Esta vez es el turno de Steve de despertarse con una sonrisa en el rostro mientras sientes como las manos cálidas de su novia comienzan a recorrer su cuerpo. Los labios de Sandy bajan desde su boca hasta su cuello y luego trazan un camino por su torso, mordisqueando por aquí… por allá, hasta llegar a su duro y firme abdomen.Un ronroneo sale de su boca cuando siente esa cálida humedad cerrarse sobre su miembro y luego de eso todo se vuelve mil veces mejor.Para cuando Sandy está nuevamente entre sus brazos, sonriendo, satisfecha y recuperando el aliento, ella lo mira y le dice con ternura.—Feliz cumpleaños, mi amor.—Definitivamente, este es el mejor regalo que me han dado en mi vida.—¿Despertarte con sexo en tu cumpleaños?—No, despertarme con la mujer de mi vida —su mano le acaricia el rostro, le deja un suave beso en los labios y se quedan así unos minutos más.Luego de mucho apapacho, ambos salen de la cama y se van directo a la ducha. Al salir se dan cuenta que Steve tiene un p
Steve se encuentra en la última reunión de la tarde y su madre lo ve nervioso, así que le hace un gesto para que se largue de allí de una vez por todas. Se para con premura, se disculpa con todos los presentes y sale de allí prácticamente corriendo. Va a su oficina, mientras ve la hora y se da cuenta que va demasiado retrasado.—¡Sandy me va a matar!En lugar de llamarla, decide correr hasta su auto y salir de allí lo antes posible, pero antes de llegar al departamento pasa por una exclusiva joyería, en donde ha solicitado un anillo especialmente para ella.Porque sí, puede que sea su cumpleaños, pero esa noche quiere que sea especial e inolvidable. Y después de la cena, pretende llevarla a un paseo por velero y pedirle que sea su esposa.Al llegar al estacionamiento del edificio de su departamento, corre al interior y justo en ese momento le entra la llamada de Sandy
Cuando el avión finalmente despega de Chicago, Sandy siente que está dejando más de la mitad de su vida atrás. Cierra los ojos y se apoya en el asiento esperando a que el avión se estabilice y cuando le dan la señal de que ya puede quitarse el cinturón, se para corriendo y va al baño a vomitar.Decide recostarse en la cama para pasar el viaje porque no se siente nada bien, y es normal, ese día comió muy poco, estuvo muy ajetreado y lo ocurrido con Steve la tiene al borde de la locura.—Ahora lo último que me faltaría es estar embarazada… —dice con amargura, pero sabe que eso no es posible.Sonríe con tristeza mientras las lágrimas vuelven a caer. Al menos en Nueva York, su hermana Jenna la estará esperando. Ella es experta en pasar las penas en los mejores lugares, así que no tiene nada de malo.Por otra parte, está dec
Cuando el avión al fin aterriza en Nueva York, Steve siente que todo su mundo gira rápidamente, no entiende cómo todo pudo pasar así de rápido y lo único que ruega ahora es que Sandy esté en la casa de sus padres, porque de otra manera no sabe dónde encontrarla.Toma un taxi que lo lleva a la mansión de los Knox y en la entrada, lo detiene un guardia que se ve bastante rudo, pero que al acercarse le dedica una sonrisa amable.—Buenas noches, ¿a quién busca?—Buenas noches, busco a Sandy o a cualquiera de sus padres, es urgente.—¿Nombre?—Steve Moore —el guardia llama desde allí a la casa y en pocos segundos su expresión cambia.—Bien, yo le doy el mensaje —se aparta del auricular y le dice a Steve con una voz que da miedo a cualquiera, pero no a él, porque su único temor es perder a su San
Steve permanece allí de rodillas, mientras que Sandy está completamente estática. A pesar de todo lo que ha ocurrido, a pesar de que seguramente ella metió la pata al haberse ido sin escuchar nada y mucho menos de buscar la verdad, porque de otra manera, James no lo habría estado ayudando…Esos hermosos ojos de Steve la miran, como así pudiera leerle el alma, mientras espera una respuesta.—Cásate conmigo… —repite él y ella cae en cuenta de lo que está pasando.—¿En verdad te quieres casar conmigo?—Soy un hombre de palabra, lo sabes. Si no quisiese casarme contigo, no estaría aquí de rodillas pidiéndote que lo hicieras.—¿No estás enojado conmigo por haberme ido de la manera en que lo hice?—¡Oh, sí, por supuesto que sí, señorita! ¡¡Estoy muy molesto, furioso!! De hecho, tengo permiso de tu padre para darte unas nalgadas, pero eso será más tarde —le dice con ese tono seductor y pícaro que siempre usa para proponerle cosas indecentes—. Pero eso se me pasará luego de que aclaremos las
El grito de emoción que sale de la boca de sus hermanas deja casi sorda a Sandy, pero entiende que estén felices, después de todo en la familia todos creían que iba a morir virgen y sola.—¡No puedo creer que vayas a casarte! ¡¡Y antes que yo!! —se ríe Jenna de sí misma.—¡Estoy tan feliz por ti, hermanita! Me alegra muchísimo que hayas encontrado al hombre que logró capturar tu corazón —le dice Elizabeth.—Ya que Steve no tiene hermano, me ofrezco para hacer su padrino —le dice James abrazándola también.Los cuatro hermanos se miran felices, pero saben que hay un silencio un poco extraño. Los cuatro al mismo tiempo, se giran para ver a James padre y se dan cuenta que está llorando en silencio.—Papi, no tienes que llorar, sabías que esto podía pasar. Sandy encontró al hombre de su vida —le dice Jenna.—Sí, pero no creí que fuera tan pronto.—Tiene veinticuatro años, algunos de tus amigos se han casado mucho más jóvenes que eso —le dice su hijo riéndose.—¡Mentira! —grita James y Eliz
Steve termina de arreglarse la corbata frente al espejo mientras esa tropa de hombres está pendiente de sus movimientos, James jr. se acerca para decirle si en verdad está derecha.—Perfecta, cuñadito.—No sé si perfecta, pero… —dice con un gesto indeciso John, el amigo de su suegro.—Yo digo que el color es muy… —hace el mismo gesto Dan, otro amigo de James.—Ya déjenlo, que está nervioso —les dice Nathan—. No es porque sea el padre, pero si ustedes no estuvieron nerviosos el día de su boda, entonces eligieron mal a la novia.—A mí casi se me salen los nervios por la boca —se ríe Gerard.—¡Y a mí! —dicen todos, incluso James jr., Ethan Finnick le da una bofetada en la nuca y se ríe—, tú no te has casado.—Pero bien que se me quieren salir los nervios cuando veo al amor de mi vida.Todos se ríen, incluido Steve y luego deja salir un suspiro enamorado. Los toques en la puerta indican que la novia está lista y todos salen de allí, dejando sólo a Steve con Nathan.—Hijo, este es el prime
Cuando el avión aterriza en Pisa los dos se bajan tomados de la mano, con enormes sonrisas que demuestran la felicidad de sus corazones. Un auto los está esperando allí para llevarlos al hotel donde descansarán un par de días y aprovechar de conocer la ciudad.Luego, tomarán rumbo a La Spezia, un punto turístico en el noroeste de Italia realmente mágico, pero no será la parada definitiva. Allí tomarán el ferry hasta Vernazza, en donde se quedarán dos semanas.—¿Estás contenta esposa? —le pregunta Steve y ella se refugia más en sus brazos mientras ven por el balcón la hermosa ciudad iluminada de noche.—Dilo de nuevo —su tono es de niña mimada y Steve sonríe con satisfacción, porque cada vez se suelta más con él.—¿Qué cosa? ¿Si estás contenta?—No, ¿qué soy?—Mi esposa —la gira y comienza a llenarla de besos en el rostro y su cuello, haciéndola reír—. Eres mi esposa bella, el amor de mi vida, mi bruja enojona, letal y fuerte… eres mi luz, mi salvación —la levanta entre sus brazos y la