LA SUMISA
Prólogo⋙════ ⋆★⋆ ════⋘
No estaba para nada segura de lo que hacía, pero algo dentro de mi pecho me gritaba que me encontraba en lo correcto. Que este era mi lugar en el mundo. Toqué un par de veces la puerta de esta lujosa mansión en donde el gerente general de la empresa en donde trabajo me ha enviado a entregar unos papeles importantes que el señor Belucci debía firmar el día de hoy.
Tiré un poco de la perilla de la puerta al no escuchar respuesta de nadie, pasé saliva con dificultad al recordar que, si hacía algo mal, el señor Magno no me lo iba a perdonar, y seguramente me va a echar de la empresa y no estaba dispuesta a perder este trabajo y ahora menos que mi madre murió.
Adentro de la residencia Belucci se sentía cálido, a diferencia del frío de la noche que carcomía mis huesos, mis piernas se sentían débiles y ese olor a canela y aceites que envuelve toda la mansión me embriagaba apenas di el primer paso hacia dentro.
Muchos de mis compañeros de trabajo me habían dicho que el genio del presidente de la compañía era comparado con los peores tiranos de la historia de la humanidad y hoy fui testigo de eso.
Algunos me decían que si hacía algo mal lo más probable es que el presidente me tirara algo y si llegaba a protestar o rechistar las consecuencias serían peores de lo que me sucedió hoy cuando en vez de llevarle un expreso americano le traje fue un latte.
Estuve tan asustada por horas que creía que sus insultos iban a acabar con mi estabilidad emocional.
—¿Ho... Hola? —solté con mi voz quebrada, son casi las ocho de la noche y si tardo más tiempo aquí no podré entregar este documento en la empresa, rodeé con mis manos mi estómago al sentir mi barriga gruñir por el hambre que tengo. Mis pies se retuercen, pero aunque me mate por irrumpir en su casa a esta hora de la noche debo hacerlo obligarlo a firmar como sea en este mismo instante.
Puedo sentir mi móvil vibrar dentro del bolsillo de mi americana y brinco aterrada al recordar que hoy era la fiesta de aniversario de los padres de Mark, mi novio desde la adolescencia y que amaba con toda mi alma a pesar de que sentía que todo dentro de mi estaba roto.
Subo las escaleras con cuidado, todo en este lugar tiene un toque italiano tan elegante que sé que nunca en mi vida voy a poder pagar. Mis manos me tiemblan, pero frunzo el ceño al escuchar un par de golpes provenientes de una de las tantas habitaciones que se encuentran en este pasillo.
Mis hombros se mueven de arriba hacia abajo al toparme cara a cara con una pintura que abarca casi toda una pared del señor Magno Belucci y que por ser de noche y al estar todo tan oscuro no pude apreciar muy bien, pero termino parpadeando de nuevo al volver al escuchar un quejido ahora más agudo que el anterior que proviene de la habitación del fondo la cual capta toda mi atención al tener algo demasiado peculiar.
La puerta es roja.
Los quejidos y lamentos se volvían a medida que pasaba el tiempo mucho más fuertes e inquietantes. La idea de que algo realmente malo estaba sucediendo aquí llenaron mis pensamientos, así que busqué mi móvil para llamar a la policía, pero me detuve al comprender que era lo que está sucediendo. Mi jefe estaba teniendo sexo con alguna de las mujeres que se le vivían tirando encima día tras día.
Maldito y sexy promiscuo.
¡Contrólate, Tam, tú puedes hacerlo! ¡Interrumpe la orgia del presidente y sácalo de esa habitación y hazlo que firme!
Inhalé todo el aire necesario, pero retrocedí de inmediato.
¡No!
¡No podía hacerlo! ¿Sí se molesta conmigo? ¿Qué sucedería si me desaparece y jamás encuentran mi cadáver? Todo mi cuerpo estaba temblando y lo mejor que podía hacer ahora era irme de aquí lo más rápido que pudiera. Como decía mi abuela, "Prefiero que digan aquí corrió que aquí murió"
Eso, hazlo Támara, huye de aquí como la cobarde que eres, pero solo tienes diecinueve años, soy demasiado pequeña y torpe y sin duda alguna un solo golpe del señor presidente me mataría enseguida.
¡Odiaba mi vida!
Me di media vuelta para largarme de este lugar ahora mismo.
—¿Qué haces aquí, lagartija? —la voz ronca del italiano me hizo brincar en mi fallida huida.
Había sido atrapada, ¡Voy a morir! ¡Voy a morir! ¿Y si a Magno Belucci le llaman tirano porque es un psicópata?
¡Quiero vivir, virgencita!
Me giré con cuidado hasta quedar cara a cara con mi tirano jefe, mis ojos viajan hasta su cuerpo desnudo y fuerte, ¡Oh por Dios! ¿Esa polla es de verdad?, ladeo la cabeza intentando concentrarme y luego de algunos segundos vuelvo a recomponerme al recordar porque estoy aquí—Su hermano me mandó a que firmara esto, señor. —le mostré los papeles. —No quería interrumpir su momento a solas con su novi...
Una chica desnuda y pálida salió de la nada y mi mundo se reinició, Magno abrió los ojos para verme rápidamente y ambos colapsar en el instante. ¿Me acabo de caer?
¿Lo que estoy viendo es real?
Esa chica está amarrada como si fuese un tamal… Esperen… ¿Qué m****a tiene en sus pezones? ¡¿Lo que tiene en la mano es un pene de goma?!
¡Mi jefe es un pervertido!
LA SUMISACapítulo 01Támara Williams⋙════ ⋆★⋆ ════⋘Arrugué la frente al sentir todas las vibraciones de mi cuerpo por cada movimiento coordinado y algo toscos de Mark dentro mi vagina. Mis manos viajaron hacia su cadera para acelerar el ritmo de cada uno de sus estocadas y cuando menos lo esperé mi novio se corrió tan rápido que no me dio oportunidad de ni siquiera llegar a un maldito y único orgasmo. Sus ojos se encontraban fijos sobre los míos y sonreí falsamente mientras que asentía con la cabeza fingiendo que todo estaba bien y que este había sido el mejor sexo de mi vida.¡Y claro que no lo era!Su cuerpo cayó a un costado de mí, sus manos se arrastraron hacia el nochero en busca de un cigarrillo, entre tanto que mi vagina seguía palpitante y deseosa de más.Mis párpados se arrugaron con determinación, la fricción de mis piernas sobre mi coño húmedo logró canalizar un poco el deseo lujurioso de lograr un magnífico orgasmo a pesar de que Mark jamás me lo ha otorgado.Llevamos t
LA SUMISACapítulo 02Támara Williams⋙════ ⋆★⋆ ════⋘Mark no había parado de gritar de emoción desde que llegué de la compañía del señor Bellucci. George, el padre de mi novio sacó hace un par de minutos una de las mejores botellas de su reserva de vinos para "Celebrar" un nuevo puesto que ni siquiera he aceptado todavía.Miré mi maleta donde tengo el contrato que el presidente de Go Space me había otorgado para que estudiara todo a detenimiento en casa sobre mis funciones como su nueva secretaria personal, pero dejó muy en claro que no aceptaría nunca de mi parte un "No" como respuesta—Toma, hija—agarré el cristal de la copa con mis manos sudorosas, mi estómago estaba revuelto y un nudo se formaba en mi garganta al no encontrar las palabras adecuadas para decirles la verdad. —Estamos tan felices de que por fin nuestra hijo tenga a alguien de su nivel...—las palabras de mi suegro me estaban confundiendo.Parpadeé mirando mis piernas fijamente—¿Cómo dijo?—Mascullé con algo de agresiv
LA SUMISACapítulo 03Támara Williams⋙════ ⋆★⋆ ════⋘En comparación al enorme cuerpo del presidente de la compañía "Go Space" yo me veía delante de él demasiado pequeña y débil. El cielo de Green Town estaba grisáceo y la idea de que comenzase a llover de la nada, no era muy alentadora que digamos. Odiaba los días lluviosos, esa sensación de humedad en realidad no eran de mis favoritas y experimentar esa extraña sensación delante del magnate justo a mi lado, no era una gran plan tampoco.Solía colocarme totalmente fría mientras que mi cuerpo se envolvía en una ola de dolorosas pulsadas por la temperatura que en ese momento la ciudad atravesaba, así que detesto los días como hoy.—¿Quieres que te ponga caliente?—moví la cabeza al oír la pregunta de mi futuro jefe, el italiano señaló rápidamente la calefacción de su coche y no pude evitar abrir los ojos al sentir como la vergüenza recorría mis piernas hasta llegar a mis mejillas—¿Por qué te has puesto tan roja?—inquirió con una sonrisa
LA SUMISACapítulo 04Támara Williams⋙════ ⋆★⋆ ════⋘Soy en definitiva una completa idiota.Podía ver su rostro la diversión del momento y no era para menos, mis manos temblando pensando en cosas que en primera instancia jamás debí pensar y en segunda la vergüenza de esta penosa situación se debe notar hasta en mis orejas.—¿Donde puedo cambiarme, señor?—susurré casi agonizante, mis piernas estaban debilitadas por el hambre que comenzaba a carcomer mi débil y delgado cuerpo, ya casi era medio día y no había probado bocado desde la noche anterior. Intenté dar un paso pero un mareo repentino me hizo detenerme en la misma posición que tenía en el inicio.Gracias al cielo el golpe que me propinó papá anoche solo fue un pequeño corte. Sino la vergüenza que estaría pasando ahora sería mucho mayor. Espabilé con fuerza al sentir las manos fuertes del magnate rodear mi brazo derecho para que no me callera al suelo. Bajé la cabeza de inmediato porque de una extraña manera que no podía describ
LA SUMISACapítulo 05Támara Williams⋙════ ⋆★⋆ ════⋘¡Hoy es mi primer día de trabajo y ya estoy metida en problemas!Vivika me dio indicaciones algo confusas sobre "Dormir" con mi jefe que realmente no me habían quedado claras del todo.¿Lo único que tenía que hacer, era estar a su lado para cerciorarme de que nada malo le sucediera? Se escuchaba como una tarea fácil, pero en verdad para mí no funcionaba de esa forma.Negué con la cabeza para despejar todas estas tonterías que andaban nadando por mi mente en el instante en que sentí el cuerpo de presidente tambalearse de un lado hacia el otro.Caminar hacia la recepción de la empresa fue difícil, eran pasada las once de la noche y para esta hora todos los empleados se encontraban en sus hogares y ni de hablar de Vivika; que apenas me dio la orden, se marchó dejándome sumergido en este mar turbulento, llamado "Magno Bellucci"¡¿Por qué mi jefe pesa como un maldito mastodonte?! Su cuerpo musculoso era casi imposible de arrastrar por a
LA SUMISACapítulo 06Támara Williams⋙════ ⋆★⋆ ════⋘No estaba para nada segura de lo que hacía, pero algo dentro de mi pecho me gritaba que me encontraba en lo correcto. Que este era mi lugar en el mundo. Toqué un par de veces la puerta de esta lujosa mansión en donde el gerente general de la empresa en donde trabajo me ha enviado a entregar unos papeles importantes que el señor Belucci debía firmar el día de hoy.Tiré un poco de la perilla de la puerta al no escuchar respuesta de nadie, pasé saliva con dificultad al recordar que si hacía algo mal, el señor Magno no me lo iba a perdonar, y seguramente me va a echar de la empresa y no estaba dispuesta a perder este trabajo y ahora menos que mi madre murió.Adentro de la residencia Belucci se sentía cálido, a diferencia del frío de la noche que carcomía mis huesos, mis piernas se sentían débiles y ese olor a canela y aceites que envuelve toda la mansión me embriagaba apenas di el primer paso hacia dentro.Muchos de mis compañeros de t
LA SUMISACapítulo 07Magno Bellucci⋙════ ⋆★⋆ ════⋘El jabón que se resbalaba en las frágiles manos de Tania, se desliza con suavidad sobre mi enorme y endurecida polla.Cerré los ojos, mientras que mi cabeza se elevó un poco hacia atrás por si sola, en el instante en que los espasmos que rodeaban mi cuerpo me hicieron explotar.El agua nos había empapado a ambos, así que en un acto violento y sin contemplación, arrastré hacia mi pecho a la chiquilla que desde hacía medio año vivía chupándome la polla y metiéndose en mi cama sin pedirme hasta ahora, nada a cambio.Sus ojos se abrieron exageradamente en el instante en que giré su cuerpo para estrellar así su rostro contra los azulejos de la ducha y separar sus piernas sin dudarlo dos veces.La sentí brincar al recibir luego de tanta espera, uno de mis dedos introducirse en su interior. Su agujero estaba cálido y listo para recibirme, así que no lo dudé tanto y con una sola embestida logré entrar en ese lugar que me había hecho gemir
LA SUMISACapítulo 08Támara Williams⋙════ ⋆★⋆ ════⋘¡Rayos!¿Qué era ese dolor insoportable que nace desde mi espalda y moría justo en mi zona peligrosa?Intentaba despegar mis párpados pero era imposible. Todo mi cuerpo me dolía como si cientos de elegantes hubiesen corrido por encima de mí hasta dejarme prácticamente en cenizas.Apreté la sabana que cubría mi pecho y cuando apenas busqué la forma de sentarme sobre la cama, pegué un grito cuando una punzada insoportable se alojó sobre mis labios vaginales.¿Cuanto bebí anoche?No recuerdo jamás haberme sentido de esta forma después de unas cuantas copas de vino. La cabeza se me quería caer del cuello y como pude y con poca valentía, logré abrir los ojos.Diablos...¿En donde carajos estoy?Sentí como mi bilis subió hasta mi garganta y tapé mis labios con las palmas de mis manos cuando el amargo sabor se apoderó de mi lengua y mejillas. No recordaba que había sucedido o en qué momento había terminando en el Penthouse de este hotel d