Con sus ojos ardientes y su puño apretado, Derek golpeó la pared con un estallido que sacudió la habitación. La impotencia que sentía era como un fuego abrasador que le quemaba el pecho. ¿Cómo pudo haber sido tan ingenuo como para confiar en Ariam? ¿Cómo pudo haberse arriesgado tanto por cumplir los objetivos de la misión? Se lamentaba con furia, sintiendo cada golpe que daba en la pared como una pequeña venganza, dejando surcos de frustración y rabia. Era un dolor que se manifestaba en su rostro, marcando cada línea con el peso de su preocupación.Julian y los otros hombres en el sitio secreto intentaron calmar al furioso Derek, pero su ira estaba fuera de control. Quería escapar de allí inmediatamente para buscar a Ariam y asegurarse de su seguridad. Sin embargo, Julian y los demás se plantaron en su camino, formando un muro humano que bloqueaba su salida. Derek los miró fijamente, su corazón latiendo con intensidad, mientras sus manos temblorosas se cerraban en puños.—Quítate de m
Ariam yacía en su lecho, rodeada de cojines y mantas suaves, que la acunaban como si fuera una frágil muñeca de porcelana. A través de la ventana, podía divisar el resplandor del sol y el canto de los pájaros, que la envolvían en una sensación de paz y tranquilidad. Su piel, aún pálida por el dolor, brillaba bajo la suave luz de la mañana, mientras que su cabello oscuro caía en cascada por su rostro como una cortina de seda. A pesar de la gravedad de su herida, Ariam había sido bendecida con una recuperación inesperadamente rápida, y su cuerpo se estaba curando más rápido de lo que cualquier médico habría pronosticado. Sin embargo, todavía se sentía un poco adolorida y fatigada, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo descansando en la cama, dejando que su mente divagara en sus pensamientos más profundos.Gaurí había convertido la habitación de Ariam en un santuario lleno de flores y fragancias, intentando alejar cualquier rastro del ambiente hospitalario. Con su impecable traje y
Ariam levantó su mentó y le dio una mirada desafiante a Derek, dejando en claro que no iba a dejarse vencer tan fácilmente. —No voy a dejar que un pequeño tropiezo me haga desistir— dijo con firmeza. —Estoy perfectamente capacitada para seguir trabajando contigo y lo sabes.Derek se acercó a ella con una determinación silenciosa en su mirada. Tomó sus manos entre las suyas y las sostuvo con firmeza, como si fueran la cosa más preciosa del mundo. Ariam no podía apartar la mirada de él, hipnotizada por la intensidad de sus ojos. Con ternura, Derek llevó sus manos a sus labios y las besó suavemente, como si quisiera calmar la tempestad que emergía dentro de ella.Fue entonces cuando Derek habló, y su voz era ronca y a la vez suave.—No puedo soportar verte herida de nuevo—La mirada de Derek la quemaba su corazón comenzó a latir como si se quisiera salir de su pecho—Nena tú significas mucho para mí.Ariam se estremeció al oír sus palabras. Ella sabía exactamente lo que él estaba diciendo
Ariam se encontraba en una situación crítica, luchando por su vida contra un hombre enviado por los Yakuza para acabar con ella. El hombre intentaba inyectarle una sustancia que ella consideraba venenosa. Su corazón latía con fuerza, sintiendo la adrenalina correr por sus venas mientras peleaba por su vida. El hombre era un luchador experto, ágil y fuerte, y parecía no tener problemas en controlarla. Ariam sabía que necesitaba ayuda y justo en ese momento, los guardias entraron en la habitación. La pelea se intensificó, con los guardaespaldas luchando contra el hombre con ferocidad. Los golpes y los gritos llenaron la habitación, mientras Ariam se mantenía en guardia, observando con atención cada movimiento. En un descuido, el agresor logró agarrar la jeringa y, en un movimiento rápido, se la inyectó a sí mismo en el cuello. Cayó muerto al instante, pues los Yakuza preferían la muerte antes que ser capturados, ya que eso supondría una deshonra para ellos. Afortunadamente, Ariam logró
Las manos de Derek se movían por el cuerpo de Ariam como una pluma, haciendo que su corazón latiera con anticipación. Sentía cómo sus dedos rozaban suavemente su piel, enviando escalofríos por su espina dorsal. A medida que él seguía frotando su cuerpo suavemente, el agua en la bañera comenzó a agitarse y salpicar contra los lados de la tina. El vapor del agua caliente los envolvió en una bruma nebulosa, añadiendo a la atmósfera sensual.Los pensamientos de Ariam eran un torbellino de deseo y culpa, su mente luchando con su cuerpo por el control. Cada vez que Derek la tocaba, sentía una chispa eléctrica correr por sus venas, encendiendo un fuego que no podía ignorar. Sabía que debería resistirse, pero la tentación era demasiado grande. La forma en que él la miraba, la forma en que su aliento se quedaba atrapado en su garganta al tocarla, hacía que su corazón latiera más rápido.El aire estaba cargado con el aroma de lavanda y rosas, mezclándose con el aroma de su cuerpo. La piel de Ar
Ariam finalmente se recuperó por completo y volvió al trabajo con gran determinación. Durante su convalecencia, había estado insistiendo constantemente a Derek para que la dejara ser parte de su equipo, y sus peticiones finalmente dieron sus frutos. Derek, a regañadientes, terminó por aceptarla.—Acatará exactamente mis ordenes porque al mínimo intento de insubordinación quedas fueras —Le advirtió Derek, él se resistía con todas sus fuerzas a involucrar a Ariam en su peligroso mundo, pero la testarudez y la profunda conexión que sentía hacia ella lo hacían flaquear. Era incapaz de negarle cualquier petición que Ariam le hiciera.—Obedeceré como una tierna y fiel corderita —dijo ella sonriendo.Derek suspiró con exasperación.A través del convenio con Nirav, los Hijos del Escorpión lograron tener acceso a armas de alta calidad, armas que utilizarían para establecer alianzas y consolidar su poder. Derek y su equipo llevarían a cabo una entrega de armamento a Los Aztecas del Oeste, una b
Derek y su equipo lograron sacudirse a la policía y completar la entrega con éxito con los Aztecas. Estaban extasiados mientras se dirigían de regreso a la mansión, hablando emocionados sobre la entrega y cómo habían burlado a la policía. Ariam estaba sentada en el asiento trasero con el resto del equipo, pero su atención estaba centrada en Derek. Mientras conducía, sus ojos se encontraron en el espejo retrovisor y una pequeña sonrisa jugueteó en los labios de Derek. Ariam sintió una oleada de calor en su pecho, contenta de poder hacerlo feliz.Mientras regresaban a casa, Ariam vio de reojo a una niña caminando por la calle con quien supuso era su madre. No pudo evitar observar a la pequeña y de inmediato sintió una ola de dolor que golpeó su corazón al recordar a Dani. El recuerdo de su hermana, que se fue demasiado pronto, era como un cuchillo en su pecho, y toda la felicidad que había sentido momentos antes desapareció. Ariam trató de ocultar sus emociones delante de los demás.Per
Derek estaba contento con la negociación que se había hecho, pero que la policía apareciera en los galpones no era casualidad, había un soplón dentro de la organización y sus sospechas se confirmaron cuando recibió una llamada de uno de sus contactos en la policía.El informante le reveló que los Yakuzas sabían de la negociación y que habían enviado a la policía para sabotearla. Él no perdió tiempo y en los días siguientes se dio a la tarea de buscar al soplón.Después de investigar exhaustivamente, descubrió que el soplón era un miembro de bajo rango de los hijos del Escorpión.Durante los siguientes días, hizo seguimiento del traidor, recolectando información y vigilándolo de cerca. Finalmente, encontró su punto débil y lo atacó en el momento justo.El traidor fue acorralado en un callejón oscuro, le ataron las manos y le pusieron una bolsa en la cabeza. Derek se acercó a él con una sonrisa satisfecha en su rostro y le susurró al oído:—Ya sabes lo que dicen, no hay nada personal en