Emma Spencer.Luego de lo que sucedió en la casa de Sheldon, regresamos a la mansión. Con Elizabeth acordamos en que regresaría mañana, ya que debo entrenar mis poderes. Se están manifestando de una forma que no lo esperaba, en lo absoluto y si lo pienso detenidamente, me asusta.Temo a lo que podría suceder si no logro controlarlos. Creo que lo que más miedo me da, es hacerle daño a mi familia o no poder defenderlos cuando el tiempo de hacerlo venga. Mi gente necesita una líder fuerte y sé que lo soy. Pero también soy consciente de que necesito ayuda. Necesito que me enseñen y que me entrenen.Elizabeth me hizo prometer, una y otra vez, que no me quitaría el bendito anillo, ni siquiera para dormir. Según ella, el anillo se adecua a la magia de su dueño. Esto quiere decir, que, si su dueño practica la magia negra, entonces cosas obscuras sucederán. En realidad, no tengo deseos de comprobar si lo que Elizabeth dice es cierto o no, así que prefiero creerle.Mis parejas están de acuerdo
Emma Spencer.Después que se fue James, llegó a la mansión mi familia. Ninguno de los chicos me permitió levantarme, ya que mi actitud los tiene muy preocupados. Seguramente Parker les tiene que haber contado de mi actitud durante la tarde y también lo que le pedí que averiguara de James. Insisto, hay algo en él que no me da confianza.“Me siento igual, Emma. Hay algo en sus ojos, como si ocultara algo.”“¿Y sus manos? ¿Notaste sus manos?” Le pregunto a Mia.Ella parece pensar por unos minutos, hasta que me dice, “Estaban frías.”“Exactamente, Mia. Los hombres lobo o los Lycan, nunca tienen las manos frías, por su elevada temperatura corporal. ¿No te parece extraño?”Frunce el ceño y luego me dice, “¿Qué criaturas tienen las manos frías? Porque claramente ese hombre sí es un ser supernatural, pero ¿lobo? Lobo no es.”Luego de mi conversación con Mia, en donde surgieron más dudas que certezas, me fui a dormir. Con cada respiración, sentía que mis preguntas se alejaban cada vez más de m
Emma Spencer.La mañana vino rápidamente. Dormimos los tres en la habitación de Peter que ahora es nuestra habitación. Peter solicitó que sus hombres dejaran todas nuestras pertenencias ahí y también solicitó una cama especial que pueda contenernos a los cuatro. El pedazo de mueble ¡es gigantesco!Durante mi primer sueño compartido aprendí que puedo llamarlos cuando desee invitándolos a invadir mi inconsciente. Lo que vivimos es algo que no es de este mundo. Es como si se tratase de tener una conexión máxima con ellos.Cuando abrí los ojos, noté que estaba sola en esa enorme cama. Y debo reconocer que no me gustó en lo absoluto. Me sentí… vacía. Veo en mi mente cómo Mia se levanta bostezando, cuál gato sale de su cama. “¡UFF! Qué sueñito te pegaste, ¿eh? No sabía que podías llegar a ser bien putona, perra.”Abro los ojos como platos, asombrada del comentario de Mia, mientras le digo, “¡Hey! No te vi poniendo resistencia, Mia. Así que, si yo soy putona, pues déjame decirte que tú tambié
Emma Spencer.Cuando escuché a mis parejas afirmar que eran capaces de oír a los cachorros, me quedé en blanco. No sabía cómo responder a esas afirmaciones. Durante toda mi vida había sido guiada por los hechos científicos detrás de cada evento. Pero ¿cómo demonios debería reaccionar a esto? Siendo que cada fibra de mi ser científico me gritaba que estos hombres estaban llenos de basura.Se acercaron lentamente, con su mirada perdida en los sonidos que supuestamente hacían las pequeñas almas que mi vientre albergaba. Pusieron sus orejas en mi estómago plano y sus sonrisas se ampliaban a cada segundo.Fruncí el ceño, confundida. Mamá, al verme en ese estado, se sentó a mi lado, tomó mi mano y me susurró en el oído. “Los Lycans reales pueden oler a sus cachorros y escucharlos desde que están en el vientre de la madre, cariño. Si te están diciendo que pueden escucharlos, entonces debes creer que es cierto. Aunque sé que tu cerebro de científica te está gritando que no creas nada.”Colgué
Emma Spencer.“¿Hija? Emma, vamos ¡despierta! ¡Carajo! ¡Emma! ¡CHICOS! ¡AYUDA!”Escuchaba la voz de papá a lo lejos y podía sentir su pánico. Sentía muchas manos moviéndome, desesperadas por alguna reacción. La verdad es que quería reaccionar, pero algo dentro de mí me decía que aún no era tiempo.“¡Emma! Tenemos… que… conversar…” Se escuchaba a lo lejos como un susurro. Vi alrededor y todo era oscuridad. Intente sentir a Mia, pero fue en vano. Estaba sola. Suspiré y me resigné a seguir por el túnel que se abría ante mi vista. “La luz al final del túnel” no podía ser más cliché.Caminé y rápidamente estaba al final. Se abría ante mí un bosque majestuoso. Altos pinos, densos arbustos y la hierba que se elevaba hasta mis tobillos. Una fría brisa sopló en mi dirección, enviando escalofríos a través de mi espina dorsal. El aroma a tierra húmeda me tranquilizaba y reconfortaba. Algo en este lugar me parecía familiar. Era como… estar en casa.Caminé por el sendero que se descubría ante mis
William Reed“Quiero que me dejen sola. Papá, ¿te quedas conmigo?”Resoplé profundamente, y le dije a Parker por enlace mental, “¿Está hablando en serio? ¿Qué demonios le pasa a Emma? ¿Por qué nos aleja de ella?”“Déjala, William. Tiene sus motivos.”“Nada justifica que nos aleje. Somos sus putos compañeros, ¡maldita sea!”Y en ese momento, Jenny habló. Nos dijo que lo entenderíamos cuando nuestros cachorros estuvieran en nuestros brazos. Pero esto es otra razón para no alejarnos de ella. ¿Acaso no entiende que estando embarazada nos volvemos aún más sobre protectores y posesivos?Salimos lentamente sin que ninguno de nosotros dijera una sola palabra. Pero la frustración estaba escrita en palabras llamativas en nuestras caras. Suspiré fuerte y me dejé caer en la silla que se encontraba en pleno pasillo. Los demás se quedaron de pie, expectantes a que Emma nos volviera a llamar.Jenny nos sonrió y dijo, “los dejaré solos. Iré a ver a Maddie. Ya es hora de que se levante.”Luego nos dio
Emma Spencer.Miré por unos segundos a William y pude ver solo amor y preocupación en sus ojos. Respiré profundo, intentando colectar el valor que tengo en mí, para decirle el secreto que ha atormentado por largo tiempo.“¿Planeas decirle sobre Warren? —Me dijo Mia acercándose perezosamente.“¡Hey! ¿Estás bien? Fue aterrador, no sentirte conmigo, Mia.”“Si estoy bien. Cuando te desvaneciste, fue como si se me impusiera dormir. Estuve dormida durante todo ese tiempo. Ahora, contesta la pregunta, perra. Deja de desviar el tema.”“Debo hacerlo. Les he ocultado durante mucho tiempo el desastre de las diosas.”“¿Cómo crees que reaccionaran? Me preocupa mucho, perra.”Suspiré y le dije, “de los tres, el único que en verdad me preocupa es Peter. ¿Recuerdas como reaccionó cuando se enteró de que tenía tres parejas?”“Oh… Mierda.” — La vi como un temblor recorrió su cuerpo al recordar lo enceguecido por los celos que estaba Peter al enterarse de mi tercera pareja.Luego añadió, “bien. Si plane
Warren FosterEstaba sentado en mi despacho, cuando sentí el llamado. Algo en mi pecho me decía que debía ir al bosque que colinda con la casa de la manada. Me quedé sentado mirando por la ventana, decidiendo si hacerle caso a mi intuición o no. Llevo años buscándola, sin encontrarla.A veces pienso que las diosas me están castigando por los crímenes de mi padre. El hombre podrá ser el rey, pero eso no significa que yo esté de acuerdo con cómo ha manejado las cosas. Es por eso por lo que estamos distanciados y los conflictos entre nuestras manadas se hacen aún más grandes, cada día que pasa. El reino está polarizado entre los que me apoyan y los que le temen a él.Uno de los mayores conflictos que hemos tenido, es el maldito internado. Siempre he estado en desacuerdo con eso, pero él lo mantiene andando igual, atrayendo, cada año, a más niños y jóvenes de las distintas manadas del mundo. Con eso ha logrado tener espías en todos los lugares. Con los años he ido colocando más gente de m