Capítulo 6

Bianca.

Cerré los ojos. Respire muy hondo aspirando la humedad del ambiente.

Cuando los volví a abrir la escena había cambiado. No había nieve. No había ese rastro del coche que trajo a Giovanni Lobo. Él no estaba. No me miraba. No había venido a por mí. Fue una cruel ilusión de mi mente agotada.

Mi cabeza estaba apoyada en la piedra del túnel, me había caído y mis rodillas ardían del dolor. No había avanzado tanto como mi mente lo había sentido. Me sentía engañada conmigo misma, mi propia mente se había burlado de mí. Lo peor es que me ilusionó, sentí que estaba vivo y que había regresado a por mí.

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