Era bastante increíble para Paul ver cómo existía ese apego entre Abril y la muchacha, ya que su pequeña no solía apegarse a las personas demasiado rápido. Sin embargo, con ella todo parecía ser distinto y eso en el fondo le agradaba mucho. Sería importante para construir una buena relación entre ellas, especialmente ahora que la muchacha se convertiría en la niñera de Abril a partir de la próxima semana, o incluso a partir de mañana, dado que era lunes.
Amanda, que se había quedado esperando a su amiga, se sorprendió al verla aparecer junto a un hombre apuesto y de la mano de la pequeña. Después de investigar un poco, se dio cuenta de que se trataba de Paul Romano. No podía creerlo y no sabía cómo actuar frente a él. Decidió simplemente ser ella misma y dejar de lado los nervios.Valeria presentó a Paul como su jefe y a Abril como su hija, mencionando que había sido una coincidencia encontrarse allí y haberle pedido que los acompañara. Amanda se levantó y estrechóLa pequeña parecía estar un poco diferente después de llegar a casa, probablemente porque deseaba haberse quedado con las chicas, pero él no podía permitírselo. Sería incómodo o una petición aventurada decirle a Valeria que se quedara con la niña allí. Por eso no lo había hecho, aunque ahora tenía que lidiar con una chica que se veía muy molesta por ello.No podía creer que Abril, su pequeña, estuviera molesta. Aunque intentaba buscar la manera de hacerla sentir mejor, ella no le hacía caso.—Cariño, no te pude dejar con ellas. Además, ya te dije que a partir de mañana Valeria vendrá a la casa y te cuidará, podrás tener tiempo suficiente para estar con ella. Jugar si quieres y hacer todo lo que desees. Estoy pensando que ustedes dos pueden ser grandes amigas. ¿No lo crees? —le preguntó cariñosamente y ella asintió.—¿Entonces le puedo pedir que juegue conmigo? Digo, ella podría no querer jugar conmigo.—Pero debes entender que ella es una adu
Ese lunes tenía una importante reunión, por lo que se levantó más temprano de lo habitual para vestirse con tiempo y no salir corriendo debido a la premura. Mientras escogía la ropa dentro de su armario, aún indeciso sobre qué ponerse, finalmente optó por un traje gris de corte italiano que combinaba con su reloj favorito. Una vez listo, salió de la habitación.Abril seguía dormida en su habitación, por lo que Paul decidió no despertarla. Se acercó sigilosamente y le dio un beso en la mejilla antes de salir. Siempre extrañaba a Abril cuando estaba lejos, pero se consolaba pensando en la compañía de Valeria.Cuando le estaba dando un beso en la otra mejilla, Abril abrió descaradamente los ojos y le preguntó si ya se iba. Paul le dijo que sí y le animó a levantarse para desayunar juntos. Abril aceptó y se levantó rápidamente de la cama.Paul esperó a Abril en la cocina y decidió pedirle a Valeria que preparara el desayuno para ellos. Cuando Abril apareció, l
Paul tenía demasiado trabajo por hacer y por eso se lo estaba pensando, aunque no era la primera vez que su madre se encerraba en su habitación y se negaba a salir o a ver la luz debido al trauma que había sufrido. El hombre sentía una tremenda obligación por obedecer a su padre y hacer todo lo posible por ayudar a su mamá, que en el fondo seguía siendo su progenitora y para él continuaba siendo importante. Así que no le quedaba otra opción que dejar las cosas para después e ir directamente a su casa.El empresario no quería prometerle a su padre que su visita a casa lograría algún cambio en su mamá, pero al menos valía la pena intentarlo. En situaciones como esa, momentos lamentables del pasado se volvían a presentar. Si Claudia no ponía de su parte y no visitaba a un especialista en salud mental, seguirían repitiéndose los mismos problemas, lo cual era lamentable y preocupante para todos.Eran circunstancias difíciles con las que debía lidiar e intentar encontrar
Ya estaba subiendo a la habitación de su jefe. Aunque, luego de encontrarse en medio del pasillo, se mostraba desorientada al no saber cuál era la habitación de Paul. Tuvo que abrir puerta por puerta, hasta quedarse en aquella que, al abrirla, se llenó de aquel exquisito perfume masculino, inundando sus pulmones. Al entrar un poco más, descubrió que el ambiente estaba saturado por ese magnífico aroma varonil. Olía muy bien.Siguió avanzando hasta encontrarse de frente con una mesita en la que estaba el dinero, pero antes de recurrir a ello, no pudo evitar echar un vistazo. Todo estaba combinado con blanco, gris y negro, colores que, si bien podían dar esa expresión de lo opaco y triste, a ella también le parecían colores que hacían de la habitación elegante, además de parecerle un poco misteriosa. Su corazón empezó a latir con frenesí al darse cuenta de lo extraño que le resultaba permanecer en un lugar ajeno y, además, encontrarlo fascinante. Todo era muy raro para ella.
Mientras tanto, en un ambiente completamente opuesto al que se vivía en el cine, se encontraba Claudia en la mesa moviendo con una cuchara la sopa que había sido preparada por una de sus sirvientas. Solo movía el líquido y no tomaba ni un sorbo. Alejandro había sido participe de la escena gris, teniendo un debate consigo mismo.—¿Podrías dejar de jugar y tomarte la comida en serio? Hazlo pensando en tu bien y en lo mucho que lo necesita tu cuerpo —dijo Alejandro.—Paul tiene razón, me he convertido en una persona mala y de corazón duro. No pienso en los demás y solo quiero ser el centro de atención. Además, durante todo este tiempo no he sido una buena abuela. Soy una persona terrible, lo soy —respondió Claudia, enfadada consigo misma y golpeada por sus propias palabras.—Todos merecemos una segunda oportunidad. Si quieres redimirte, podrás hacerlo, Claudia. El primer paso que debes dar es aceptar la realidad y ver a Lara. No vuelvas a negarte a la idea, n
—Abril no es mi hija, Valeria —expulsó cuando ella había tomado con sus manos el pomo de la puerta y se giró rápidamente hacia él con expresión estupefacta al enterarse de eso —. Pero la quiero como si fuera mi hija. En realidad, ella es mi sobrina. Este es un secreto que solo mis padres, un amigo y yo conocemos, lo guardamos celosamente para evitar escándalos en la prensa. No queremos dañar nuestra reputación e imagen. Eres una persona en la que confío y sé que no dirás nada.—Yo... Vaya, ¿Por qué me lo dices? Es decir, no tengo por qué saberlo... —se detuvo, agitando la cabeza intentando comprender lo ocurrido.Ahora todo cobraba sentido para ella, la niña era la hija de la joven en la foto familiar y al ser él su tío, era lógico que se parecieran tanto. —No, no tenías por qué decírmelo y lo sé, pero esta vez quise hacerlo.Asintió con la cabeza y se debatió entre irse o quedarse un poco más. Finalmente, el empresario se levantó de la cama y se
—Pondré más de mi parte. Ella le sonrió. —Bien, ahora tengo que ir a mi habitación y me pondré a hacer algunas cosas en la universidad. De todos modos trabajaría solamente en la mañana, ya que tengo clases por la tarde. Nos vemos. Su padre se encargó de limpiarlo todo y después se marchó al trabajo. Valeria estaba en la indecisión , no sabía si contarle a Amanda sobre lo ocurrido o mantener todo eso en secreto. Era una decisión difícil de tomar. No sabía qué escoger. Sí, lo ocultaba y decidía hablarlo más adelante, entonces su amiga Amanda se iba a molestar y, si le decía ahora, probablemente le daría un sermón. Lo más acertado sería no contarle nunca y quedarse con ello, que de todos modos resultaba ser personal. Sí, es justo eso lo que haría, no le contaría nada. Mejor no hablaba nunca sobre el tema y así se ahorraba tantos inconvenientes en consecuencia. Caminaba de un lado al otro insegura. ¿Y si terminaba por d
—Que todavía estoy esperando mi periodo y no baja. Solo estuve una vez con él, y aunque suene patético, nunca antes había estado con un hombre, así que tengo un mal presentimiento. No me quiero precipitar a algo que podría ser no cierto, pero me estoy preparando...—En este tipo de situaciones me mostraría sorprendida e incluso asustada, pensando que de pronto estoy embarazada, pero no seré el típico cliché. Aunque tampoco voy a fingir que todo esto no podría ser malo. Es normal que sucedan atrasos por alguna otra razón, no precisamente por un embarazo. Como una amiga que se preocupa mucho por ti, deberías ir a un doctor y no comprar un test solo para comprobar o descartar un embarazo.—¿Sabes una cosa? no me gusta pensar en eso, porque cada vez que vuelvo a sumergirme en esa idea me lleno de terror y miedo al rechazo —le dijo con la voz quebrada—. Me da miedo lo que Paul vaya a pensar, ni siquiera nos conocemos lo suficiente y todo es un desastre. Quiero creer que