Natalia.-
Después de ver salir a Jacob Morgan reaccioné y mis nervios se apoderaron de mí, mi tía seguramente se enojaría por no aceptar su propuesta, pero no me importa, porque en el fondo si ese hombre llega a descubrir que tengo una hija producto de una noche de copas me humillaría mi objetivo es conseguir a alguien que me ayude a encontrar a mi hija no que me juzgue y que se vuelva mi enemigo.
(…)
Estaba nerviosa caminando de un lado a otro por mi habitación, esperando la reacción de Fedora y no tuve que esperar mucho cuando la puerta se abrió de golpe la primera bofetada me tomó desprevenida dejándome en shock y con la mejilla ardiendo del dolor.
— ¡¿Qué FUE LO QUE LE HICISTE A JACOB MORGAN?! ¡LO ARRUINASTE! –Me emparejó la otra mejilla con otra bofetada. –Gasté mucho dinero en ti para nada.
— Tía –Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas sin parar. –Ese hombre no es un tonto, él no quiere casarse me lo dejó muy claro.
— ¡Tú solo tenías que seducirlo! –Sentí sus uñas clavándose en mi cuero cabelludo cuando me dio un jalón de cabello llevando mi cabeza hacía atrás. –Enamorarlo o es que solo necesitas alcohol para abrir las piernas y volverte una zorra, te embarazaste de un pobre diablo pariendo una bastarda, pero con Jacob Morgan ¿Elegiste hacerte la difícil? no sé cómo, pero vas a solucionar esto Natalia, te vas a casar con ese hombre si o si, de lo contrario llamaré a quien tiene a tu hija bastarda y daré la orden para que la den en adopción y nunca más volverás a saber de ella.
— ¡No tía por favor! –Me arrodillé suplicando ante sus pies. – ¡Por favor, no lo hagas! –Lloré sin control, pero su mirada fría y llena de maldad me hizo darme cuenta que hablaba en serio si no hacía lo que me pedía. –Mañana mismo buscaré a Jacob Morgan y le pediré que se case conmigo, pero ¡por favor no regales a mi niña!
— Más te vale que cumplas y que llegues aquí con una respuesta positiva, si no atente a las consecuencias Natalia. –Salió de la habitación azotando la puerta.
Me quedé tirada en el piso tratando de que mi llanto se deshiciera de toda mi angustia, gatee hasta mi cama, debajo de mi almohada escondía la única foto que tenía de mi bebita, le di un beso como siempre lo hago y la coloque sobre mi pecho, el sufrimiento por no tenerla a mí lado me envuelve como una niebla densa, pesada y opresiva que parece no tener fin.
— Haré todo para recuperarte mi princesa, todo.
(…)
Madrugué para prepararme, me coloqué un lindo vestido azul celeste, estaba frente al espejo intentando cubrir con maquillaje la hinchazón de mis ojos y las marcas de los dedos de Fedora dejando huellas de nuestra discusión el día de ayer un maquillaje sutil y mi cabello suelto en ondas cayendo como una cascada dorada, esperaba que fuera lo suficiente para lograr convencer a Jacob Morgan de que se case conmigo.
Anoche después de horas sentada en el suelo abrazando la foto de Lucía ese fue el nombre que le di a mi pequeña porque ella es ese rayito de luz que ilumina mi vida entera, estuve investigando la dirección de la empresa de Jacob Morgan, me sorprendió ver que se dedica a la creación y diseño de vehículos quede fascinada porque daría lo que no tengo por trabajar en ese lugar, vi la hora en mi reloj y decidí salir no quería toparme con Fedora o con mi tío, tomé mi bolsa y mi abrigo no me fui sin antes dejarle su respectivo beso a la foto de Lucia y luego la escondí debajo de mi almohada.
Mis esfuerzos por salir sin que nadie lo notara se fueron a la m****a cuando fui interceptada por mi tío, con fuerza me tomó del brazo pegándome contra la pared.
— ¿A dónde te diriges tan guapa sobrina hermosa? –El estómago se me revolvió al sentir el aroma de su aliento chocando en mi rostro.
— Iré a cumplir las órdenes de mi tía
— ¡Ah con Jacob Morgan! –Sonrió clavando la mirada en mi escote relamiéndose los labios. –Pues bien, necesito el dinero de ese imbécil para mis negocios al bufete últimamente no le ha ido muy bien, así que yo también espero que cumplas, pero antes de casarte con él y ser su mujer, serás mía primero. –Su mano comenzó a deslizarse por mi muslo.
— Tío no hagas esto –Le supliqué con la voz entrecortada cargada de temor.
— ¡Shh! Ya lo que tenías que cuidar lo perdiste hace tiempo sobrina, puedes dármelo a mí también.
— Tengo que irme –Lo aparté como pude y me alejé rápidamente bajando las escaleras corriendo, una lagrima se deslizó por mi mejilla, esto era lo único que me faltaba mi tía vendiéndome al mejor postor y chantajeándome y su esposo acosándome, en este momento ser la sumisa de Jacob Morgan sería lo mejor que me podría pasar.
(…)
Me baje una cuadra antes el trafico estaba insoportable en la ciudad y caminé hasta el edificio donde se ubicaba la empresa de Jacob Morgan, no era un edificio muy alto como los que acostumbras a ver aquí en Nueva York, pero de lo que si no carece es de elegancia y buen gusto.
— Se parece a su dueño –Suspiré antes de cruzar la avenida.
Al ingresar al edificio un pequeño recibidor y un escritorio le dan la bienvenida a los visitantes, la recepcionista una chica de baja estatura y el cabello perfectamente recogido en una cola de caballo con su uniforme impecable le da más elegancia y porte, la veo mover los dientes apretando el auricular que cuelga en su oreja, me detengo frente a ella con una sonrisa amable.
— ¡Bienvenida a JCM Motors! ¿En qué puedo ayudarle? –Me recibe la chica animada.
— Buen día, vengo a ver al señor Jacob Morgan
— ¿Tiene cita? –Me mordí el labio y negué. –Lo siento, pero el señor Morgan no atiende a nadie si no es con cita previa.
— Lo entiendo, pero es muy importante que hable con él ¿Crees que podría esperarlo aquí adentro mientras llega?
— Él no suele pasar por aquí tiene su propio ascensor que va desde el estacionamiento del edificio hasta su oficina, ¡Ah pero mire tiene suerte su asistente está llegando! –Me señala con un dedo hacía la puerta al girar veo a una mujer con el cabello castaño, liso, ojos marrones casi negros, es una mujer muy bonita camina con elegancia y segura de sí misma, como si… fuera la jefa.
— ¡Uhm! Señorita Verónica –Se detiene cuando la recepcionista la llama, lo que tiene de bonita le sobra en arrogancia y soberbia a leguas se le nota. –La señorita… –La chica se me queda viendo esperando a que me presente, recordé que en la pequeña conversación no le dije mi nombre.
— ¡Oh! Natalia Redmond
— La señorita Natalia desea conversar con el jefe.
— ¿Y tú quién eres? –Preguntó la asistente mirándome de arriba abajo con cierto desdén.
— Uhm… El señor Jacob y yo nos conocimos ayer y… –No acabe de darle la información cuando la mujer soltó un bufido rodando los ojos.
— Mira si viniste aquí buscando una segunda cita con Jacob, perdiste el tiempo, él no recibe a sus amantes aquí, espéralo en el burdel o el bar donde lo conociste, esta es una empresa seria –El tono de su voz era de puro desprecio y sarcasmo en su máxima expresión.
— ¿Disculpa? –Fue lo único que le pude responder, estaba bien vestida, de manera sencilla sí, pero mi aspecto no era el de una puta, no podría creer que esta mujer me tratara como si fuera una cualquiera.
— ¿Qué está pasando aquí? –Detrás de mí se escuchó una voz que me heló la sangre, una voz que mi cerebro se había grabado con detalle, mi cuerpo estático no pudo ni siquiera girar para verlo.
— ¡Buen día Jacob! –Su asistente cambió su semblante arrogante y le mostró una gran sonrisa, se acercó a él y escuché cuando le dio un gran beso en la mejilla. –No pasa nada, solo que esta… señorita vino a hablar contigo, pero le acabo de decir que…
— ¿Natalia? –El oír de sus labios mi nombre hizo que cada fibra de mi cuerpo vibrara llevando una descarga por toda mi piel haciendo que mi corazón se acelerara, nunca ningún hombre había hecho que mi cuerpo reaccionara de esa manera como lo estaba haciendo él y esto podía significar un problema, no puedo tener sentimientos por él ninguno.
Jacob.-Hoy mi día había empezado pésimo con la visita de mi madre y su cantaleta por haberme ido de la casa de Natalia Redmond de manera en como lo hice, apenas si pude dormir dos horas, tenía mi mente hecha un lío en como cancelar las cuentas de la empresa este mes, realizar un nuevo diseño para venderlo y… que no deje de pensar en ella… esa chica que ojos verdes y cabello dorado que se atrevió a rechazarme como si fuera menos y que se adueñó gran parte de mi noche.Por lo que hoy elegí caminar hasta la oficina vivía solo a unos pocos minutos del lugar en el que se ubicaban las oficinas de mi empresa, el clima en Nueva York estaba frío, pronto comenzaría a nevar y era justo lo que necesitaba para aclarar mi mente, por eso amaba esta ciudad, al entrar veo a Ronie conversando con una mujer rubia y mi corazón se detiene.— ¿Será posible? –Avancé rápidamente hasta llegar hasta ellas.— ¿Qué está pasando aquí? –Gloria mi recepcionista y Ronie fijaron su mirada en mí, pero la rubia no mov
Natalia.-Comienzo a creer que fue una muy mala idea venir a este lugar, debí citarlo en una cafetería, cuando el café caliente se derramó sobre mi piel, una oleada de dolor agudo me atravesó en mi abdomen, vi de inmediato la enorme mancha roja en mi piel, necesitaba calmar el calor de la herida abría la llave de agua fría al sentirla sentí solo un breve alivio, estaba furiosa, ¿Qué es lo que le pasa a esa mujer? Eso no fue un accidente ¿Cuál es su problema conmigo?Busqué dentro del botiquín y por suerte hallé una pomada, coloqué el tubo debajo del chorro de agua fría y luego la apliqué sobre la zona afectada el sudor comenzó a brotar en mi frente, recordándome la fragilidad de mi piel, vi la mancha de café en el vestido traté de quitarla, pero el vestido estaba arruinado.— ¡Genial! Ahora una cifra más para acumular en mi larga deuda que tengo con mi tía, pegué un brinco cuando escuche que tocaban la puerta.— Natalia, tengo un vestido aquí –Dijo Jacob del otro lado. –Creo que es de
Natalia.-— Uhm…No de verdad no hace falta, no puedo recibirle esto –Dije apenada al ver el precioso celular color rosa que ahora mi prometido me tendía. — ¿Te sentirías mejor si te lo descuento de tu sueldo? — Pues a decir verdad, sí — Bien, ya tienes mi número registrado, te avisaré esta noche la hora en la que iré por ti a tu casa, tengo asuntos que resolver en la oficina, no puedo llevarte a tu casa. — No hay problema ya hiciste mucho por mi hoy –Le sonreí sin mirarlo, cada vez que veo esos ojos mi mente comienza a imaginarse cosas que no deberían, lo veo alejarse en su auto, las mujeres que pasan a su lado se lo comen con la mirada, frunzo mi ceño con algo de molestia. — ¿Desde cuando eres celosa Natalia? –Ruedo mis ojos debo enfocarme en mi propósito este matrimonio es para conseguir a mi hija, debo sacar el máximo provecho de ese empleo, dividiré el sueldo entre la deuda con mis tíos y reunir para contratar a un investigador. Que fácil sería si recordara el nombre d
Jacob.- Me decepcionó un poco la respuesta tan vaga de Natalia, revisé el ok de Leticia mi abogada es en la única persona en quien confío para redactar mi acuerdo matrimonial, sé que la información en sus manos será un secreto.Al llegar a mi oficina me deshago del saco y el olor a manzana mezclado con el aroma del jazmín y rosas quedó impregnado en mi oficina, el olor a ella una fragancia exquisita que la definía a la perfección, la puerta se abrió de golpe sacándome de mis pensamientos.— ¡Llegaste! –Ronie soltó con seriedad, podía ver su ceño fruncido seguía enojada, pero ya era hora de ponerle un alto y dejar todo en claro.— Debemos hablar, siéntate por favor –Le ordené.— Me parece bien, no me gustó para nada que me gritaras como un troglodita, me faltaste el respeto y… –Alcé la mano silenciándola de inmediato.— Te iba a dar una oportunidad para que te disculparas— ¿Y yo por qué tenía que disculparme? –Preguntó alterada.— Le lanzaste el café encima a mi prometida –Se quedó e
Natalia.-Me tumbé en mi cama con el teléfono pegado a mi pecho sonriendo como una niña tonta, estuve toda la tarde esperando un mensaje suyo, quería no ilusionarme, pero me era inevitable porque solo con pensar en él mi corazón palpitaba con tanta fuerza que quiere salirse de mi pecho y unirse con el suyo.Pero debo ser realista, esto solo es una boda por conveniencia Natalia, mi cerebro intenta razonar con mi corazón que parece tener albedrío propio cuando se trata de Jacob Morgan, sin embargo no debo perder mi perspectiva mi objetivo es reunir el suficiente dinero para pagar el detective que necesito para que encuentra a mi pequeña, el amor vendrá después así no sea con Jacob.(…)A la mañana siguiente salté de la cama animada, con mente positiva, me alisté con un enterizo casual y una cola de caballo algo desordenada, decidí no maquillarme las bofetadas de mi tía habían desaparecido así que podría quedarme al natural el día de hoy, alisté mi mochila para llevármela de una vez ya q
Jacob.-¡Qué diablos! ¿Con que clase de personas mi madre me involucró? Cierro mis ojos recordando el momento en el que escuché el grito agudo lleno de dolor de Natalia y ver esa imagen, su tía golpeándola de una manera tan vil, con tanta saña en su mirada como si quiera matarla simplemente no podía creerlo, en la familia Morgan si estamos locos, somos arrogantes, rebeldes, orgullosos y hasta competitivos, pero nunca nos hemos maltratarnos de esa manera y yo que pensábamos que éramos imperfectos.Me restriego el rostro con frustración ¿Debería hablar con mi madre y huir? ¿Cancelar este compromiso? No sabemos con qué clase de personas nos estamos involucrando, no es que sea un cobarde, pero es de sabios el dicho es mejor aquí corrió que aquí murió.Sin embargo siento que no puedo dejar a Natalia volver con esa loca ¡Aaaaws! ¿Por qué todo tiene que complicarse? Estaciono en la casa del terror para buscar las pertenencias de Natalia, al tocar el timbre me abre la puerta la misma mujer qu
Natalia.-Toda la noche envidié a Leticia durmiendo tan tranquila como si nada la perturbara, yo apenas si puede dormir una o dos horas, pero siempre mis pensamientos terminaban con la misma frase “No le mientas, no le mientas” y aunque no es mi intención hacerlo debo por mi hija ella es más importante que Jacob, que mis sentimientos es en lo único en lo que debo pensar Lucia.Me detuve en medio de la habitación con la bata de baño, recordé que no tenía ropa limpia ¿Y ahora? Di un respingo cuando alguien comenzó a tocar la puerta, Leticia dio un bostezo estirando sus brazos.— Buenos días –Dijo aun con sus ojos somnolientos.— Buen día, están tocando la puerta –Leticia se levantó caminando casi dormida.— Es sábado, quien toca a las siete de la mañana –Se quejó abriendo la puerta. -¡Oh claro Jacob! ¿No te gusta dormir?— ¿Jacob? –Las piernas me temblaron yo estaba en bata de baño y Leticia bueno, se veía sensual aún con la maraña de cabello en mi debate mental no me di cuenta que ambo
Jacob.- Las acusaciones de la tía de Natalia fueron muy graves, pero ¿Por qué la acusaría siendo todo una mentira? Justo ahora se tenía que presentar todo esto, no estoy para este tipo de conflictos tengo cosas más importantes que hacer.— Para haber perdido a su prometida estás muy tranquilo –Leti me saca de mis pensamientos.— Le puse un rastreador a su celular, cuando se le pase el berrinche la buscaré –Dije observando el anillo que mi madre me dio para ella.— Sabes eres un hombre brillante Jacob en serio, pero cuando se trata de mujeres eres tan idiota, ¿Crees que ella se va a quedar con cualquier cosa que le hayas regalado? –Enarcó una ceja mirándome con algo de diversión, salté de la silla como un resorte saliendo del restaurante con rapidez, mi amiga caminó detrás de mí, al pasar por recepción la empleada llamó a Leti entregándole la llave, se la arranqué de la mano y corrí al ascensor, no puedo explicar la angustia que sentí si dejó su celular ¿Cómo voy a encontrarla?Cuando