KELLEN HORAS ANTES Termino de anudar mi corbata, odio esta clase de reuniones tan inesperadas, pero más odio que la gente no sea capaz de hacer su trabajo, claramente le pedí a la nueva asistente que recursos humanos me ha contratado, que no quería recibir llamadas de nadie, sin embargo, por la mañana mi abuela se comunicó conmigo por medio de la línea de la empresa, solo para informarme que esta noche iría con mi madre y hermano menor, a mi casa, para tratar el mismo tema del que ella ha estado insistiendo, casarme. Bueno, ese es un tema que ya no me preocupa, confiar en Ava es un juego de doble cara, es como lanzar una moneda al aire, no hay opción, ella es la única mujer en la que confío para esta tarea. Es leal a su trabajo, ella no puede fallarme, además, nunca se le ha mostrada interesada en mí, cosa que al principio, debo admitir que me descolocó un poco, pero al final me hizo sentir cómodo, y es por eso que desde el principio, la contraté. Y ahora estaba aquí, viendo mi
AVA PASADO Me deshago de mi móvil en cuanto piso el aeropuerto, antes de hacer esto he verificado la información que necesito y que estaba en manos de la nueva asistente personal de Kellen, él va en camino a la oficina, mientras yo aterrizo en el pueblo de Stowe, en el estado de Vermont, Estados Unidos, Sky vivía aquí, ella se ha quedado congelada en cuanto le he contado de camino todo, aún puedo escuchar su voz alterada al otro lado de la línea. —¡Debes estar bromeando! —Yo… lo sé, he cometido un error, pero lo estoy solucionando… —¿Solucionar? ¿Te has escuchado? ¡Se trata de Kellen Farrel, el hijo de perra más millonario de todo Estados Unidos! Tiemblo ante la mención de lo que ya sé, pero no me puedo detener, no ahora, lo único que quiero es poner toda la distancia posible entre los dos, es lo mejor, si le hubiese contado lo de mi embarazo, seguro que piensa que ahora sí todo fue planeado, no soy una cazafortunas y he roto la confianza que me ha dado, todo por dejarme lle
KELLEN Han pasado cinco años, cinco años en los que siento que con el paso de los meses, la amargura invade mi sistema, tal vez mi hermano menor, Colby, tiene razón, necesito un respiro, el problema radica en que justo cuando pienso que estoy dispuesto a dármelo, algo sucede que me lo impide, en este caso es la muerte del abuelo. Desde que Ava decidió esconderse en el culo del mundo, sin dejar que la encuentre, mi vida ha ido en picada, no laboral, porque la empresa es hasta ahora, la número uno por encima de nuestras competencias, el mundo empresarial nos rinde pleitesía, sin embargo, tanto mi vida sentimental como la familiar, no van bien. No me he casado, y eso es porque sigo estando atado a una mujer que me apuñaló, la segunda en la historia de la humanidad, de mi historia. Todo hubiera sido fácil, pensé que al término del año, estaría siendo libre, pero Rhys me contó que para serlo y que el contrato que yo mismo redacté, fuera válido, era necesarias las dos firmas de los inv
AVA La vida no me ha jugado lindo nunca, pero hasta ahora, había sabido sobrellevar las cosas de la mejor manera en la que sé, no ha salido bien, y de eso me doy cuenta cuando observo a mi hijo comer su panqueque. Recordando la plática que tuve con el doctor hace un par de horas atrás. —Su hijo necesita de un trasplante de riñón —me dice con la lástima nadando en sus ojos. —Eso no puede ser… Carlton es un niño muy sano, no me dijeron nada cuando nació… Me muerdo la lengua, recordando que mi parto fue natural y no en un hospital precisamente. Una de las razones por las que no había querido parar en un hospital, es porque hacerlo sería como un radar para que Kellen me encontrara, y ahora me parece que no tardará en hacerlo, solo que esa no es mi prioridad, sino, mi hijo. —Esto lo tiene desde hace un par de años, hay veces en las que los síntomas no se presentan hasta muy avanzada la edad. Acto seguido, el doctor me explica un par de cosas médicas que la principio no comprendo
KELLEN HORAS ANTES —Creo que te has vuelto loco. La voz de Rhys hace que salga de mi ensimismamiento, sé que es una mala idea, pero necesito encarar a esa embustera, mentirosa, necesito que me vea a la cara y me diga toda la verdad, no puede negarse, me lo debe, por romper la confianza que yo había depositado en ella años atrás, en los que me confíe de su falsa lealtad. Camino de un lado a otro con una copa de Vodka en la mano, no he dejado de beber, no pienso perder el conocimiento, pero en estos momentos es lo único que se me ocurre para salir de mi aturdimiento, es como adormecer la rabia que llevo cinco años conteniendo en mi interior. He estudiado cada uno de los posibles escenarios en los que en todos, ella sale perdiendo, trabajó para mí, debió haber sabido que nadie se mete conmigo, con un Farrel, y ahora, después de tantos años, la búsqueda ha quedado terminada, sé en donde está, no hay manera en la que se pueda esconder de mí de nuevo. —Tienes que pensar bien en lo
AVA Han pasado dos días desde que Kellen llegó a mi vida de nuevo, he investigado y él y Rhys, su eterno amigo y abogado, se han quedado en un hotel cerca de donde vivimos, estoy frita, ni siquiera he podido hablar con Sky y contarle que ya no es necesario que me dé el número privado de Kellen Farrel, porque el padre de mi hijo está aquí, no pude defender a Carlton de él, la noche en la que llegó, la noche en la que se me vino el mundo encima una vez más. Ya no tiene caso alguno ocultar la verdad que ha quedado delante de sus ojos, vi cómo miraba a Carlton, él es su viva imagen, incluso Rhys pudo darse cuenta y actuó demasiado rápido, no vi venir sus movimientos hacia mi hijo, y ahora, estoy seguro de que han mandado a hacer esa prueba de ADN, una en la que el resultado es más que obvio. No me quiso escuchar, Kellen Farrel, ni siquiera me dio la oportunidad de contarle mi versión de los hechos, apenas y pude decir un par de palabras, antes de que se diera la media vuelta hecho un
AVA Desde que entré a trabajar como asistente personal de Kellen Farrel, mi vida ha sido una montaña rusa, subidas y bajadas, ahora mismo no sé qué pensar, si lamentarme el hecho de haber aceptado trabajar para él hace cinco años, o de dar las gracias de que él, sin saberlo no yo de pedirlo, me ha dado el mejor regalo del mundo, aunque con la mirada que me lanza, me queda claro que me odia más que a nada en el mundo, y no lo culpo. Ahora mismo estamos en el hospital, uno que al parecer no le agrada mucho a Kellen, no se trata de uno costoso como a los que seguro él está acostumbrado, no es lujoso, pero es el único de la zona y no me quejo, hace dos horas que se han llevado a Carlton y los nervios me matan, tanto, que no puedo evitar caminar de un lado a otro. Tengo miedo, no hemos hablado de su condición, no le he pedido nada, pero solo por qué no sé qué es lo que piensa acerca de que es su hijo, qué planes tiene en la cabeza, y que es lo que quiere de mí, si me va a meter a la c
KELLENDÍAS ANTESNo dejo de mirar las hojas que contienen los resultados de mis análisis, en todos ellos aparezco como una persona saludable, apta para cualquier cosa, pero las únicas palabras que llaman mi atención por completo, son aquellas que tienen la palabra “positivo” en letras rojas y azules en algunos casos. A lo largo de mi carrera empresarial, me he enfrentado con cosas que hasta ahora consideraba mayores, me he enfrentado a los monstruos empresariales más poderosos del mundo, y siempre he ganado, pero esto, sin lugar a dudas me supera por mucho. En el pasado, como en el presente, había aceptado la idea de nunca tener pareja, no casarme era un objetivo claro que tenía en mente, y por ello, el tener hijos, estaba descartado, una mujer me dio la espalda en el pasado, y fue de la manera más vil que pudiera existir, desde ese punto, decidí que la empresa, los negocios y la economía, eran lo mío, no había nada más, estaba bien así. De haber sabido que todos mis planes se irían