Jacob.-
Al llegar a la entrada fui recibido por una mujer mayor, me miraba embelesada y sonriente “Se amable, se amable Jacob” me repetía mentalmente.
— Buen día señora, mi madre Caroline Morgan me espera –Le ofrecí mi sonrisa diplomática, que hizo que la anciana se sonrojara.
— Por supuesto joven, adelante –Pasé por su lado arrastrando los pies con las manos en los bolsillos, escuché la risa de mi madre y eso era un mal augurio para mí, me detuve cuando escuché su comentario.
— ¡Aaaw! Eres hermosa, elegante y adorable si mi hijo no se enamora de ti es un completo idiota –Rodé los ojos, era momento de hacer acto de presencia.
— Yo también te quiero madre –Las tres mujeres giraron simultáneamente, pero solo una captó mi atención por completo, sus ojos verdes claros estaban fijos en los míos, eran hipnotizantes, profundos y llenos de vida, un rostro hermoso que parecía estar esculpido por un artista, cada rasgo desde su nariz delicada hasta sus labios carnosos estaban perfectamente contorneados, llevaba un vestido que abrazaba su figura con sutileza, acentuando su elegancia natural ¡Demonios no esperaba que estuviera tan buena!
— ¡Oh Jacob querido creo que tenemos una elegida! –Mi madre se acerca con los brazos abiertos dejando un sonoro beso en mi mejilla. –Quiero presentarte a Natalia Redmond, Natalia él es mi hijo Jacob Morgan –Expresa con orgullo.
— Es un placer conocerlo –Extendió su mano temblorosa en mi dirección, con las mejillas adorablemente sonrojadas.
— Un gusto Natalia –La suavidad de su piel llevo a todo mi cuerpo una descarga eléctrica dejando mi piel ardiendo. –Espero que mi madre no te haya apuntado con un arma para obligarte a ser mi esposa.
— ¡Ay por dios Jacob! Me conoces –Replicó mi madre con un gesto de profunda indignación.
— Por eso lo digo –Respondo sin apartar mis ojos de Natalia.
— Fedora creo que deberíamos dejar a los tortolos para que se conozcan –Respondió emocionada ignorando mi comentario.
— Por supuesto, Natalia querida lleva a Jacob al jardín en un momento les hago llegar unos aperitivos.
La joven asintió mirándome fijamente y se giró, deje a las dos mujeres celebrando, mis ojos se desviaron hacía las redondas y perfectas nalgas de Natalia, esto no estaba saliendo como esperaba, no debería estarme gustando esta mujer, desvié la mirada hacía las flores del jardín.
— Tienen una linda casa –Dije para poner mis pensamientos en orden tocando cualquier tema.
— Gracias, es de mis tíos –Respondió encogiéndose de hombros. –Puedo preguntar ¿Por qué está siendo obligado a contraer matrimonio? –Su pregunta me tomó por sorpresa.
— Uhm… mi madre quiere que siente cabeza –Hice una mueca con seriedad. –Ser un Morgan significa que tu vida le pertenece a la familia entera y a sus intereses.
— No quiere casarse –Afirmó en un susurro.
— No –Dije tajante. –Sin embargo… quiero dejar las cosas muy claras, veo que le agradaste a mi madre, pero no voy a dejar que guie este circo a su manera puedo proponerte algo estoy seguro que te va a interesar así nos permitiremos estar complacidos y obteniendo beneficios por igual.
— ¿A qué se refiere? –La confusión fue evidente en su mirada.
— Pues –Giré hacia todos lados constatando que mi madre no fuera escucharme. –Te propongo un matrimonio por contrato, estaremos casados por un año o hasta que mi abuela decida hacerme el presidente de las empresas de la familia, demostraremos que somos una pareja feliz delante de todos, pero cada quien podrá hacer su vida como quiera, establecemos nuestras clausulas, si aceptas te daré todo lo que quieras. –Al mencionar esto último pude ver el brillo resplandeciendo en su mirada eran las palabras mágicas para una mujer ofrecerles una vida llena de lujos y estabilidad económica. –Lo único que debes hacer es comportarte como una esposa con una moral intachable, obediente, una digna esposa de sociedad. –Sus ojos vacilaron desviando su mirada. –Este acuerdo puede quedar entre nosotros, nadie más tiene que saberlo.
— Tendría que pensarlo –Abrí los ojos con sorpresa. –Sea por contrato o no, no pretendo ser una esposa trofeo, sé que en estos casos el amor es inexistente, pero al menos deseo tener un compañero o un amigo que me respete y me valore, podríamos darnos apoyo mutuo para lograr nuestros objetivos.
— ¿Y cuáles son tus objetivos? –Pregunté con curiosidad.
— Usted mismo lo dijo que cada quien haga con su vida lo que quiera, usted quiere casarse por un nombramiento, yo lo haría para… ser libre no saldré de una jaula de oro para encerrarme en otra.
— Mi madre se equivocó contigo –Sonreí con ironía. –Busco sumisión, porque la futura señora Morgan debe comportarse a la altura.
— Tengo sueños y metas señor Morgan si busca una mujer solo para que le sirva besando el piso por el que pasa por unos lindos vestidos y joyas, si en efecto se equivocaron conmigo –Expresó con altanería determinada, sin apartar sus ojos de los míos, sí que tenía bríos esta chica, pero yo no iba a ceder a sus caprichos es evidente que no es una mujer que se deje manipular cosa que no me conviene, me levanté abotonando mi saco.
— Fue un placer señorita Redmond –Me giré sin decir nada más, llegué a la estancia donde mi madre y la tía de Natalia sonreían tomando el té, les pasé por el frente.
— ¡Jacob! –Me detuve al escuchar a mi madre. – ¿A dónde vas?
— Me voy madre, no es la indicada –No dije nada más y salí acelerando el paso aun sintiendo la electricidad recorriendo por mi cuerpo, lo último que necesitaba en mi vida era tener a mi lado a una mujer que desafíe y cuestione mis mandatos ya tengo suficientes problemas, me subí a mi camioneta el rechinar de los neumáticos hizo eco en todos los alrededores y aceleré dejando atrás este lugar, dejando atrás el haber conocido a Natalia, buscaré la manera de sacar a mi empresa adelante no necesito un matrimonio ni a los Morgan, hasta ahora si he salido adelante solo puedo seguir haciéndolo.
(…)
El sonido insistente de mi celular retumbaba en mis oídos una vez más, por décima vez mi madre llamaba, no estaba de ánimo para escuchar su cantaleta y reproches, cerré mis ojos dejando que el alcohol me hiciera olvidar esos ojos verdes preciosos, no, el amor no es lo mío, es muy hermosa no puedo negarlo, pero no voy a caer, definitivamente no.
Natalia.-Después de ver salir a Jacob Morgan reaccioné y mis nervios se apoderaron de mí, mi tía seguramente se enojaría por no aceptar su propuesta, pero no me importa, porque en el fondo si ese hombre llega a descubrir que tengo una hija producto de una noche de copas me humillaría mi objetivo es conseguir a alguien que me ayude a encontrar a mi hija no que me juzgue y que se vuelva mi enemigo.(…)Estaba nerviosa caminando de un lado a otro por mi habitación, esperando la reacción de Fedora y no tuve que esperar mucho cuando la puerta se abrió de golpe la primera bofetada me tomó desprevenida dejándome en shock y con la mejilla ardiendo del dolor.— ¡¿Qué FUE LO QUE LE HICISTE A JACOB MORGAN?! ¡LO ARRUINASTE! –Me emparejó la otra mejilla con otra bofetada. –Gasté mucho dinero en ti para nada.— Tía –Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas sin parar. –Ese hombre no es un tonto, él no quiere casarse me lo dejó muy claro.— ¡Tú solo tenías que seducirlo! –Sentí sus uñas clavándos
Jacob.-Hoy mi día había empezado pésimo con la visita de mi madre y su cantaleta por haberme ido de la casa de Natalia Redmond de manera en como lo hice, apenas si pude dormir dos horas, tenía mi mente hecha un lío en como cancelar las cuentas de la empresa este mes, realizar un nuevo diseño para venderlo y… que no deje de pensar en ella… esa chica que ojos verdes y cabello dorado que se atrevió a rechazarme como si fuera menos y que se adueñó gran parte de mi noche.Por lo que hoy elegí caminar hasta la oficina vivía solo a unos pocos minutos del lugar en el que se ubicaban las oficinas de mi empresa, el clima en Nueva York estaba frío, pronto comenzaría a nevar y era justo lo que necesitaba para aclarar mi mente, por eso amaba esta ciudad, al entrar veo a Ronie conversando con una mujer rubia y mi corazón se detiene.— ¿Será posible? –Avancé rápidamente hasta llegar hasta ellas.— ¿Qué está pasando aquí? –Gloria mi recepcionista y Ronie fijaron su mirada en mí, pero la rubia no mov
Natalia.-Comienzo a creer que fue una muy mala idea venir a este lugar, debí citarlo en una cafetería, cuando el café caliente se derramó sobre mi piel, una oleada de dolor agudo me atravesó en mi abdomen, vi de inmediato la enorme mancha roja en mi piel, necesitaba calmar el calor de la herida abría la llave de agua fría al sentirla sentí solo un breve alivio, estaba furiosa, ¿Qué es lo que le pasa a esa mujer? Eso no fue un accidente ¿Cuál es su problema conmigo?Busqué dentro del botiquín y por suerte hallé una pomada, coloqué el tubo debajo del chorro de agua fría y luego la apliqué sobre la zona afectada el sudor comenzó a brotar en mi frente, recordándome la fragilidad de mi piel, vi la mancha de café en el vestido traté de quitarla, pero el vestido estaba arruinado.— ¡Genial! Ahora una cifra más para acumular en mi larga deuda que tengo con mi tía, pegué un brinco cuando escuche que tocaban la puerta.— Natalia, tengo un vestido aquí –Dijo Jacob del otro lado. –Creo que es de
Natalia.-— Uhm…No de verdad no hace falta, no puedo recibirle esto –Dije apenada al ver el precioso celular color rosa que ahora mi prometido me tendía. — ¿Te sentirías mejor si te lo descuento de tu sueldo? — Pues a decir verdad, sí — Bien, ya tienes mi número registrado, te avisaré esta noche la hora en la que iré por ti a tu casa, tengo asuntos que resolver en la oficina, no puedo llevarte a tu casa. — No hay problema ya hiciste mucho por mi hoy –Le sonreí sin mirarlo, cada vez que veo esos ojos mi mente comienza a imaginarse cosas que no deberían, lo veo alejarse en su auto, las mujeres que pasan a su lado se lo comen con la mirada, frunzo mi ceño con algo de molestia. — ¿Desde cuando eres celosa Natalia? –Ruedo mis ojos debo enfocarme en mi propósito este matrimonio es para conseguir a mi hija, debo sacar el máximo provecho de ese empleo, dividiré el sueldo entre la deuda con mis tíos y reunir para contratar a un investigador. Que fácil sería si recordara el nombre d
Jacob.- Me decepcionó un poco la respuesta tan vaga de Natalia, revisé el ok de Leticia mi abogada es en la única persona en quien confío para redactar mi acuerdo matrimonial, sé que la información en sus manos será un secreto.Al llegar a mi oficina me deshago del saco y el olor a manzana mezclado con el aroma del jazmín y rosas quedó impregnado en mi oficina, el olor a ella una fragancia exquisita que la definía a la perfección, la puerta se abrió de golpe sacándome de mis pensamientos.— ¡Llegaste! –Ronie soltó con seriedad, podía ver su ceño fruncido seguía enojada, pero ya era hora de ponerle un alto y dejar todo en claro.— Debemos hablar, siéntate por favor –Le ordené.— Me parece bien, no me gustó para nada que me gritaras como un troglodita, me faltaste el respeto y… –Alcé la mano silenciándola de inmediato.— Te iba a dar una oportunidad para que te disculparas— ¿Y yo por qué tenía que disculparme? –Preguntó alterada.— Le lanzaste el café encima a mi prometida –Se quedó e
Natalia.-Me tumbé en mi cama con el teléfono pegado a mi pecho sonriendo como una niña tonta, estuve toda la tarde esperando un mensaje suyo, quería no ilusionarme, pero me era inevitable porque solo con pensar en él mi corazón palpitaba con tanta fuerza que quiere salirse de mi pecho y unirse con el suyo.Pero debo ser realista, esto solo es una boda por conveniencia Natalia, mi cerebro intenta razonar con mi corazón que parece tener albedrío propio cuando se trata de Jacob Morgan, sin embargo no debo perder mi perspectiva mi objetivo es reunir el suficiente dinero para pagar el detective que necesito para que encuentra a mi pequeña, el amor vendrá después así no sea con Jacob.(…)A la mañana siguiente salté de la cama animada, con mente positiva, me alisté con un enterizo casual y una cola de caballo algo desordenada, decidí no maquillarme las bofetadas de mi tía habían desaparecido así que podría quedarme al natural el día de hoy, alisté mi mochila para llevármela de una vez ya q
Jacob.-¡Qué diablos! ¿Con que clase de personas mi madre me involucró? Cierro mis ojos recordando el momento en el que escuché el grito agudo lleno de dolor de Natalia y ver esa imagen, su tía golpeándola de una manera tan vil, con tanta saña en su mirada como si quiera matarla simplemente no podía creerlo, en la familia Morgan si estamos locos, somos arrogantes, rebeldes, orgullosos y hasta competitivos, pero nunca nos hemos maltratarnos de esa manera y yo que pensábamos que éramos imperfectos.Me restriego el rostro con frustración ¿Debería hablar con mi madre y huir? ¿Cancelar este compromiso? No sabemos con qué clase de personas nos estamos involucrando, no es que sea un cobarde, pero es de sabios el dicho es mejor aquí corrió que aquí murió.Sin embargo siento que no puedo dejar a Natalia volver con esa loca ¡Aaaaws! ¿Por qué todo tiene que complicarse? Estaciono en la casa del terror para buscar las pertenencias de Natalia, al tocar el timbre me abre la puerta la misma mujer qu
Natalia.-Toda la noche envidié a Leticia durmiendo tan tranquila como si nada la perturbara, yo apenas si puede dormir una o dos horas, pero siempre mis pensamientos terminaban con la misma frase “No le mientas, no le mientas” y aunque no es mi intención hacerlo debo por mi hija ella es más importante que Jacob, que mis sentimientos es en lo único en lo que debo pensar Lucia.Me detuve en medio de la habitación con la bata de baño, recordé que no tenía ropa limpia ¿Y ahora? Di un respingo cuando alguien comenzó a tocar la puerta, Leticia dio un bostezo estirando sus brazos.— Buenos días –Dijo aun con sus ojos somnolientos.— Buen día, están tocando la puerta –Leticia se levantó caminando casi dormida.— Es sábado, quien toca a las siete de la mañana –Se quejó abriendo la puerta. -¡Oh claro Jacob! ¿No te gusta dormir?— ¿Jacob? –Las piernas me temblaron yo estaba en bata de baño y Leticia bueno, se veía sensual aún con la maraña de cabello en mi debate mental no me di cuenta que ambo