El camino transcurrió en un silencio tan profundo que estaba incomodando a la chica. Quería preguntarle a Paul si podía encender la radio, pero hacerlo le resultaba una molestia hacia el magnate, por lo que optó por permanecer callada en su lugar. Mientras tanto, encontró entretenido observar por la ventanilla del auto las luces de la ciudad y el peligro que acechaba.Suspiró hondo, sintiendo un ligero arrepentimiento por haber aceptado permanecer en ese piso. Se preguntó por qué no había pedido que la llevara a casa de su amiga. Se sentía estúpida por no haber pensado en esa opción antes. Sin embargo, ya estaba allí y no podía hacer nada al respecto. No veía malas intenciones en lo que le había dicho Paul, pero su corazón latía con fuerza y su pecho dolía.Al llegar a un estacionamiento subterráneo, la chica se preguntó si realmente estaban en su destino. Se dio cuenta de que estaba nerviosa por la situación en la que se encontraba. Incluso Paul notó su nerviosismo y le preguntó si l
Ya se veía un poco más calmada, como si realmente se hubiera quitado un peso de encima. Además, ya sentía satisfacción al ver que las heridas del hombre estaban curadas y que se pondría bien.—Vamos, te mostraré tu habitación. ¿No deberías llamar a casa y mencionar que estás a salvo? Digo, las cosas entre tu padre y tú pueden estar un poco mal, pero de todas maneras apuesto a que él se va a preocupar —le dijo a Valeria.—¿Preocupar dices? Mi padre en este momento debe estar durmiendo a pierna suelta, ha llegado ebrio y dudo demasiado que siga despierto, así que no perderé el tiempo haciendo una llamada —respondió ella encogiéndose de hombros.—Lo que tú digas.Una vez a solas en la habitación que ocuparía hasta el día siguiente, Valeria extrañó la presencia de Paul, pero al mismo tiempo disfrutaba de la soledad. No quería recordar que casi había sido abusada por ese hombre, pero agradecía que Paul hubiera estado allí para ayudarla. Se prometió a sí misma encontrar la forma de compensa
—Vale, aunque pensé que ya estabas saliendo de la farmacia. —Solo quince minutos —pidió. En todo ese corto tiempo que había pedido, la muchacha había logrado comer un poco de lo que le dejó preparado Paul, porque simplemente no lo podía tirar. Incluso cuando él no la estaba viendo, a ella le parecía una falta de respeto botar la comida que una persona había tenido la consideración de hacer. Después de ello, limpió todo como su jefe le pidió y no se fue de ahí hasta que no vio el último centímetro reluciente. No le podía contar a Amanda que había dormido en casa de su jefe, todo eso podría dar una mala interpretación de ella. Si le decía eso, tendría que contar también lo que pasó en la calle. Como no quería escuchar un sermón esa mañana, mejor se guardaba todo eso para ella nada más, y no le decía nada. Estar en el exterior se sentía extraño, pero ya no tenía esa paranoia activa, porque era de día y había muchas personas transcurriendo las calles. La cafetería en la que Amanda se
Paul a pesar de estar en una reunión importante, en el exterior no dejaba de pensar en Abril, ella era lo más importante en su vida y quería que estuviera bien, también le gustaría que la relación de la niña con su abuela fuera buena. Sin embargo, habían cosas en la vida que no se podían forzar, y eso era algo de eso. Lamentablemente no podía obligarla a quererla, aunque ni siquiera tenía que ser una petición. Ya que eso era algo que debía nacer desde el corazón y no por obligación. Y cuando se miraba los nudillos eso era inevitablemente, el claro recuerdo de lo que había pasado. No podía creer que después de todo se había aventurado para salvar a esa chica que estaba en peligro, la salvó esa noche sin saber qué se trataba de ella. ¿Podía llamarlo una simple coincidencia? No estaba seguro si debía darle ese nombre porque en el fondo de su ser, parecía ser el título equivocada a todo eso que había pasado, es que de alguna forma se miraba entrelazado a la vida de ella, tal vez coincide
Ahora entendía que su padre estaba en medio de aquel sufrimiento debido a los recuerdos que se tornaban sumamente dolorosos, y que tenía directamente que ver con su madre. En ese momento ya no pudo evitar soltar el llanto, la estaba arropando de una forma que era difícil de explicar, así que se sentía con pesadumbre y dolor también. No era fácil estar pasando por todo eso, era totalmente normal que su papá se sintiera de esa forma.Todavía era demasiado reciente la pérdida de su madre y si ella se sentía fatal, no podía imaginar cómo se sentía su padre tras aquel suceso fatídico, tal vez tenía que ir a ver a algún especialista que lo pudiera ayudar con su problema, porque ese tipo de situaciones eran tan complicadas que podrían afectar su futuro y su vida. Su papá tenía que dejar de sentirse culpable por la muerte de su madre, porque esa fue una decisión de ella, un error definitivamente, quitarse la vida así que Daniel tenía que entender que él no tenía la culpa de lo que había pasad
Era una rubia oxigenada que, a pesar de tener los senos operados y ser demasiado abusiva con el maquillaje, se consideraba atractiva. Sin embargo, no era el tipo de mujer con la que él se atrevería a estar. Había sido un día muy largo de trabajo y al caer la noche, decidió ir al bar que le había recomendado un amigo. Ahora que estaba sentado cerca de la barra, una mujer se había aparecido a su lado y era ella, era más que obvio que la fémina estaba tratando de llamar su atención moviendo su cabello o dedicando una sonrisa.Pero Paul no estaba buscando pasar la noche con alguna mujer. Hacía demasiado tiempo que había dejado de hacerlo, debido a sus últimas dos relaciones fallidas. Después de intentar buscar compañía, solo encontró dolores de cabeza. No quería pasar por lo mismo, ya que luego surgían escándalos en las redes, algo que detestaba. Verse envuelto en problemas que salían en la prensa no era algo que le gustara. De hecho, cuidaba demasiado su imagen y solo quería v
Cuando menos se lo esperó, la muchacha recibió de parte de Paul el horario que había estado esperando. A pesar de que tendría que trabajar ese día, pudo darse cuenta al analizar su horario universitario que no interferiría con sus clases. La próxima semana comenzaba oficialmente y estaba nerviosa, deseando dar lo mejor de sí misma y esforzarse al máximo para no decepcionar. Sentía que debía cuidar su trabajo como si fuera lo más importante en su vida.Al reflexionar un poco más, se dio cuenta de lo afortunada que era. Paul, un hombre importante y cotizado, podría haber contratado a una niñera de una agencia, pero en cambio eligió a ella. Si no hubiera sido por el volante que voló y le dio la oportunidad, probablemente no estaría en esa situación. Se sentía orgullosa de haber conseguido ese empleo, un gran logro para ella. Estaba segura de que su calidad de vida mejoraría, permitiéndole cumplir objetivos como tener su propio estudio para trabajar en sus obras de ar
—No, porque debes descansar lo suficiente. Así que hazme caso. Vamos, todavía tienes que cepillarte los dientes y todo lo demás. Así que vamos —le recordó, pero la niña ya estaba negando con la cabeza, no estaba de acuerdo con eso.Se cruzó de brazos, reacia a obedecer.Incluso haciendo eso, era ella.Lara estaba presente en cada parte suya.—No quiero.—¿Después de todo este tiempo te vas a portar mal? Yo creí que eras diferente a las demás niñas. Oye, si sigues llevándome la contraria y desobedeciendo, te prometo que le diré a tu padre para que no te traiga más.—¿Si me voy a la cama, me leerás un cuento?Ella no podía creer que le estuviera diciendo eso.¿Estaba haciendo un trato?—A mí no me vas a tratar de comprar, y tampoco hago negocios con niñas pequeñas, así que ve a la cama y ya. Si te niegas otra vez, llamaré a tu padre para contarle que no me estás haciendo caso, ¿te ha quedado claro? —le ad