Esos días para Sandy y Steve pasan normales, sin pensar mucho en lo que había pasado con Lilian, pero los padres de ambos estaban al tanto de todo, como para tener mucho cuidado de lo que podría pasar.Sandy se levanta con un ligero dolor en la espalda baja, pero no le da mucha importancia porque sabe perfectamente de qué se trata. Se mete a la ducha, se viste con rapidez y toma las previsiones del caso.—Este mes será horrible —dice en un susurro y sale de su cuarto pensando en que deberá pasar por la farmacia algo para el dolor.Al salir al pasillo, toca la puerta de Steve porque se han acostumbrado a tomar el desayuno juntos, ya luego él se va a trabajar y ella se queda en casa leyendo o haciendo otras cosas. Steve abre la puerta y va con el teléfono en la oreja, pero en cuanto ve a Sandy cambia su sonrisa por una expresión de preocupación.—Madre, te llamo luego, Sandy no se ve bien. Sí, yo te digo cualquier cosa —tira el teléfono en la mesita al lado de la puerta y levanta a Sand
Steve pide que le manden todo el trabajo a su correo, llama a su madre para decirle que no podrá ir a la reunión mensual porque Sandy no se siente bien y ella le dice que su chica es la prioridad, después de todo Nathan siempre hizo lo mismo con ella.Llega al cuarto para ver si ella se terminó su té y la ve adormecida, le quita todo, le deja las flores al lado de la cama y sale de allí. Al regresar, vuelve con varias de las cosas que ella va a necesitar y las deja en el baño, cuando sale ella no puede evitar preguntarle.—¿Qué era todo eso?—Oh, las cosas que ocupas en tu periodo, así que puedes quedarte conmigo todo el día y la noche, por todo lo que dure —le dice metiéndose bajo la cobija y acercándose a ella.—Steve, sólo hubieses traído algo de lo que tengo en mi departamento, no era necesario —le dice ella en voz baja y ligeramente avergonzada.—Quiero ocuparme de ti con todo. Una vez me dijiste que tu padre hacía todo eso por ustedes, ¿por qué no puedo hacerlo yo por ti?—Porqu
Para Steve que le digan «compra todo lo dulce que veas» es tan literal como «ve por pollo». Y, aunque hay cosas que sabe a Sandy no le gustarán, por lo que las deja de lado, de las que sí le lleva muchísimas. Al llegar a la caja, la gente lo mira con rareza, mientras que el chico se ríe. —El cumpleaños de su hijo estará de lujo —Steve da un respingo y niega. —¡Oh, no! Yo no tengo hijos, esto es para complacer a mis suegros y mi novia, nada más. —Al menos hay una cosa segura, si no los complace, seguro les da diabetes. Le empacan todo en grandes bolsas y se va a casa, pensando en eso de ser padre. No es algo que hubiese pensando antes, porque su vida ni siquiera admitía la posibilidad de tener una sola mujer en ella, pero ahora que ha sentado cabeza y que Sandy es la indicada, sonríe al imaginarse un pequeño por allí corriendo. —Te ruego, Diosito, por favorcito… no dejes que me salgan niñas o pagaré mis pecados con colon irritable y las
El periodo de Sandy pasa luego de unos tres días, pero ya que es fin de semana, Steve decide darse un relajo, porque al no tener que ir a la oficina, se ahorró mucho tiempo de viaje y se quedó hasta tarde trabajando, aunque no mucho porque si hay algo que descubrió que le gusta es ver dormir a Sandy y ser él quien la ayude a conseguirlo.Cuando abre los ojos, con los brazos de Sandy en su abdomen, por debajo de la camiseta, se siente en la gloria. Ella con su cabello desparramado por la almohada, sus piernas enredadas con las suyas y la boca ligeramente entreabierta.Esa visión es mucho más erótica que tenerla desnuda bajo su cuerpo, aunque eso todavía no sabe cómo es.Se queda deslumbrado observando a su mujer, sonriendo al verla tan relajada.—Si hasta parece un ángel —dice bajito.De pronto, su «ángel» comienza a bajar su mano por su cuerpo, a moverse poco a poco y sin darse cuenta, su mano termina en su erección matutina.Steve da un respingo, trata de moverse con cuidado para no
Cuando sale al pasillo, Steve la está esperando con esa pose seductora que tanto le gusta, se muerde el labio inferior por lo que le provoca y Steve no puede evitar sentirse más atraído por ella, porque esos ojos dicen algo… no es la misma Sandy de hace un rato que se sentía incómoda.—¿Te sientes mejor?—Sí… pensé en muchas cosas, así que ya estoy mejor.—Bien, quiero llevarte por un desayuno y luego ir de paseo por el lago, tengo un…—No, quiero quedarme en casa hoy, sólo quiero salir para comer, pero luego quiero regresar. El lunes regresas al trabajo y quiero disfrutarte solitos en casa.—¡Maratón! —dice Steve entusiasmado y ella se ríe.En el restaurante hablan de diversas cosas, Steve nota más relajada a Sandy y no puede evitar sentirse mucho mejor consigo mismo. Luego de dejarla en el departamento, se regañó mentalmente muchas veces por lo que hizo y se dejó la nota mental de que no puede volver a pasar algo así.Como el restaurante les queda sólo a dos cuadras, se regresan cam
La boca de Steve devora con avidez la de Sandy, sintiendo ese sabor a amor y excitación tan embriagante. El cuerpo de Sandy aún se estremece por aquel orgasmo, pero Steve quiere más, mucho más.Se posiciona sobre ella, se mete entre sus piernas y se incorpora para quitarle la sudadera, comprobando lo que se imaginaba, no lleva brasier. Los ojos de Sandy lo miran, esta vez sin ni una pizca de miedo, pero aun así Steve no la tomará, no en el sofá, no en ese ambiente.La recuesta nuevamente y su boca comienza a bajar por su cuerpo, deteniéndose en sus pechos, los que permanecen duros y erguidos por la excitación, ella arquea su cuerpo cuando los dientes de Steve la rozan con un tortuosa suavidad, un gemido sale de su boca elevando aun más los niveles de excitación de Steve.—Espera… —le dice ella y le toma el rostro para que suba, lo mira a los ojos jadeante y le dice con dulzura—. Te amo.Steve sonríe por esa confesión que se tardó un poco, por respuesta la besa y pasa su erección por s
Sandy abre los ojos con una sonrisa, la boca de Steve está enterrada en su cuello mientras otra parte de su anatomía quiere invadirla. Sus bellos ojos azules se encuentran con los de Steve y con eso lo invita a que vuelva a probarla una vez más.Un par de insaciables tremendos, en eso se habían convertido y las sensaciones cada vez se volvían más sublimes. Aunque se supone que Steve era un experto por toda la experiencia que agarró en esos seis años, con Sandy está aprendiendo de nuevo muchas cosas, porque ella no se queda callada y es demasiado exigente, así que el pobre o la satisface… o la satisface, no tiene más opción.Cuando Steve cae a su lado, exhausto porque esa mujer es un torbellino, está jadeante, sonriendo como bobo y pasándose las manos por la frente para quitarse el sudor.—Madre mía, Sandy… me vas a dejar en los huesos.—No seas chilletas, que tú me despertaste así.—Sí, pero yo quería algo lento y tierno, pero tú lo convertiste en algo brutal y salvaje.—¿No te gustó,
Ambos logran organizarse en cuanto a los horarios y llegan a un consenso que sí es mejor hacerlo por la madrugada. Sandy aprende a preparar a los batidos que Mía le recomienda y de esa manera no enviarle a su hijo al trabajo en las condiciones que lo hizo aquel día.Ya que Steve está en la oficina y ella no tiene mucho que hacer, decide salir a dar una vuelta. Comienza a caminar por la ciudad y sin darse cuenta termina parada frente a una joyería, sonríe cuando ve unos gemelos que se le hacen preciosos y entra a preguntar si los hacen personalizados.—Por supuesto que sí, señorita —le dice el orfebre con una sonrisa y agrega—. También podemos hacerlo en el material que usted quiera y agregarle algún detalle que lo haga único.—Perfecto, entonces voy a querer cuatro…Tras darle las especificaciones de cómo quiere que se haga cada trabajo, le pregunta al hombre para cuándo estarán listos y él le dice que en una semana, ya que son varias las personas que trabajan en el proceso.Luego d