Había permanecido frente a su portátil durante mucho tiempo, y ya sus ojos ardían debido a la iluminación de la pantalla pero aún debía conseguir una dirección cercana a ella y que estuviera disponible para poder ir. Nunca pensó que se iba a ver en esa situación de tener que buscar ayuda psicológica. Sin embargo tampoco se avergonzaba de ello, porque sabía que eso era completamente normal y cualquiera podría necesitar de lo mismo. La salud mental eran temas de debate y se tenían que normalizar, no mirarlo como un asunto, porque no lo era y justo era eso, entender que era algo normal lo que ayudaría a las personas animarse a ir a centro de salud y concientizar sobre lo mismo. En poco tiempo ya se encontraba en el sitio y pudo sentirse más nerviosa de lo que inicialmente se encontraba. No dejaba de hacer inhalaciones cuando se encontraba sentada a la espera de ser llamada. Era justo ese preámbulo lo que estaba aumentando el nerviosismo en su sistema y sus palmas c
—Vale. Una infidelidad también es un tema duro para una persona. Así que es comprensible que tu padre se hubiera sentido traicionado y destrozado por eso. Ahora bien no debería culparse por algo en lo que no tuvo nada que ver. ¿Has hablado con tu progenitor para que busque ayuda? Porque eso parece ser lo que necesita en este momento, es solo mi opinión desde el punto de vista psicológico, el daño puede permanecer durante mucho tiempo en tu padre, es importante que eso se evalúe. —Como era de esperarse, mi padre es una persona terca y cree que no es necesario venir con un especialista para que lo ayude, supongo que solo es cuestión de tiempo para que se dé cuenta de que realmente solo no puede salir de todo eso y que al final la ayuda de una persona que sepa es lo mejor para él. —Completamente de acuerdo contigo. Y tú, Valeria. ¿Todavía sientes que odias a tu madre o todo ese sentimiento ha cambiado? Volvía a sentir ese dolorcito en la garganta y por eso
¿Qué más terapéutico que reír con la persona a la que amas al lado? Era la terapia que la muchacha necesitaba para sentirse más animada. Cocinar junto a su padre se volvía una actividad placentera que la llenaba de felicidad. Incluso podía percibir cómo ese efecto se transmitía a su papá, quién luego volvía a animarse.Y el día transcurrió, finalmente Paul había logrado cerrar el trato en ese lugar, pudiendo regresar a Nueva York. Abril lo había estado esperando en el jardín y al verlo, corrió hacia sus brazos para abrazarlo con fuerza.—Oh, supongo que me has extrañado tanto como yo a ti, pequeña.—¡Papá, estás aquí! No te vayas de nuevo, por favor. Te he extrañado mucho. Además, quería que me leyeras un cuento por la noche, como siempre lo haces, y se lo pedí a mi abuela, pero no quiso —contó Abril. A menudo, Paul le leía un cuento antes de dormir.No le sorprendía que su madre no hubiera accedido, ya que para ella Abril parecía ser una desconoc
—Ya casi llegamos —suspiró. —Creo que todavía no te muestro un lugar que es especial para mí, tengo un estudio en dónde puedo pintar tranquilamente, anteriormente era la habitación de mi hermano pero como ya sabes perdió la vida antes de nacer, así que...—¿Qué? En primer lugar nunca supe que tu madre había tenido una pérdida y en segundo lugar no me has mostrado todavía ese sitio especial —le soltó sorprendida con aquella noticia de que su mamá había tenido un aborto. —Vale, es que ese asunto hace demasiado tiempo que se sonó y no queremos hablarlo. Al menos yo no lo hago porque a mi madre le incómoda cuándo viene a colación, y prefiero no mencionarlo, de eso ya pasó más o menos tres años y medio, fue una situación lamentable pero no se podía hacer nada y como familia lo superamos. —Vale, entiendo. Así que ahora es tu estudio. Ya lo quiero ver. Que afortunada eres de poder tener un sitio si. En serio, Yo todavía guardo la esperanza de consegu
—Claudia, cariño... Últimamente vuelves a estar afectada por todo lo que pasó, digo no estoy diciendo que hubo un tiempo en el que estabas tranquila, pero vuelve a repetirse cada año lo mismo contigo.—Es que me siento mal. Digo, no puedo evitar sentirme así de...—¿Así de mal? Lara está en ese lugar y continúa allí, sin recibir una sola visita de tu parte. ¿No crees que sería algo bueno para ella, volver a verte a pesar de que ha pasado bastante tiempo? Ella no lo dice pero te extraña. —Ya Lara me olvidó. Yo no quiero ir a ese sitio mirar a una persona que ni siquiera es consciente de nada, solo me sentiré fatal, lo estoy haciendo por el bien de ambas. —Creo que tienes un concepto erróneo sobre el bien de los demás. Lara es una chica que no ha dejado de pensar en ti, eres su mamá. Por supuesto que te recuerda, sabe que tiene una mamá, sin embargo, es como si no la quisieras. Ven conmigo a verla. Podemos ir hoy, Claudia. La mujer soltó
Paul sintió que una personita especial estaba dejando repetidas veces besos sobre su rostro y no había mejor manera que abrir los ojos de esa forma. Tan pronto había sido descubierto, comenzó a reír. La atrapó y comenzó a besar sus cabellos. Ella se retorcía entre risas. Definitivamente no existía mejor manera de comenzar la mañana.La palabra se quedó distante en su cabeza al darse cuenta de que el reloj sobre la mesita de noche marcaba ya las diez de la mañana. No podía creer que se había quedado dormido, pero afortunadamente era domingo por lo que no tenía nada de qué lamentarse, solo de haber dormido demasiado al punto de olvidarse de la hora de comer de Abril. Aunque eso le podía ocurrir a cualquiera, no dejaba de sentir culpa por ello.—Preciosa. Debes estar muriendo de hambre y yo no escuché el reloj sonar, así que lo siento mucho. No quise quedarme dormido, es solo que últimamente estoy tan cansado que ha pasado esto, ¿eh? -señaló y ella asintió.—
Era bastante increíble para Paul ver cómo existía ese apego entre Abril y la muchacha, ya que su pequeña no solía apegarse a las personas demasiado rápido. Sin embargo, con ella todo parecía ser distinto y eso en el fondo le agradaba mucho. Sería importante para construir una buena relación entre ellas, especialmente ahora que la muchacha se convertiría en la niñera de Abril a partir de la próxima semana, o incluso a partir de mañana, dado que era lunes.Amanda, que se había quedado esperando a su amiga, se sorprendió al verla aparecer junto a un hombre apuesto y de la mano de la pequeña. Después de investigar un poco, se dio cuenta de que se trataba de Paul Romano. No podía creerlo y no sabía cómo actuar frente a él. Decidió simplemente ser ella misma y dejar de lado los nervios.Valeria presentó a Paul como su jefe y a Abril como su hija, mencionando que había sido una coincidencia encontrarse allí y haberle pedido que los acompañara. Amanda se levantó y estrechó
La pequeña parecía estar un poco diferente después de llegar a casa, probablemente porque deseaba haberse quedado con las chicas, pero él no podía permitírselo. Sería incómodo o una petición aventurada decirle a Valeria que se quedara con la niña allí. Por eso no lo había hecho, aunque ahora tenía que lidiar con una chica que se veía muy molesta por ello.No podía creer que Abril, su pequeña, estuviera molesta. Aunque intentaba buscar la manera de hacerla sentir mejor, ella no le hacía caso.—Cariño, no te pude dejar con ellas. Además, ya te dije que a partir de mañana Valeria vendrá a la casa y te cuidará, podrás tener tiempo suficiente para estar con ella. Jugar si quieres y hacer todo lo que desees. Estoy pensando que ustedes dos pueden ser grandes amigas. ¿No lo crees? —le preguntó cariñosamente y ella asintió.—¿Entonces le puedo pedir que juegue conmigo? Digo, ella podría no querer jugar conmigo.—Pero debes entender que ella es una adu