KELLEN Han pasado cinco años, cinco años en los que siento que con el paso de los meses, la amargura invade mi sistema, tal vez mi hermano menor, Colby, tiene razón, necesito un respiro, el problema radica en que justo cuando pienso que estoy dispuesto a dármelo, algo sucede que me lo impide, en este caso es la muerte del abuelo. Desde que Ava decidió esconderse en el culo del mundo, sin dejar que la encuentre, mi vida ha ido en picada, no laboral, porque la empresa es hasta ahora, la número uno por encima de nuestras competencias, el mundo empresarial nos rinde pleitesía, sin embargo, tanto mi vida sentimental como la familiar, no van bien. No me he casado, y eso es porque sigo estando atado a una mujer que me apuñaló, la segunda en la historia de la humanidad, de mi historia. Todo hubiera sido fácil, pensé que al término del año, estaría siendo libre, pero Rhys me contó que para serlo y que el contrato que yo mismo redacté, fuera válido, era necesarias las dos firmas de los inv
AVA La vida no me ha jugado lindo nunca, pero hasta ahora, había sabido sobrellevar las cosas de la mejor manera en la que sé, no ha salido bien, y de eso me doy cuenta cuando observo a mi hijo comer su panqueque. Recordando la plática que tuve con el doctor hace un par de horas atrás. —Su hijo necesita de un trasplante de riñón —me dice con la lástima nadando en sus ojos. —Eso no puede ser… Carlton es un niño muy sano, no me dijeron nada cuando nació… Me muerdo la lengua, recordando que mi parto fue natural y no en un hospital precisamente. Una de las razones por las que no había querido parar en un hospital, es porque hacerlo sería como un radar para que Kellen me encontrara, y ahora me parece que no tardará en hacerlo, solo que esa no es mi prioridad, sino, mi hijo. —Esto lo tiene desde hace un par de años, hay veces en las que los síntomas no se presentan hasta muy avanzada la edad. Acto seguido, el doctor me explica un par de cosas médicas que la principio no comprendo
KELLEN HORAS ANTES —Creo que te has vuelto loco. La voz de Rhys hace que salga de mi ensimismamiento, sé que es una mala idea, pero necesito encarar a esa embustera, mentirosa, necesito que me vea a la cara y me diga toda la verdad, no puede negarse, me lo debe, por romper la confianza que yo había depositado en ella años atrás, en los que me confíe de su falsa lealtad. Camino de un lado a otro con una copa de Vodka en la mano, no he dejado de beber, no pienso perder el conocimiento, pero en estos momentos es lo único que se me ocurre para salir de mi aturdimiento, es como adormecer la rabia que llevo cinco años conteniendo en mi interior. He estudiado cada uno de los posibles escenarios en los que en todos, ella sale perdiendo, trabajó para mí, debió haber sabido que nadie se mete conmigo, con un Farrel, y ahora, después de tantos años, la búsqueda ha quedado terminada, sé en donde está, no hay manera en la que se pueda esconder de mí de nuevo. —Tienes que pensar bien en lo
AVA Han pasado dos días desde que Kellen llegó a mi vida de nuevo, he investigado y él y Rhys, su eterno amigo y abogado, se han quedado en un hotel cerca de donde vivimos, estoy frita, ni siquiera he podido hablar con Sky y contarle que ya no es necesario que me dé el número privado de Kellen Farrel, porque el padre de mi hijo está aquí, no pude defender a Carlton de él, la noche en la que llegó, la noche en la que se me vino el mundo encima una vez más. Ya no tiene caso alguno ocultar la verdad que ha quedado delante de sus ojos, vi cómo miraba a Carlton, él es su viva imagen, incluso Rhys pudo darse cuenta y actuó demasiado rápido, no vi venir sus movimientos hacia mi hijo, y ahora, estoy seguro de que han mandado a hacer esa prueba de ADN, una en la que el resultado es más que obvio. No me quiso escuchar, Kellen Farrel, ni siquiera me dio la oportunidad de contarle mi versión de los hechos, apenas y pude decir un par de palabras, antes de que se diera la media vuelta hecho un
AVA Desde que entré a trabajar como asistente personal de Kellen Farrel, mi vida ha sido una montaña rusa, subidas y bajadas, ahora mismo no sé qué pensar, si lamentarme el hecho de haber aceptado trabajar para él hace cinco años, o de dar las gracias de que él, sin saberlo no yo de pedirlo, me ha dado el mejor regalo del mundo, aunque con la mirada que me lanza, me queda claro que me odia más que a nada en el mundo, y no lo culpo. Ahora mismo estamos en el hospital, uno que al parecer no le agrada mucho a Kellen, no se trata de uno costoso como a los que seguro él está acostumbrado, no es lujoso, pero es el único de la zona y no me quejo, hace dos horas que se han llevado a Carlton y los nervios me matan, tanto, que no puedo evitar caminar de un lado a otro. Tengo miedo, no hemos hablado de su condición, no le he pedido nada, pero solo por qué no sé qué es lo que piensa acerca de que es su hijo, qué planes tiene en la cabeza, y que es lo que quiere de mí, si me va a meter a la c
KELLENDÍAS ANTESNo dejo de mirar las hojas que contienen los resultados de mis análisis, en todos ellos aparezco como una persona saludable, apta para cualquier cosa, pero las únicas palabras que llaman mi atención por completo, son aquellas que tienen la palabra “positivo” en letras rojas y azules en algunos casos. A lo largo de mi carrera empresarial, me he enfrentado con cosas que hasta ahora consideraba mayores, me he enfrentado a los monstruos empresariales más poderosos del mundo, y siempre he ganado, pero esto, sin lugar a dudas me supera por mucho. En el pasado, como en el presente, había aceptado la idea de nunca tener pareja, no casarme era un objetivo claro que tenía en mente, y por ello, el tener hijos, estaba descartado, una mujer me dio la espalda en el pasado, y fue de la manera más vil que pudiera existir, desde ese punto, decidí que la empresa, los negocios y la economía, eran lo mío, no había nada más, estaba bien así. De haber sabido que todos mis planes se irían
KELLEN Sorpresa, decepción, enojo. Esas son las tres palabras que definirían a mi madre en estos momentos, ella no aparta los ojos de mi hijo, al momento en el que él se presenta, puedo ver también el terror en la mirada de Ava, ella odiaría que sufriera un desplante, lo mismo siento yo. Mi familia no es la convencional, y no pensaba mostrarlo al mundo tan pronto, primero tiene que ser la operación. Ahora, las cosas han cambiado, en definitiva, esto es algo que no me esperaba. —Soy Carlton —insiste mi hijo al notar que su abuela, no estira su mano. Ella no lo hace a propósito, la conozco bien, sale de su ensoñación por medio de un sutil pestañeo, y estrecha su mano con la de mi hijo. —Un placer, yo soy Einere Farrel —arguye mi madre con un nudo en la garganta—. Madre de Kellen. Mira a Ava y luego a mí. —Oh —anuncia mi hijo y enseguida suelta a la que es su abuela, ha comprendido todo, regresa al lado de su madre y le toma la mano de vuelta. Ava me pide con la mirada que
AVA MINUTOS ANTES —¡No lo puedo creer! —exclama Sky al otro lado de la línea—. ¿Hablas en serio? Joder, ¿Cómo es que pasó esto? —Supongo que fue cuando fui al hospital, sabes que me había estado escondiendo de Kellen Farrel desde hace cinco años, él me encontraría en cuanto hiciera uso de mis tarjetas de crédito o diera mi nombre en alguna institución, por esa razón Kellen había estado estudiando en casa o desde línea. —Mierda, Ava, no puedo creer que estés de regreso, es decir, me alegra, podré verlos, pero… Noto un tono lleno de preocupación en su voz. —¿Qué pasa? —Yo no había querido decirte esto, pero… Levi no ha dejado de buscarte tampoco, desde que desapareciste hace cinco años, pregunta siempre que puede por ti, obvio que no le he dado ninguna referencia de ti. Pero joder con ese tío, que pareciera que no te puede olvidar, cuando fue él quien te falló. Sus palabras me sientan como patada en estómago, las manos se me congelan, esto es algo nuevo. —Pensé que a est