KELLEN HORAS ANTES —Creo que te has vuelto loco. La voz de Rhys hace que salga de mi ensimismamiento, sé que es una mala idea, pero necesito encarar a esa embustera, mentirosa, necesito que me vea a la cara y me diga toda la verdad, no puede negarse, me lo debe, por romper la confianza que yo había depositado en ella años atrás, en los que me confíe de su falsa lealtad. Camino de un lado a otro con una copa de Vodka en la mano, no he dejado de beber, no pienso perder el conocimiento, pero en estos momentos es lo único que se me ocurre para salir de mi aturdimiento, es como adormecer la rabia que llevo cinco años conteniendo en mi interior. He estudiado cada uno de los posibles escenarios en los que en todos, ella sale perdiendo, trabajó para mí, debió haber sabido que nadie se mete conmigo, con un Farrel, y ahora, después de tantos años, la búsqueda ha quedado terminada, sé en donde está, no hay manera en la que se pueda esconder de mí de nuevo. —Tienes que pensar bien en lo
AVA Han pasado dos días desde que Kellen llegó a mi vida de nuevo, he investigado y él y Rhys, su eterno amigo y abogado, se han quedado en un hotel cerca de donde vivimos, estoy frita, ni siquiera he podido hablar con Sky y contarle que ya no es necesario que me dé el número privado de Kellen Farrel, porque el padre de mi hijo está aquí, no pude defender a Carlton de él, la noche en la que llegó, la noche en la que se me vino el mundo encima una vez más. Ya no tiene caso alguno ocultar la verdad que ha quedado delante de sus ojos, vi cómo miraba a Carlton, él es su viva imagen, incluso Rhys pudo darse cuenta y actuó demasiado rápido, no vi venir sus movimientos hacia mi hijo, y ahora, estoy seguro de que han mandado a hacer esa prueba de ADN, una en la que el resultado es más que obvio. No me quiso escuchar, Kellen Farrel, ni siquiera me dio la oportunidad de contarle mi versión de los hechos, apenas y pude decir un par de palabras, antes de que se diera la media vuelta hecho un
AVA Desde que entré a trabajar como asistente personal de Kellen Farrel, mi vida ha sido una montaña rusa, subidas y bajadas, ahora mismo no sé qué pensar, si lamentarme el hecho de haber aceptado trabajar para él hace cinco años, o de dar las gracias de que él, sin saberlo no yo de pedirlo, me ha dado el mejor regalo del mundo, aunque con la mirada que me lanza, me queda claro que me odia más que a nada en el mundo, y no lo culpo. Ahora mismo estamos en el hospital, uno que al parecer no le agrada mucho a Kellen, no se trata de uno costoso como a los que seguro él está acostumbrado, no es lujoso, pero es el único de la zona y no me quejo, hace dos horas que se han llevado a Carlton y los nervios me matan, tanto, que no puedo evitar caminar de un lado a otro. Tengo miedo, no hemos hablado de su condición, no le he pedido nada, pero solo por qué no sé qué es lo que piensa acerca de que es su hijo, qué planes tiene en la cabeza, y que es lo que quiere de mí, si me va a meter a la c
KELLENDÍAS ANTESNo dejo de mirar las hojas que contienen los resultados de mis análisis, en todos ellos aparezco como una persona saludable, apta para cualquier cosa, pero las únicas palabras que llaman mi atención por completo, son aquellas que tienen la palabra “positivo” en letras rojas y azules en algunos casos. A lo largo de mi carrera empresarial, me he enfrentado con cosas que hasta ahora consideraba mayores, me he enfrentado a los monstruos empresariales más poderosos del mundo, y siempre he ganado, pero esto, sin lugar a dudas me supera por mucho. En el pasado, como en el presente, había aceptado la idea de nunca tener pareja, no casarme era un objetivo claro que tenía en mente, y por ello, el tener hijos, estaba descartado, una mujer me dio la espalda en el pasado, y fue de la manera más vil que pudiera existir, desde ese punto, decidí que la empresa, los negocios y la economía, eran lo mío, no había nada más, estaba bien así. De haber sabido que todos mis planes se irían
KELLEN Sorpresa, decepción, enojo. Esas son las tres palabras que definirían a mi madre en estos momentos, ella no aparta los ojos de mi hijo, al momento en el que él se presenta, puedo ver también el terror en la mirada de Ava, ella odiaría que sufriera un desplante, lo mismo siento yo. Mi familia no es la convencional, y no pensaba mostrarlo al mundo tan pronto, primero tiene que ser la operación. Ahora, las cosas han cambiado, en definitiva, esto es algo que no me esperaba. —Soy Carlton —insiste mi hijo al notar que su abuela, no estira su mano. Ella no lo hace a propósito, la conozco bien, sale de su ensoñación por medio de un sutil pestañeo, y estrecha su mano con la de mi hijo. —Un placer, yo soy Einere Farrel —arguye mi madre con un nudo en la garganta—. Madre de Kellen. Mira a Ava y luego a mí. —Oh —anuncia mi hijo y enseguida suelta a la que es su abuela, ha comprendido todo, regresa al lado de su madre y le toma la mano de vuelta. Ava me pide con la mirada que
AVA MINUTOS ANTES —¡No lo puedo creer! —exclama Sky al otro lado de la línea—. ¿Hablas en serio? Joder, ¿Cómo es que pasó esto? —Supongo que fue cuando fui al hospital, sabes que me había estado escondiendo de Kellen Farrel desde hace cinco años, él me encontraría en cuanto hiciera uso de mis tarjetas de crédito o diera mi nombre en alguna institución, por esa razón Kellen había estado estudiando en casa o desde línea. —Mierda, Ava, no puedo creer que estés de regreso, es decir, me alegra, podré verlos, pero… Noto un tono lleno de preocupación en su voz. —¿Qué pasa? —Yo no había querido decirte esto, pero… Levi no ha dejado de buscarte tampoco, desde que desapareciste hace cinco años, pregunta siempre que puede por ti, obvio que no le he dado ninguna referencia de ti. Pero joder con ese tío, que pareciera que no te puede olvidar, cuando fue él quien te falló. Sus palabras me sientan como patada en estómago, las manos se me congelan, esto es algo nuevo. —Pensé que a est
AVA Me congelo, mis mejillas se calientan, ¿por qué tengo tanto calor? Es como encontrarse en un ambiente en donde el frío y el calor chocan hasta colisionar, cuando me folló, todo estaba muy oscuro, así que no pude ver su polla, nada de hecho, o la menos casi nada, y ahora, ver que su polla es demasiado grande, gruesa y venosa, hace que presione mis piernas con terror al darme cuenta de que ese monstruo estuvo dentro de mí. Ahora comprendo por qué me dolió tanto. —Ava —dice con voz ronca. —Yo lo siento —me doy la vuelta como si eso le pudiera dar la privacidad que requiere. Escucho ruidos y estoy a nada de irme. —¿Acaso no te enseñaron a tocar antes de entrar? —su aliento casi pica mi nuca. Dejo de respirar ante la cercanía, mi corazón late con fuerza, mi espalda choca contra él, sus manos se aferran a mis caderas e incluso puedo sentir su polla golpeando mi trasero, no, no puede ser cierto, esto debe ser una broma. —Podría decir lo mismo de ti, Kellen —mi voz suena dema
AVA ¿Por qué no puedo ser feliz por un momento? Pareciera ya que la vida me tiene odio, y del bueno, no puedo creer lo que me está pasando, traté de evitar a esta mujer por mucho años y ahora aparece de buenas a primeras delante de mí, con esos aires de grandeza que tanto la caracterizan, ni siquiera he podido comprender hasta ahora, qué es lo que mi padre le vio a esta mujer. En el pasado, antes de que yo pasara a ser la persona que más odia mi padre, solía contarme historias a cerca de mi madre, de lo mucho que la amaba, muchas de ellas se relacionaban con historias de cuentos de hadas, en donde la madrastra era malvada a la muerte de la reina, cosa que no creí hasta que ella llegó a nuestras vidas. Comenzó a manipular a mi padre hasta el punto en el que él solo tenía ojos para ella, no para mí, en su basto mundo solo estaba ella y su nuevo hijo Beau. Esa es la razón por la que me fui de casa hace años, la razón de que no le pidiera ayuda cuando me vi necesitada hace cinco años