Lili
Han pasado tres semanas después que Daniel se fue, lo extraño cada día, y dormir en esa inmensa cama es una tortura, quedo allí pérdida. Cada día hablamos por vídeo llamada por horas, hasta altas horas de la noche. Hoy llevaré a mi padre al orfanato, Daniel me pidió que fuera a mirar cómo iba quedando la nueva sala de música y arte. Estoy feliz porque veré a la pequeña Isa, ha pasado bastante tiempo desde que le prometí que iría. Amelia viene con nosotros y los he notado que han hecho buena relación. Hasta mi padre ríe más que con aquella mujer.
— Buen día señorita Lili, supe que el señor Jackson, no pudo venir, pero que envió a su linda novia a supervisar — Me sonrojo al oír a la hermana Esther decir tal cosa.
— Bueno, de hecho, no entiend
DanielDespués de pasar por varios países mi última parada fue en París, a la apertura del nuevo centro comercial. Y como era de esperarse entré los presentes estaba Elisabeth, con una sonrisa sórdida en sus labios. En estas tres semanas no he parado de pensar en mi bella Lili, la tengo día y noche en mi mente. Tanto así, que adelante la apertura para estar lo más pronto posible en América. Deseaba que viniera conmigo. Pero su padre está primero y es completamente entendible. Después de dar el discurso, las puertas del centro comercial LG. Quedaron abiertas al público, toda la infraestructura está diseñada para abarcar a más de mil personas, con todo tipo de negocios y atracciones allí. Es uno de los más grandes que he construido durante los últimos años. Se lo pienso dejar a Lili, es más, James ya hizo todo el papele
— Lo dije muchas veces, esa mujer sólo se casó con nuestro padre por el dinero — Espetó con sorna Nicolás.— Con razón tu padre, cambio el testamento un mes antes, al principio se me hizo extraño, porque ella quedaba con la mitad de todo y la otra ustedes, Ese día me dijo que pronto conocería la razón, y por eso te lo dejo todo a ti Daniel, pero como eras menor de edad, tus hermanos se hicieron cargo.— Dime una cosa Daniel. ¿Se siguió insinuando?, ¿No es así? — Nicolás me escudriño con la mirada, enarco una ceja y suspiro—. Por lo menos, no te enamoraste de ella o si.Sus preguntas eran más que afirmaciones, me levanté bajo la atenta mirada de los tres hombres, caminé hasta el bar y me serví una copa de whisky, bebiéndola de golpe.
LiliAl llegar al hospital, de inmediato entraron a mi padre a realizarle los exámenes y el chequeo que ordenó el doctor cada mes. Mientras espero fuera del consultorio. Mi cabeza no deja de pensar en Daniel. Y lo que debe estar haciendo con esa mujer. Aquella sensación de tristeza me hace formar un nudo en la garganta, pero también me debe aclarar por qué estaba con ella, por más que me duela la respuesta que me vaya a dar, debo conocer la razón. Porque ella me llamo y no él.— Buenos días hermosa Lili — Y lo que me faltaba, este doctor que no me deja ni respirar, levantó la cabeza y le doy una sonrisa de labios cerrados.— Buenos días doctor — Me hace ademán con la mano para que lo siga mientras habla.— La última vez, no pude hablar contigo sobre los resultados de tu examen de s
Luego de hablar con Daniel, no estoy del todo tranquila, tuve una noche horrenda donde mi cabeza siguió trabajando sin parar, Amelia me trajo al desayuno a la cama, y le pedí el favor que ayudará a mi padre con las terapias, me siento terrible y sin ánimos, después de medio tocar la comida, vuelvo a enrollar las cobijas en mi cuerpo, cubriéndolo completamente, cierro los ojos, acaricio mi bebé, una pequeña parte mía y de Daniel, eso me hace inmensamente feliz, así él no éste conmigo; por lo menos tendré un aparte de él. Me duermo pensando en lo maravilloso que sería nuestra vida si pudiéramos adoptar a Isa, y que, junto a nuestro bebé, seamos una gran familia feliz.Siento húmedos mis labios, y en mis sueños me imagino a Daniel besándome apasionadamente, donde su lengua se enrolla con la mía, danzando a la perfecci&oa
París, Francia.DanielEntro al restaurante y camino hasta llegar al reservado, donde una Elisabeth muy contenta me recibe con un beso en la mejilla, y dándome un abrazo.— Daniel, que bueno que hayas cambiado de opinión, sabes lo que te conviene — Toma asiento y hago la misma acción.— Tienes razón, sabes que no hay mujer que te quite tu lugar — Digo frío como siempre, sonríe de lado. Un camarero toma nuestras órdenes y luego volvemos a quedar solos.— Entonces, quieres que lo hagamos acá, como los viejos tiempos. O vamos a la casa, te gustarán mis nuevos juguetes, y que solo he guardado para ti — Ronronea, pasa sus manos por el escote bajándolo un poco. La miró de reojo y me centro en mi plato de comida.— No se va poder, tendr&aacut
LiliEl agua tibia cayó en mi cuerpo relajándolo completamente, necesitaba un buen baño para apaciguar está ansiedad que me cargo. Realmente sude a mares, esperando la respuesta de Daniel. Y por más miedo que sentía, la felicidad me invadió de lleno. ¡Seremos papás!, ¡Tendremos un hijo! Sonrío inconsistente al ver su bello rostro mostrar felicidad ante la noticia. Meto mi cabeza en el chorro de agua, que choca en mi rostro hasta que siento sus grandes brazos rodear mi cintura y pegarme a su cuerpo.— Estas muy hermosa — Susurra en mi oído, pegando sus labios en mi lóbulo. Sonrío—. No volveré a separarme de ti. Ni por un día.Cada susurró, combinado con esas palabras, eran llegar a lo más alto en las nubes. Donde flotaba por inercia dejándome llevar por lo que mi corazó
Al día siguiente lo primero que hicimos fue ir al ginecólogo, para hacer el chequeo al bebé. Daniel, está demasiado feliz, su cara sería se esfumó, ha estado demasiado emocionado, con la idea de escucharlo y verlo. Sentados en el comedor todos desayunando, Daniel le contó a mi padre, que estoy en embarazo, quién se puso muy feliz, por la llegada de su primer nieto, ¡Creí que me mataría!, pero no. Acaricio mi vientre y sonrió feliz como en años no lo había visto, sus ojos adquirieron un brillo de felicidad. En todo el camino Daniel, no dejo de decirme lo hermosa y lo mucho que me quería, consintiendo a nuestro hijo. Cada que sus manos tocan mi vientre mi corazón palpita fuertemente, es una sensación indescriptible, pero maravillosa.— Buenos días Liliana, señor Jackson... Pasen, la doctora los espera — Dice el doctor Seba
DanielMe quedo viendo como desaparece Lili, tras Elisabeth. Y no me agrada la idea de ponerlos en riesgo a ellos dos, Elisabeth no conoce límites, y sólo puedo temer por mi princesa, Resopló con frustración antes de hacer la llamada a Nicolás.— Que pasa Daniel — Espetó fríamente.— Elisabeth está en mi casa, necesito que vengan mañana.— Está bien, le diré a Santiago... Por cierto, tiene que hablar, o sí no, nuestro plan se irá al carajo.—Lo tengo claro, Nicolás.— Eso espero. Daniel. Para mi, aún sientes algo por ella.— ¡Qué mierda dices!, ¡Sólo vengan rápido!Colgué el teléfono. Nicolás es demasiado desconfiado. Pe