Steve se despierta mucho más repuesto de la faringitis, salta de la cama y se queda unos segundos admirando cómo esa mujer duerme plácidamente en su cama. Se mete a la ducha para quitarse el sudor de la enfermedad, sale con una toalla rodeando su cintura y con otra más pequeña secándose el cabello, por eso no se da cuenta de que Sandy está despierta.—¿Te costaba mucho vestirte en el baño? —lo regaña Sandy y Steve se ríe sin mirarla.—Lo siento, no pensé que te despertarías antes de que saliera —toma una playera y se la coloca, para luego acercarse a la cama—. ¿Cómo te sientes?—Mejor, sólo me duele la cabeza y las articulaciones, pero mi garganta está mejor.—Bien, hoy tampoco nos moveremos de la casa, así que te quedarás en cama —sentencia él sacando un bóxer de su cómoda y Sandy abre los ojos antes de mirar a otro lado cuando él deja caer la toalla—. Ay, no te hagas, si ya me conoces completito, ¡me has visto dos veces!—¡Pero eso no quiere decir que tenga que seguir viéndote! ¡¡Te
Sandy se recuperó satisfactoriamente de la faringitis que la atacó y regresó a ser la misma de siempre, letal, seria y con la actitud a punto de patearle el trasero a Steve.Entra a la oficina de Steve para entregarle su almuerzo, porque tiene tanto trabajo acumulado que no quiere salir de la oficina, al verlo con el teléfono pegado a la oreja y el ceño fruncido, piensa que es algo serio, pero cuando se despide y suspira cansado sabe que es algo que no quiere hacer.—¿Malas noticias? —le dice dejando su comida en una esquina.—Depende de cómo lo veas… esta noche tengo que ir a un evento.—¿Y no quieres ir? —él niega con un puchero y Sandy se ríe—. Pero tienes que ir.—Shi —dice estirando el labio inferior como si fuera un niño y Sandy suelta la carcajada.—¿Puedo saber por qué? ¿Estará aburrido, irá alguien a quien no quieres ver, tienes mucho trabajo?—Aburrido para nada, irán muchas personas que no quiero ver y sí, tengo demasiado trabajo.—Bueno, lo del trabajo podrás avanzar en lo
Sandy la toma del cabello y la saca lejos de Steve, se para entre los dos en modo protector y la mira como si estuviera a punto de matarla.—¡¿Qué te pasa, loca?! —grita histérica la mujer, llamando la atención de un par de personas que están cerca. Fer llega con ellos por si debe contener a Sandy.—Es evidente que el caballero no quiere que lo beses —sisea furiosa Sandy, acercándose peligrosamente a ella.—¡Eso no es lo que me demostró mientras bailaba conmigo! —le dice la mujer furiosa.—¿Qué dijiste? ¡¿Crees que por ese baile ya te le puedes lanzar encima?! ¡Él en ningún momento te tocó! —la mujer abre la boca para protestar, pero se calla frunciendo el ceño.—Cómo sea —dice ordenándose la ropa—, ese hombre yo lo vi primero, no te metas en lo que no te importa.—Déjame decirte, rubia plástica, que él viene conmigo, este hombre es mío y no te permito que lo manosees —Steve se queda viendo a Sandy con intensidad, aunque no puede verle el rostro, se imagina que sus ojos deben estar ce
Al llegar al departamento, Ferdinand tuvo que ponerse en modo padre tóxico en clara representación de James, porque el par de tórtolos no quería separarse. Una vez en el departamento, a Sandy le importó un pepino que en Nueva York fueran las dos de la mañana, llamó a James para contarle que tiene novio porque la emoción no la dejaba hacer nada menos que eso.Por supuesto que James dejó escapar las mil maldiciones luego de cortar y cuando Elizabeth lo vio vestirse para partir a Chicago, le dijo que se metiera a la cama o estaría castigado un mes.Y como la intimidación podía esperar, pues se metió a dormir de nuevo con su mujer.Ya por la mañana, Steve sale al pasillo en pijama, el cabello revuelto, una enorme sonrisa y dos tazas de café, pero la sonrisa se le borra cuando se da cuenta de que están sacando varias cosas del departamento de Sandy, deja las tazas en la mesita al lado de su puerta y se mete corriendo.—Se me va la mujer… —dice casi sin aliento y se mete al departamento par
En Nueva York, James se pasea de un lado a otro en su despacho, pensando cómo rayos viajar sin que Elizabeth lo mate. Le prohibió ir a intimidar a Steve como lo ha hecho con los pretendientes de sus otras dos princesas, básicamente porque es el primer novio de Sandy así, de manera oficial.—Yo tengo que ir a asegurarme de que es el correcto, pero ¿cómo lo hago?De pronto, la puerta se abre y ve entrar a Dan*, quien tiene una sonrisa de esas que dicen que hay algo interesante.—James, pareces león enjaulado, ¿estás bien?—No… mi niña, mi princesita bella, ¡está saliendo con un put0 profesional!—¡¿Se enamoró de un gigoló?!—¡Ni para eso le alcanza, porque no cobra el infeliz! —Dan se quiere reír, pero se aguanta porque él también tiene hija y no le gustaría pasar por algo así.—Yo creo que ya era hora, Sandy tiene ¿veinticuatro años?—¡Y el tipo tiene veintiocho! ¡¡Es un viejo zorro experimentado!! —Dan podría decirle que sólo son cuatro años, mientras que todos los demás del grupo tie
James se despide de su hija en el pasillo y le dice que al día siguiente irá a visitarla de nuevo.—¡Oye, Moore! Mañana vengo por ti, más te vale que sepas pescar —le advierte James y él levanta los pulgares.Después de aquella respuesta a su amenaza tan de macho Alfa, pecho peludo, músculos de acero, James sólo pudo sentir respeto por él y asentir.Ninguna de las nenitas frágiles a las que intimidó antes le respondió de esa manera, por lo que se ganó la mitad del camino. Pero, como todos los pretendientes varones, debe pasar la segunda prueba: la tropa de amigos desquiciados.Y no es porque sea ajeno a ellos, ya que incluso Ethan Finnick* debió pasar su prueba para estar con Victoria Collins**.—Papi, no seas duro con él, le basta conmigo.—Te prometo que yo no haré nada, pero no puedo comprometer a los chicos.—¡¿Qué?! ¡¿Trajiste a los locos de tus amigos?!—En mi defensa, ellos me trajeron aquí, a pescar —James se encoge de hombros y le da un abrazo a su hija—. Te veo feliz y sólo
Los días a Steve se van pasando entre ir a la oficina, trabajar y regresar a casa para estar con Sandy. Ya no la deja acompañarlo porque sabe que se aburre, nada de lo que él hace es de su interés, además… merece hacer lo que se le pegue la gana después de tanto tiempo sin vacaciones.—Señora Rangel, escanee estos documentos, por favor, y los envía a la obra de Houston. Hoy no estoy para nadie, tengo mucho que hacer.—Sí, señor.Steve camina hacia su oficina, se encierra allí a hacer lo suyo, pero un mensaje de Sandy lo saca de su mundo serio y cerrado, para arrancarle una sonrisa boba y enamorada.Recibido de Amorcito: «Quiero invitarte a almorzar, no me quiero aguantar a verte por la tarde, pero sólo si no tienes mucho trabajo.»Enviado a Amorcito: «Por ti el trabajo puede esperar, así que espero dónde me quieres ver y yo estaré allí puntual.»Sandy lo cita en el restaurante al que fueron a comer el día que les dijo a sus padres que ellos son novios, así que teniendo el lugar y la h
Sandy va mirando por la ventana, algo nerviosa y pensando por qué Steve está tan callado, si porque ver a su ex le despertó viejos sentimientos o si es porque no tiene idea cómo actuar frente a la situación.Sea cual sea, no es algo que quiera hablar en espacio público ni mientras él va conduciendo, así que decide esperar a llegar al departamento para aclarar el asunto, sólo que de pronto se da cuenta de que no van al departamento.—Creí que me llevarías a casa —le dice ella con suavidad.—¿Cómo podría llevarte a casa si te golpeaste, cariño? Un doctor debe revisarte, quiero asegurarme de que esa loca de mi3rda no te provocó alguna lesión más grave.—Estoy bien, al menos sé que no es una fractura.—Pero debemos ir de todas maneras, porque necesitan esa información para el expediente y así aprovechamos de ver cómo está el hombre del otro auto —Steve le dedica una de esas sonrisa sinceras que tanto ama y sabe que ella es la única se siente rara al respecto.Y es lógico… después de todo