Las amigas se despidieron mediante un abrazo largo y emotivo. Anna trató en todo momento evitar el llanto u alguna otra emoción que hiciera sentir mal a Lucy, después de todo fue la única que tuvo el valor de decirle la verdad con la carga horrible que conlleva ser el mensajero de las malas noticias. _ Anna, si necesitas alejarte de aquí, puedes ir a visitarme, realmente no sé qué piensas hacer pero mi casa, tiene las puertas abiertas para tí_ le dijo acariciándo su pelo_ en mí has encontrado una amiga incondicional, a partir de ahora, todo lo que me cuentes quedará entre nosotras. Si David puede ocultar cosas de su mejor amigo, yo también lo haré! Anna sonrió._ Descuida Lucy, sabés muy bien que no puedo ir a tu casa y no es porque no quiera... ¡allí, estando tu hermano no creo que ayude mucho en este momento! _ A por él no te preocupes, la mayor parte del tiempo está viajando! Casi ni lo veo... es por eso que te lo digo, pero haz lo que tú corazón te dicte_ le dijo pellizcandole
Eugenio Velez saludó de cortesía y una sonrisa amable al recién llegado, quien parecía no estar pasando por un buen momento._¡ Alonso, que bueno es verte después de tanto tiempo!El joven apenas podía hablar, se sentía acongojado con una tristeza y angustia que le cerraba la garganta._ A mi también me alegra verte Eugenio. Nunca creí que iba a decir esto,¡pero es un alivio verte de nuevo!_ dijo sonriendo nervioso.Ambos se sentaron frente a frente._ ¿Prefieres el diván o esto?...Como tú te sientas más cómodo Alonso_ le dijo muy paciente el psicólogo._ Esta bien así... de todos modos, aunque hace muchos años que dejé de venir, quizás recuerdas el motivo por el que venía, en esos años_ dijo sonriendo Alonso.En realidad, el hombre después de tantos años tuvo que revisar su archivo. Pero apenas empezó a leerlo, recordó inmediatamente.En aquel entonces el joven, había llegado en un calamitoso estado mental, con depresión y un marcado estado de ansiedad. El abandono de su novia a qui
Anna tocó el timbre suspirando hondo tratando de calmarse. Apenas Fernando abrió la puerta sintió un gran dolor en su alma, ella tenía la cara hinchada de llorar y sus ojos estaban rojos. _¡ Annita!¿Qué te ha sucedido?_ dijo abrazándola mientras ella tenía los brazos caídos.La joven apoyó su cara sobre el hombro de Fernando, sus lágrimas brotaban pero no dijo absolutamente una palabra. El médico la conocía bastante bien, como para saber que cuanto más le preguntara ella más se encerraría en su mundo. _ Ven, pasa... siéntate_ le dijo dulcemente. Ella se sentó en el sillón, doblando sus rodillas y agarrándolas con sus brazos, casi en una posición fetal, escondiendo su cabeza. Clara le preparó un té, pero ella parecía no darse cuenta de la presencia de ninguno de los dos.Pasaron casi 40 minutos con ella en silencio y los otros observándola. La otra mujer lo miró a Fernando con quietud y dijo:_ Me voy a ir, ya es tarde pero es posible que contigo se abra y te cuente lo que está pa
Alonso viajaba hacia su casa con un gran peso en el alma, hablar con la mujer que amaba no iba a ser algo muy fácil de hacer, al menos él lo sentía así, podía enfrentarse al juez más implacable pero se sentía incapaz de hacerle frente a esa mujercita que adoraba.La conversación con Eugenio lo había dejado con mucha incertidumbre, pero a la vez, le estaba abriendo un nuevo panorama y donde enfocarse. Claro, en teoría todo resultaba más fácil que en la práctica. _ ¡No hay manera que deje a Anna... si ella decide dejarme haré lo que sea para retenerla!_ dijo mientras golpeaba con fuerza el volante del auto con fuerza.Lo de tener un amor sano, no lo había captado, claro, eso no era de la noche a la mañana, todo era cuestión de tiempo y de trabajo.Cuando llegó a su casa, encontró al departamento totalmente desierto. Eran casi las 20:30 ¿Dónde diablos estaba Anna?. Se suponía que después de estar con Lucy, regresaría a la casa para cenar juntos.Sintió miedo de que algo le haya sucedid
Alonso se sentía perdido, Anna parecía una puerta infranqueable, como si nada de lo que él dijera le afectara. _ Anna, no quería inmiscuirte en toda esta situación, quería solucionarla sin tener que afectar lo nuestro_ le dijo él.Ella se cruzó de brazos y caminó por la sala. _ Lo que no entiendo es, porqué tomaste el caso si los odias tanto_ dijo ella de manera inquisitiva_ realmente Alonso, tus excusas son bastante contradictorias. El la seguía, tratando de tocarla pero ella no se lo permitía. _Creí que si los ayudaba, podría superar de una vez todo esto... no lo sé.Ella hizo una sonrisa leve._¿Todo esto? ¿Qué sería el "Todo esto"?. Realmente Alonso, sigues sin ser claro. Quisiera entenderte pero no puedo_ le dijo Anna, mirando por el ventanal, la iluminada ciudad.El hizo un ademán de manera violenta._ Todo Anna, lo que me sucedió con Thelma, mi sufrimiento, el negarme a sentir algo por alguien más...el no poder hablarlo contigo... Anna, te amo es lo único que sé, lo único q
Anna sonrió y le dió un leve beso en los labios, acarició suavemente el cabello de Alonso preguntándose cuando lo volvería a hacer, si es que en el futuro él decidía estar verdaderamente con ella. Se requería una gran fuerza de voluntad para alejarse de Alonso amandolo como lo amaba. Pero si se quedaba sabía que sufriría el doble de lo que ya lo estaba haciendo, porque él estaba muy confundido y con ella al lado nunca podría tomar la decisión correcta.Así que, por más que él le rogara que no se fuera, ella lo haría igual. Amaba a Alonso, pero también había aprendido a amarse y a cuidarse porque la vida le había enseñado que nadie la cuidaría como ella se cuidaba. Acarició el cabello de su amado hasta que él se quedó dormido. Le dió un beso en los labios, sintió por última vez ese perfume con notas amderadas que él usaba y que siempre impregnaba su cuerpo cada vez que hacían el amor. Una vez que se aseguró que Alonso estaba completamente dormido, tomó la valija que ya había prepara
Alonso parpadeó ya que la luz de la mañana se filtraba por la ventana. Instintivamente tocó el lado de la cama en el que dormía Anna, no sólo estaba vacío sino también frío._ Sé fue_ balbuceó e inmediatamente saltó de la cama, buscándola como un loco._¡Anna, Anna! _ gritaba mientras recorría el departamento. Cuando fue a su vestidor, vió que se había llevado varias cosas, él al verlo se tiró contra la pared y fue deslizándose lentamente hasta llegar al piso._ Mi amor...¿Porqué me haces esto? _ dijo tomándose la nuca con las manos_ ¡te rogué que no te fueras, te lo supliqué y lo hiciste igual!Había un cierto resentimiento en su voz, era evidente que no había entendido nada de lo que la joven le había dicho la noche anterior. Una gran angustia se apoderó de él. Su peor pesadilla se estaba haciendo realidad. Anna lo había abandonado.Se quedó por un buen rato en esa posición tratando de encastrar las piezas de lo vivido la noche anterior y viendo de que manera podía persuadir a la
Alonso no estaba para nada de acuerdo con alejarse y lo demostró con sus acciones. Habían pasado dos días y ante el silencio de Anna el decidió tomar cartas en el asunto.En la tarde el encargado del lugar le avisó a Anna que traían algo para ella. La joven abrió grande sus ojos del asombro, aceptando el envío.De repente el departamento de la chica se halló inundando de bellas y delicadas rosas rojas y rosas, tulipanes rojos y blancos y en medio de todas una imponente orquídea Cattleya en color rojo. _ Su novio debe estar muy enamorado de usted señorita _ le dijo sonriendo el joven de la florería_ ¡hace mucho no entregamos un pedido tan grande!Anna no dijo nada, solo firmó la entrega y lo despidió.Caminó por el camino que la cantidad de flores que había le habían dejado, miró a la orquidea roja que tenía una nota, escrita por el puño y letra de su amado. "Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá romperse el eje de la tierra; como un débil cristal. ¡Todo sucederá! Podrá la mue