Los días transcurrieron rápidos, o así le pareció a la joven Madelaine que llevaba trabajando poco tiempo en la empresa y estaba ajetreada con las tareas que le había puesto su jefe. A pesar de nunca haber trabajo antes en una empresa de vino y licores, no tenía experiencia en ese campo laboral, la joven se sentía a gusto con lo que aprendía del resto que le explicaba sin ningún problema.Como todas las mañanas, Madelaine despertaba temprano para ir a la empresa. Ese día había amanecido con un terrible dolor de cabeza, todo era causa de la alocada noche llena de alcohol que tuvo con Warrick. Decidieron divertirse, pero las cosas no salieron del todo bien, pues la resaca que tenía la joven no la dejaba ni alzar un músculo de la cara sin evitar sentir la cabeza a punto de estallar. Se incorporó de la cama y notó que Warrick no estaba en la habitación, así que se dirigió a la ducha dándose un baño de agua fría para ver si calmaba la migraña que tenía en ese momento.
Nos le tomó mucho tiempo llegar a la empresa, se dirigieron al despacho de Warrick pasando por alto las miradas de los empleados que estaban pendientes de cada movimiento de ellos dos. La mayoría se la pasaba cotillando de la pareja, pues veían cierta química entre el jefe y la nueva asistente personal. Esto aún no había llegado a oídos de Warrick, que no estaba al tanto de los rumores que esparcían sus empleados. Por otro lado, Madelaine había logrado escuchar algo de aquel rumor cuando se encontraba en el baño y algunas compañeras de trabajo comentaron de ella y el jefe. Pero prefirió no comentarle nada al respecto, igual nadie podía comprobar de la relación amorosa que ambos mantenían.La puerta del despacho fue abierta de pronto, haciendo Madelaine se sobresaltara. Levantó la vista encontrando a Warrick que venía con cara de pocos amigos. Se acercó al escritorio sin dedicarle una mirada a la joven que lo veía curiosa.—¿Estás bien? —no pudo evitar preguntarle.<
Se vistió y tomó su mochila junto a las llaves del auto deportivo de su jefe, se subió al asiento de cuero y encendió el motor. Agradecía a su hermano por haberla enseñado a conducir, así no dependía de otros en ese tipo de situaciones. Agarró su móvil marcando a su amigo Cris, este contestó al primer tono. —Hola, ¿Qué ha...—¿Sabes que le ha pasado con Warrick? —le interrumpió—. Lo llamé hace minutos atrás y sonaba extraño, no lo sé, como si sucedió algo de lo que no estoy enterada.Un suspiro se escuchó del otro lado de la línea.—¿Dónde estás? —preguntó el joven.—Voy hacia tu casa, no tengo idea por dónde queda, ¿Puedes enviarme la dirección? —emitió la chica.—Sí, ya te la envío, aquí te cuento —dijo finalizando la llamada.Aquellas palabras le subieron la ansiedad a mil a la joven Madelaine, intentó calmarse para no entrar en pánico. No tenía idea de lo que ocurría a su alrededor, pensó que le había ocurrido algo
Se tumbó en el colchón agarrando su móvil que se encendió al desbloquearlo con la huella. Entró en el chat de Stephen leyendo el mensaje que le había enviado hace una hora atrás. Stephen: Hola pequeña, ¿Qué tal todo por allá? Me enteré de lo del señor Harrison, ya imagino lo devastado que debe estar Warrick. Por eso me he tomado tres días en la empresa para ir a visitarlos. Llegaré esta noche.La joven abrió los ojos desmesuradamente, mientras se incorporaba de la cama de un salto. El movimiento fue tan rápido que de pronto se sintió mareada, le entraron una enormes ganas de vomitar que no pudo retener y salió disparada hacia el baño. Se hincó de rodilla en el suelo y expulsó todo el vómito en el retrete. Luego se enjuagó la boca para quitar el desagradable sabor asqueroso. Observó su reflejo en el espejo, notando las mejillas pálidas y oscuras marcas debajo de sus ojos, se veía demacrada. Vertió agua en su rostro, se sentía fatigada y débil, por lo que tuvo que s
Al día siguiente, los hermanos Hampson se levantaron temprano para preparar juntos el desayuno. Warrick se había despertado al escuchar el ruido provenir de la planta de abajo, así que fue a ver que sucedía encontrándose a los hermanos moviéndose de aquí para allá en su cocina. El sitio estaba hecho un desastre, trastes en el fregadero, y un montón de comida que Madelaine se hallaba emplatando.Al verlo, la joven le sonrió acercándose a él con cautela, puesto que su hermano estaba a poco metros de ellos.—Buen día, ¿Pudiste descansar? —saludó besando su mejilla.Harrington recorrió su rostro con la mirada, viendo que se había ensuciado con harina. Estiró la mano con intención de limpiarla, pero recordó que Stephen estaba justo detrás de la joven.—¡Ah, pero miren, la bella durmiente ya se ha despertado! —expresó Stephen sosteniendo una sartén y vistiendo un delantal rosado—. He preparado huevos revueltos con tocino, además de unas tostadas f
De pronto comenzó a toser de solo imaginarse aquella escena que se reprodujo en su cabeza. —¿Estás bien? —preguntó Madelaine ofreciéndole un vaso de agua.Warrick lo miró preocupado.—S-sí, sí —asintió Stephen secando la comisura de sus labios con la servilleta—. Bueno, y no me han contado cómo va su convivencia. Madelaine compartió una mirada furtiva con Warrick.—Ha mejorado bastante, no nos quedó de otra que llevarnos bien —emitió la joven fingiendo indiferencia.—Exacto, y también lo hicimos por ti, ya sabes, no podíamos continuar odiándonos mutuamente cuando ambos somos como familia —añadió Warrick luego de masticar un trozo de tostada. —Ya. Claro —detalló a los dos, buscando un indicio que respondiera a las interrogantes que tenía en su cabeza. Sin embargo, no encontró ninguna—. Bien, me alegra que ahora se lleven de maravillas, la verdad nunca imaginé que eso llegaría a pasar, pero bueno, los he subestimado. Se
—¡¿Qué?! —soltó Warrick sin poder creer lo que escuchaba.—Tranquilo, estas noticias son un poco difícil de digerir, por eso tómate tu tiempo para asimilarla —aconsejó el doctor y luego abandonó la habitación.El mayor de los Hampson, respiraba con dificultad, estaba teniendo un ataque de ansiedad debido a las palabras que había escuchado. Intentó tranquilizarse, para no perder el control.—¿Me puedes explicar? —exigió apretando los dientes.—Y-yo, no sé que...—¡¿Estás de broma?! —interrumpió a su amigo que estaba como una estatua a su lado, no podía moverse—. ¿¡Estuvieron juntos y no sabes que pasó!?—Te juro que nos cuidamos —declaró.Warrick cerró los ojos, frotando su rostro. Siquiera se inmutó ante los reclamos de Stephen, solo tenía cabeza para pensar en esas dos palabras.Sería padre.—¿Qué sucede? —habló Madelaine que se había despertado sobresaltada por el griterío.Los mejores amigos
Luego de unos horas, la joven se dispuso a salir del hospital reprimiendo las enormes ganas que tenía de echarse a llorar de nuevo. Tuvo que mantener la compostura cuando su hermano Stephen apareció junto a Cris. Por un momento creyó imaginar que vería a Warrick entrar por la puerta, pero no fue así, y eso hizo que su corazón se apretujara en su pecho, rompiéndose en mil pedazos que sería imposible recoger. Soltó un suspiro cansado, mientras apoyaba la cabeza en la ventanilla del auto. Al otro lado, todo se veía distinto, o bueno, así le parecía a la joven que sentía como si varios nubarrones se habían posado encima de ella, a punto de soltar la carga. No entendía por qué de pronto su vida amorosa resultaba tan complicada, si tan solo tuviera el poder de arreglar las cosas, pero sería muy ingenuo de su parte pensar así. La realidad era otra, y ella no podía hacer nada para reparar el daño que las palabras de Warrick le habían causado.Decepción, era lo que sentía