La tía Carmela nos vio a mí y a Martín abrazarnos y movernos con dificultad, mientras que Martín todavía estaba inconsciente, quedó aturdida y sus dientes superiores e inferiores estaban seriamente separados.

—Leticia, ¿qué está pasando?—La tía Carmela no me dijo nada y le habló directamente a mi madre detrás de mí.

Mamá movió los labios, pensando que no era bueno que ella hiciera la explicación, por lo que simplemente evitó contestar al asunto:

—Oh, puedes preguntarles por tí misma. No puedo explicar bien de los niños.

—¿Eh? ¿Y los niños? Entonces, ¿qué está pasando? Está bien, preguntaré, oh, ¿qué es eso? Roberto, sal rápido, trae a tu hijo mayor, muy borracho, ¿cuánto bebió ?

El tío Roberto llegó a la puerta con los ojos somnolientos, y se quedó atónito por un momento cuando vio nuestra situación, y luego recogió al borracho que me cansó con dolor de espalda bajo el arreglo de la tía.

Como resultado, Martín no le cooperó en absoluto, murmurando inarticuladamente que, "Luna, no te