Bianca.Las cosas se salieron de descontrol.No puedo creer que cogiera con Giovanni delante de todos, y que estuviéramos tan absortos en nuestros actos, que no pudiéramos darnos cuenta de que hacíamos una locura. Me dolía terriblemente la cabeza, y no podía dejar de pensar en todos los sucesos.—¡Ay, cuidado! ¡Me haces daño, estupida! —le chillé a una empleada.Vi como su rostro se contraía del miedo en el reflejo del espejo del tocador dorado.—Lo siento, señora. Tiene el cabello muy enredado —se disculpó ella, volvió a cepillar las hebras rubias de mi cabello.Esta vez lo hizo con mucha más delicadeza, cuidando de no hacer mucha fuerza para no hacerme daño de nuevo. La llamé básicamente porque estaba demasiado cansada para levantarme de la cama y hacer todo esa rutina para parecerme a Annika.Ella lo haría por mí.No recordaba su nombre, pero estaba haciendo un gran trabajo con el peinado.Aún llevaba la bata de la ducha cubriendo mi cuerpo desnudo, solo estaba esperando que termin
Bianca.Temblé de miedo, de pánico. No podía ser. No podía ser. Simplemente no podía ser.Yo vi el cuerpo sin vida de mi bebé. Ese bebé no era mío, simplemente no era. Porque mi hijo estaba muerto, su corazón no resistió. Era prematuro y le faltaba aún formación. La mano dura de Giovanni se clavó en mi brazo, me jalo para que pusiera mi atención en él. Acunó mi rostro suplicándome que se lo dijera, que le contara todo lo que estaba pasando.Pero no podía.No podía hablar. Ni respirar.—Bianca no te dirá nada —una voz emergió desde dentro de las escaleras que llevaban a la parte baja del yate —. ¿Verdad, muñequita? Haz las cosas bien y tú valioso tesoro no saldrá dañado.Maxim Nóvikov salió como un espectro, Giovanni me puso contra su espalda cuando giró hacia su dirección y divisó que nos estaba apuntando con el arma. Los ojos se me llenaron de lágrimas.—¿Quién demonios eres tú? —cuestionó él—. Baja el arma o te destripo.Maxim se rió. El yate de pronto se encendió, desplazándose po
Bianca.Estaba en el medio del mar Barents, con dos enemigos cargados con una pistola que hacía sido apretada para matar al padre de mi hijo. El bebé no paraba de llorar, y yo no podía pensar en otra cosa, ¿cómo sabían en donde estábamos? ¿Por qué pudieron entrar?Apreté con los dedos muy fuertes el arma que retenía en mis manos. Mi pecho se sentía dolorido, pero no podía dejarme vencer ahora.Giovanni iba a aguantar.Estamos hablando de mi hombre, podría aguantarlo todo y sobrevivir para contarlo. Él no podría haber muerto. Es imposible que me dejará sola con su hijo.—¿Qué haremos contigo, pequeña arpia? —preguntó con un tono malvado Maxim.No se lo que vayas a hacer tú, pero voy a dispararte entre las cejas, hijo de puta.Las olas feroces movieron el barco, tuve que dar un paso atrás para no caerme. El tiempo en aquel mar se estaba embraveciendo, eso me asustó, Giovanni estaba ahí abajo herido. En esa agua helada perforando su cuerpo, adormeciendo sus músculos. El aliento se me cor
Horas más tarde. Dimitri. —¿Esta vivo, padre? —le pregunté. Todos los pescadores paramos en nuestro trabajo para ver si el hombre que encontramos varado en mar estaba vivo o muerto. Observé al sujeto. Debía tener treinta y pocos, su cabello negro estaba empapado igual que su traje manchado de sangre. Tenía bastantes balas en su abdomen. Miré a papá para saber su respuesta, él lo estaba revisando. Había estudiado medicina, pero lo dejo porque su familia no poseía el dinero para pagar la carrera. Yo corrí con su misma fuerte. Años de miserias. —Su pulso es bajo, pero sorprendentemente está vivo —anuncia. Raiza se acercó a mí, estaba tan sorprendida como toda la tripulación. —¿Debemos avisar a las autoridades, señor? —preguntó ella. Papá palidece. —No —se negó—. De ninguna manera, niña. Pescamos ilegalmente toda nuestra mercancía, si la policía se entera de esto podemos ir a la cárcel. Todos mantuvieron silencio. El cabello naranja de Raiza me dio en la cara y estuve a punto d
Bianca. —Necesitas dormir, te ves cansada —comentó Luka, lo escuché detrás de mi —. El aire frío va a enfermar al bebé.Mi mirada siguió varada en algún lugar de la inmensidad de agua, cargué al niño entre mis brazos pero no me moví. Mandé a Luka a que le comprara más ropita para que no tuviera frío y estuviera abrigado. Estaba demasiado mono con su gorrito de lana, pero aún así, no podía quitarme la soledad de mi corazón. Lo extrañaba. Lo extrañaba muchísimo. Tanto que ni siquiera podía respirar bien. Necesitaba saber que estaba bien. Que estaba vivo. El diablo no puede morir por el ataque de unos simples demonios. Aunque con los balazos que le metieron, eso es poco posible. Pero al menos, necesitaba su cuerpo para poder enterrarlo. Para llevarle flores y tener un lugar donde visitarlo. —Luka, el bebé no es mío —solté de repente. Luka se posicionó a mi lado en la parte del buque que estaba más solitaria, es la parte delantera, había varios agentes de seguridad marítima revisan
Este libro es la secuela de otro. Para enterarte bien, te recomiendo que leas el primero para mayor disfrute!NUEVOS RANGOSREINA.CAPO.DON.BOSS.CONSIGLIERE.SOTTOCAPO.CASSETTO.AVVOCATO.CAPORÉGIME.SOLDATO.En el transcurso de la historia entenderán más, con esta breve descripción espero que puedan entender: Use el rango de "reina" inventado, desconozco si existe o no, pero
MESES DESPUÉSDon.—¿Puedo echar a un lado las cortinas para que te dé la luz? —la dulce voz de Casandra resonó en las paredes del hospital.Carraspee.—No.No podía verla, pero durante todo este tiempo ella había adquirido una mejor salud. Sus mejillas llenas y sonrojadas ya no se veían tan desnutridas. Su cuerpo se redondeó y optó por cambiarse el cabello a castaña. Yo sé lo pedí. Sus hebras doradas me recordaban demasiado a Bianca.Cass se acercó hasta la cama donde estaba postrado. Quería que se fuera.—¿Ahora serás un vampiro? —cuestionó ella.Me di la vuelta para darle la espalda, gruñí de dolor porque la pierna aun no había sanado. Pero tampoco
Bianca.¿Alguna vez os habéis preguntado si el infierno existe? Pues sí. Existía, y estaba delante de mis ojos.La cárcel absorbía mi alma cada día. Y no podía hacer nada para remediarlo. Porque estaba encerrada en un lugar horrible.Durante los primeros días, me llevaron a una prisión más pequeña donde me torturaron, casi me mataron de hambre y me dejaron desnuda en el suelo frío mientras me tiraban agua helada. Quise matarme, era una mejor opción que sufrir toda mi vida, porque en el juicio me cayeron más de cincuenta años. Mi abogado pudo hacer algo para sacarme, pero estaba comprado por Annika así que cometió fallos para que la condena subiera.Estuve aislada mucho tiempo, en una habitación en la que solo comía una vomitiva comida y hacía mis necesidad