AVA ¿Por qué no puedo ser feliz por un momento? Pareciera ya que la vida me tiene odio, y del bueno, no puedo creer lo que me está pasando, traté de evitar a esta mujer por mucho años y ahora aparece de buenas a primeras delante de mí, con esos aires de grandeza que tanto la caracterizan, ni siquiera he podido comprender hasta ahora, qué es lo que mi padre le vio a esta mujer. En el pasado, antes de que yo pasara a ser la persona que más odia mi padre, solía contarme historias a cerca de mi madre, de lo mucho que la amaba, muchas de ellas se relacionaban con historias de cuentos de hadas, en donde la madrastra era malvada a la muerte de la reina, cosa que no creí hasta que ella llegó a nuestras vidas. Comenzó a manipular a mi padre hasta el punto en el que él solo tenía ojos para ella, no para mí, en su basto mundo solo estaba ella y su nuevo hijo Beau. Esa es la razón por la que me fui de casa hace años, la razón de que no le pidiera ayuda cuando me vi necesitada hace cinco años
AVA No puedo respirar, tiene que ser una mala broma, una de un mal gusto, pestañeo un par de veces hasta que confirmo que no es una broma, un sueño, y mucho menos una pesadilla, es real, Levi, mi ex novio está sentado en el comedor de mi padre, a su lado, sus ojos recorren mi cuerpo con el mismo brillo del pasado, no ha cambiado nada. Y de pronto el mundo parece derrumbarse de manera más brutal encima de mí. —Ava —repite. Esta vez se pone de pie, alisando su traje caro, cuando lo tengo a pocos centímetros de mí, es cuando salgo de la jaula de mis pensamientos y retrocedo un paso levantando la mano para que se detenga, al ver la intención de envolverme en un abrazo. —Hace mucho tiempo que no nos vemos —parece comprenderlo. —Cinco años —empujo las palabras—. Desde que me fallaste. La sonrisa que cuelga de las comisuras de sus labios, parece tener un desbalance, porque enseguida parece que se esfuma como mis ganas de estar aquí. En la mente me he creado muchas historias con res
AVA Me quedo sin aire, el corazón se me dispara del pecho y creo que estoy alucinando, hasta que su tacto quema en mi piel y espabilo al tiempo que me aparto y me suelto de su duro agarre. —¿Acaso me seguiste? —inquiero alterada. Levi parece contrariado, sus ojos me dicen que está lleno de arrepentimiento, pero no le creo, una parte de mí sigue a la defensiva, sigue pensando que en cualquier momento me va a defraudar de nuevo, además, lo que me ha propuesto mi padre es… una aberración. —¿Qué haces aquí? ¿Te sientes mal? —cambia el tema y me acribilla con sus preguntas sin sentido. —No me lo tomes a mal, Levi, pero no es de tu incumbencia —tomo una larga bocanada de aire—. Vete, por favor. Trato de hacer que se aleje de aquí, no puede saber que quien se encuentra detrás de esa puerta, es el padre de mi hijo, mucho menos que se trata de Kellen Farrel, el dueño de la empresa que ha aplastado a la suya a lo largo de los años, su competencia a derribar. Hacerlo, supondría un gol
KELLENMe dejo guiar por el impulso y el deseo irracional, desde que la besé por primera vez, hay un torbellino en mi cabeza. La odio, eso es lo que siento por ella, este beso solo es porque si fuera hombre, ya le hubiera golpeado, en cuanto noto lo que estoy haciendo, la aparto rápidamente, sus labios permanecen hinchados, su rostro, aunque se llena de una expresión llena de sorpresa, sus ojos representan confusión. La polla se me endurece con la imagen que representa, la que proyecta, noto que estoy desnudo, y debido a que entró ofreciéndome ayuda sincera, su blusa se ha mojado, estudio su rostro a detalle, me parece que no se ha dado cuenta de que sus pezones se notan a través de la blusa. —Vete —logro articular, no la quiero cerca de mí. —Yo solo estaba… —Ahora, Ava. Asiente y soy consciente del color rojo que tiñe sus mejillas. Parece apenada, pero no me fío de ella, ya cometí el error de confiar en ella una vez, no volverá a haber una segunda ocasión, de eso sí estoy seguro
AVAEl corazón no me deja de latir con fuerza descomunal, todos mis sentidos están al borde del colapso y solo espero a la respuesta o reacción de Colby Farrel, el hermano menor de Kellen, quien le ha contado que estamos casados desde hace cinco años y que tenemos un hijo. Cosa que es cierta, pero no ha mencionado que es solo por un año y que hay un contrato de por medio, en el que no hay sentimientos incluidos. Cuando Einere entró y dijo que quería que me mudara a la habitación de Kellen, al principio pensé que se trataba solo de un comentario lleno de broma, luego mandó llamar a las enfermeras y les pidió que me ayudaran a cambiar mis cosas de habitación, no me pude oponer, pese a que le dije que su hijo acababa de salir de una operación y que necesitaba de espacio. Solo hizo su voluntad, y ahora estoy aquí, en medio de un fuego cruzado que me deja sin aliento, en donde Colby está procesando lo que le acaba de decir su hermano, en especial por qué me mira con sorpresa. —No puede
AVA Estoy segura de que a ninguna mujer le parecería bonito, escuchar el nombre de otra mujer de los labios de quien es su marido. En este caso, compruebo lo que con tan poco tacto yo siempre cuestionaba, e incluso llegué a decir que se trataba solo de una exageración más, un drama y solo eso. —Kellen… —intento decir. Pero me es imposible a penas articular una sola palabra luego de eso, ya que aprisiona mis labios contra los suyos de manera que conforme van pasando los minutos, él va aumentando la fuerza, me sorprende que tenga tanta después de haberse sometido a una operación como esta, es increíble. Me pierdo un par de segundos hasta que sin lugar a dudas, empujo su cuerpo con las manos y le muerdo el labio inferior como último recurso. Es hasta entonces que abre los ojos como platos, saliendo por fin de su ensoñación, al principio, su mirada parece perdida, como si estuviera sometido al mismo trance que lo arrastró hasta mí, me asusto, sus ojos llenos de vacío me parecen más
AVA MINUTOS ANTES Cuando entro, el olor a antiséptico pica mi nariz y no puedo evitar arrugarla en un intento por alejar el olor, ver a mi padre, postrado en una cama, delicado, débil, estando en esa barrera invisible que separa la vida de la muerte, hace que piense por un segundo que nunca fue aquel hombre de carácter duro que, desde la muerte de mamá, me hizo a un lado. Me abandonó, y ahora, me parece que la vida le ha cobrado la factura por todo lo que hizo en el pasado, bien dice la gente que todo lo que hagas, sea bueno o malo, lo terminas pagando en vida, no en muerte, y yo soy la consecuencia de mi padre. Según el doctor que me vio antes de entrar, y que ha estado a cargo del caso de mi padre por orden expresa de Levi, él tenía leucemia, lo que pasó es que nunca quiso someterse a un tratamiento, mucho menos a pedir ayuda cuando lo necesitara, quise hacer esto sola, haciendo caso omiso de las palabras llenas de veneno de mi madrastra, y por supuesto, de las miradas fulminant
AVANo tenía porque saberlo, no quería decirle nada, ¿cómo es que este hombre se entera de todo aun estando en cama y sin tener que mover un solo dedo? Supongo que debe tener gente, detectives, el asunto es… ¿por qué me ha mandado vigilar? La única razón por la que se ha enterado de todo esto, es porque no quiero que piense que estoy teniendo una aventura con Levi, y de ese modo quitarme a mi hijo, como acaba de mencionar. Y es por eso que en cuanto las palabras brotan de mi boca, me arrepiento enseguida al ver que su mirada se oscurece y sus pupilas se dilatan, tensa la mandíbula y la acción me parece dolorosa en extremo, seguro piensa que lo estoy dejando como un cornudo. —¿Qué relación tienes con Levi Scott? —sus ojos son sentencia cuando menciona esas simples palabras. Mi cuerpo se pone tan rígido como una roca, que no puedo respirar, hasta ahora no había tenido tiempo de decirle nada a nadie acerca de la relación pasada que teníamos, una estrecha y ahora que hago un recuento d