas―pero es que, aunque quisiera, no puede hacer nada al respecto―me contesta.― ¿No puede hacer algo tan simple, solamente para que los Luna Escarlata no vean esto como una afrenta a su manada? ―le digo indignada― ¿que hemos tomado a uno de sus miembros más influyentes y lo hemos metido en una fría celda? ―le hago ver, pero él sigue mirándome con el ceño fruncido.―No puedo hacer nada, porque no está aquí―me asegura ahora, algo que me deja nula.― ¿Acaso se ha escapado? ―le digo entre esperanzada y preocupada, pensando
~~~Ana.― ¡Bah! ―grita Lesley, al tiempo que levanta las manos en el aire, frustrado―no me importa eso, sino cuándo regresará, necesito que libere a Lissander de inmediato―les exige a los guardias, quienes todavía lo miran con recelo― ¿pueden al menos hacer una cosa bien? ―se burla de ellos y estos lo quieren atravesar con la mirada.―Pues, usted es su tío y tiene más contacto con él que nosotros, así que vaya y pregúntele usted mismo―se burlan el tal Nick de vuelta y Lesley se va frustrado, sin decir una sola palabra más, pero dándome una mirada asesina, cuando pasa por mi lado.Algo que me tiene sin cuidado, porque él puede estar cabreado conmigo, pero todo lo que le pasa a Lissander ahora mismo se lo tiene bien buscado.Pero, yo tampoco pierdo el tiempo delante de la puerta del alfa y me retiro, dándole un asentimiento de cabeza a los guardias, quienes no tienen la culpa de lo estúpido que es Lesley o Lissander o mucho menos, el propio alfa.Solo reciben órdenes y las cumplen como