—Lo sé mamá, no te preocupes, pensaré en todo antes de tomar la decisión final.

Después de charlar con mi madre, ya eran las dos de la madrugada, bostecé y me metí en la cama, lista para dormir, y mi teléfono se iluminó.

Abrí WhatsApp y Martín envió una selfie, usando el pijama hacía un momento, con un gesto de victoria de dos manos:

[Cariño, quiero verte todos los días cuando abro los ojos. Buenas noches y buenos sueños. ]

Sentía que me estaba provocando de mí.

Quería responder algo, pero no pude encontrar una oración muy adecuada por un tiempo, así que la hojeé durante mucho tiempo y le envié una mano alentadora.

Después de que el mensaje se envió con éxito, me sentí graciosa cuando lo miré. Quería retirarlo para reenviar, pero no creía que fuera necesario, así que era así.

Había tiempo todo el día el sábado, si fuera antes de la universidad, con la buena oportunidad, definitivamente recogería a Clara y Beatriz para salir de compras. Pero todos crecimos y estábamos a diferentes ciuda