—Bonito lugar —Le dijo mientras recorría la estancia y corría hacia la cocina para buscar algo de comer —Casi muero de hambre, tuve que pedir el baño prestado en recepción, cielos Bastian pensé que serías más amable con tus visitas….. pero jamás pensé qué papá no te hubiese informado de mi llegada. En fin ya está hecho, podrías decirme cual es mi habitación.
Le dijo mientras intentaba salir con las manos llenas de comida, acción qué alteró a Bastian era excesivo con mantener todo en orden y sobre todo limpio. —No se te ocurra salir de aquí con eso. Lo comes aquí dentro o vas al comedor —Karina rodó los ojos al escuchar su orden, tomó asiento mientras Bastian intentaba por todo los medios contactar a Igor. —No quiere responder ya deja de marcar —Le dijo ella. Karina terminó su comida y después de dejar todo como lo encontró salió a escoger una habitación. —Está me gusta, la tomaré. —No te pongas muy cómoda, no vas a quedarte aquí mucho tiempo —Le dijo en tono seco uno que ella prefirio ignorar. Entró a la habitación y empezó a desempacar, ella sabía que no habría cambios de planes su padre jamás dejaría Bastián negarse y mucho menos desobedecer una orden. —Lo siento Igor pero esta vez no voy cumplir tu orden, no voy hacerme responsable del dolor de cabeza que es Karina. Ella dentro de la habitación escuchó la negativa de Bastián, no puedo evitar que sus ojos se llenarán de lágrimas, siempre había sido así, su padre intentaba por todos los medios alejarla y Bastián que ahora parecía odiarla no disimulo ni un poco lo mal que le cayó verla allí. Estaba cansada de pasársela cambiando de lugar una y otra vez, a sus 24 años no había tenido un hogar estable, todo lo que conocía eran prohibiciones y limitaciones de todo tipo. Había estado apuntó de morir y ninguno fue capaz de preguntar siquiera cómo estaba o si habían logrado lastimarla, su padre sólo la llamó para regañarle, quejarse y ordenarle empacar todo y venir con Bastián uno que la odiaba. —La enviare de vuelta mañana, si es mucho para ti entonces llevala al convento, tal vez allí la mantengan encerrada sin causar problemas —Karina apretó sus manos en puños, Bastián jamás le hablaba así a su padre y ahora se comportaba de esa manera por no quererla cerca. Si quería tratarla como la chica mala y rebelde pues eso tendría, con mucha molestia salió de la habitación y se posó frente a Bastian qué la observó con enojo. —¡Cuelga! —le exigió. Bastian por su parte decidió ignorarla, mientras escuchaba con fastidio lo que Igor le decía por el teléfono. —¡Que cuelgues Bastián! O prefieres qué grité por qué sus planes de boda y de unir las familias se vino al suelo. Al escuchar a Karina apretó el agarre en su teléfono y sin más opción se despidió de Igor y colgó. —¡Te atreves a amenazarme! después de lo que hiciste —La encaró. —Los dos lo hicimos, nunca te vi resistirte y menos negarte…. Esa noche me quitaste mi pureza y ahora actúas como si yo te hubiese obligado. He cargado con la culpa de eso por años, con el reproche de mi padre a diario y tu solo callaste y me dejaste pagar sola eso. No eres más que un cobarde Bastián. —No te hagas inocente Karina, tu buscaste eso. No querías casarte y solo me usaste para dejar de ser virgen y así no concretar el matrimonio. Te metiste en mi cama como una cualquiera….. -Una cualquiera a la que no pudiste resistirte. Así que Bastián voy a quedarme aquí y tú vas aceptarlo, ya me canse de vivir así, si tengo una vida miserable también la tendrás tú. Quiero ver que hará contigo mi padre al ver que no respetaste lo único que tenías prohibido tocar y que de paso arruinaste una unión qué esperó por años. —¡Fuera de mi vista Karina! Maldigo la hora en que se me ocurrió acercarme a ti. No eres más que una maldita carga la cual nadie quiere —Aquellas palabras fueron como dagas afiladas al corazón de la chica. Observó a Bastián por unos segundos mientras su respiración se volvía acelerada y la opresión en su pecho era tan fuerte que casi la hacía desmayar aún así le dio una sonrisa antes de girarse y volver a la habitación. Al entrar y asegurarse de poner el seguro a la puerta, tapó su boca y dejó salir el llanto qué había estado conteniendo, Bastian sabía justo donde atacar para lastimarla. Su madre había deseado deshacerse de ella cuando supo del embarazo y al nacer intentó abandonarlo en un lugar solitario, desde ese día su padre se encargó de ella pero solo con la idea de en él futuro casarla y unir a las dos familias más poderosas de Reino Unido y crear la organización más poderosa del país. Ella creció con aquella idea en su cabeza pero todo cambió aquel verano cuando Bastián fue de paseo, el niño que ella había conocido ya había crecido, ahora con veinticuatro años se había convertido en un hombre guapo y muy llamativo a sus ojos. En aquellos meses despertó sentimientos muy fuertes por un Bastián que actuaba distante y con seriedad pero siempre tenía un sonrisa y un buen trato con ella. Creyendo estar plenamente enamorada y con la boda cerca decidió hacer lo posible para que eso no pasara, entonces una noche fue a su habitación y sin más le entregó su pureza, Bastian nunca se negó y tampoco intentó detenerla. Pero al día siguiente el golpe de realidad fue muy duro para Karina pues él actuó como si eso jamás hubiese pasado. El día del compromiso llegó y su padre debía llevar pruebas de qué ella aún era pura, todavía recuerda la paliza qué recibió cuando la ginecóloga informó que no era virgen. La boda se canceló y como resultado su padre la mantuvo viajando y confinada en lugares lejanos para evitar la vergüenza de verla y aún con todo eso nunca dijo el nombre del hombre con el que había estado. Bastián solo le dio la espalda y la dejó recibir castigos y reproches mientras él armaba sus maletas y volaba a Nueva York. Karina qué antes se la pasaba de internado en internado ahora se mantenía encerrada en casas de seguridad, había pasado a ser la rechazada, nadie la tomaría en serio en el mundo en el que vivía su padre, pero como una chica joven se rehusaba a perder los placeres de la vida, por eso se escapaba cada que podía y desafiaba a menudo las reglas de su padre. Convirtiéndose en la chica problemas, en la rebelde, en la que se negaba a seguir reglas qué al final solo la destruían poco a poco. Pero estas vez ella no había hecho nada fuera de lo ordenado y aun asi habían intentado matarla mientras volvía de realizar algunos trámites. Fue abordada por unos autos, sus escolta fueron sometidos y ella tuvo que arrodillarse mientras un arma era colocada en su frente, aún recuerda el mensaje que le dieron antes de huir gracias a la llegada de otro grupo de escoltas. —Así que tu eres lo que protege como un tesoro. Ojo por ojo entonces, quiero verlo revolcarse de dolor por la pérdida… Adiós muñequita. Vio como el seguro del arma fue quitado y cuando soltó su último respiro lista para morir, otro auto llegó frenando de manera muy ruidosa provocando que el hombre frente a ella se fuera de prisa. —Te buscaré, esto aún no termina —Le guiño un ojo y sin más se fue. No era el primer ataque que le sucedía pero esta vez se sintió diferente, tal vez porque esta vez no lo provocó ella o algo en el fondo le decía que no tenía que ver con su padre, pero un sensación extraña la invadió, tanto que cuando su padre le ordenó ir con Bastián sintió alivio, como si él fuera el único que pudiera protegerla. Aun después de todo mal entre ellos, con Bastian podía sentirse segura. Después de un rato limpio sus lágrimas y volvió a su habitual actitud de poco importa. Había aprendido bien a actuar como si nada le afectará, pero en el fondo Karina resentía mucho la ausencia de su madre, y sobre todo el amor y el cariño que aquello debía brindarle. Para ella la vida era injusta, tenía que fingir estar bien cuando el fondo solo estaba rota. Había amado y la habían abandonado y ahora tenía que enfrentarse a ese hombre como si su presencia no le doliera, pero por más que lo intentará Bastián era alguien muy importante en su vida, para bien o para mal él había dejado una huella difícil de borrar en ella. Después de pensar en sus opciones supo que había más lugar a donde ir, si Bastian la hacía volver el convertí yo sería su destino, ya en varias ocasiones su padre se lo había insinuado, enviarla con Bastian fue su último recurso. Se prometió a si misma tratar de comportarse y sobre todo segur las reglas se Bastian aún que sabía que sería muy difícil, el no la quería allí y cualquier fallo él lo usaría de excusa para librarse de ella, después de todo jamás la había querido, nunca la vio de otra manera que como una cualquier como se lo dijo minutos antes. El estorbo que nadie a querido y él no era la excepción.Un mes ya había pasado desde que Karina llego a vivir con Bastián, las cosas cada día parecían empeorar, Bastián actuaba hermético y muy fastidiado con su sola presencia y aunque ella aparentaba no darle importancia la verdad era que cada palabra de Bastián la lograba lastimar. Bastián ignoraba el impacto de cada una de ella en Karina, que gritaba a gritos un poco de atención y comprensión qué él no estaba dispuesto a darle. Aquel sábado sería la noche en que Karina entendería el porque jamás debió desobedecer una orden directa de Bastián y él conocería una Karina qué jamás pensó se esconderia detrás de tanta rebeldía y desinterés. —Bastian necesito salir, desde que llegue aqui me has mantenido encerrada. Quiero conocer el el lugar —Lo abordó apenas lo vio salir de su habitación, vestido de traje de diseñador. —No estas aquí de paseo Karina. Esta es tu cárcel, estas aquí porque no puedes estar en ninguna otra parte sin meterte en problemas —Karina soltó un bufido molesto al escu
Bastian salió a toda prisa para encontrase con Karina de rodillas en el suelo y el arma tirada a un lado de ella. Sin perder tiempo se acercó y tomo el arma mientras respiraba aliviado, aunque la habia dejado allí, no espero que ella se atrevería a usarla, se regaño mentalmente por eso, por muy enojas que estuviera aquellas eran cosas que no debía hacer. —Levantate Karina —Le dijo después de ver que seguía en la misma posición entre sollozos. La verdad es que nunca la había visto llorar, ella siempre actuaba como si nada le importara, como si todo le daba igual, pero ahora tenía de rodilla frente a él una Karina qué nunca se había mostrado ante él. —No me hagas volver Bastian, prometo no volver hacer algo arriesgado —Soltó con pesar mientras se incorporaba y lo veía a los ojos. —No creo en nada de lo que dices, no es la primera vez que prometes algo así y vuelves fallar, yo no voy a cargar con eso ya te lo dije. —Tal vez si no insistieran en mantenerme encerrada todo el tie
24 años atrás El pequeño Bastian de apenas cinco años de edad, se despertó en medio de la noche al escuchar ruidos provenientes de la habitación de sus padres. Frotó sus pequeños ojitos y bajó de su cama con la curiosidad de ir a ver qué sucedía. Sus pequeños pasitos resonaban en el suelo de madera de aquella casa, pero nadie prestó atención y mucho menos al ruido que hacía el niño en llamar a sus padres. Al llegar a la puerta de la habitación su pequeño cuerpo de quedo inmóvil al ver a su padre amordazada, siendo sujetado por dos hombres mientras luchaba por soltarse y su madre estaba siendo ultrajada de maneras muy crueles y despediadas que él a su edad no lograba entender, todo lo que sabía era que su madre estaba sufriendo por lo que aquellos hombres le estaban haciendo. Sus manitos se convirtieron en puños mientras sus tiernos y asustados ojos se llenaban de lágrimas, un ruido sordo seguido por los gritos de su madre lo hizo quedar aún más en shock. Su padre que antes luch