Unos golpes muy fuertes despiertan alertando a Liv, asustada se levanta rápido para abrir.
Al abrir la puerta unos hombres la acorralan sin dejarle tiempo para defenderse asustandola mucho más.
—Pero miren que tenemos aquí—dice un hombre de ojos negros intensos y aterradores—. La hija de Joseph Wilde.
Se acerca el hombre hasta ella para mirarla detenidamente.
—¿Qui..quienes son?—pregunta tartamudeando la chica muerta de miedo sacándole una sonrisa cruel al hombre.
—Unos muy buenos amigos de tu difunto padre—le responde burló el hombre—. Tan buenos amigos que le preste un dinero hace poco, muñeca y necesito que me lo pages ahora.
—Yo no sé de qué habla—contesto Liv temblando al ver como ese hombre invadía mucho más su espacio personal.
—Eso me importa muy poco niñita, solo quiero mi puto dinero ya—grito el hombre molesto haciendo que Liv comenzará a llorar debido a los nerviosa que se encontraba.
—Yo no...no tengo dinero ahora—dijo entre sollozos.
—Te daré algo de tiempo porque hoy me siento solidario, pero para la próxima—le hizo una seña a unos de los hombres que la sostenían con fuerza sacando una pistola del pantalón apuntando a Liv—. No seré tan condescendiente.
Liv temblaban de terror llorando, sin entender todavía que era lo que estaba pasando. Sin embargo asiente y el sujeto guarda la pistola.
Los hombres la sueltan y ella cae al suelo de rodillas.
El hombre de los ojos negros la ayuda a levantarse y le levanta la cara con su mano agarrándola con fuerza
—Ni se te ocurra decirle a la policía, muñeca porque el próximo entierro será el de tu hermanita ¿Entendiste?—Liv asintió frenéticamente—. Te estamos vigilando que no se te olvide y toma—el hombre lanzó al suelo un pagaré que efectivamente estaba firmado por su padre.
Los hombres salen del lugar con la misma rapidez con la que entraron dejándo a Liv ahí presa del pánico.
Aún temblorosa se deja caer nuevamente al piso gateando hasta el pedazo de papel tirado en el suelo y casi se le detiene el corazón al ver la cantidad de dinero que su padre le debía a ese hombre.
Ella no tenía todo ese dinero todos sus ahorros los había gastado en el funeral y el entierro de su padre a duras penas le alcanzó para pagar el alquiler de ese cuartucho ese mes.
Su padre había sido un buen hombre y un buen padre por lo menos antes de comenzar a tener problemas con la bebida y los juegos de azar.
Preso de una fuerte depresión su padre al final había decidido cobardemente quitarse la vida, ni si quiera tenía ni dos días de muerto cuando venían a buscarla para cobrarle una deuda que era de su padre, Liv debió imaginar que esa era la razón por la que su padre había tomado una decisión tan egoísta y tan drástica.
Con rabia se limpia las lágrimas que derramó sin embargo es insuficiente porque aunque intente dejar de llorar no puede. A lo mejor estaba soltando todo los sentimientos que lleva reprimidos desde que la llamaron para informale la muerte de su padre. Las lágrimas caen torrencialmente por sus mejillas, Olivia no sabía qué hacer, ¿De donde iba ella a sacar todo ese dinero?
Apenas llevaba dos meses trabajando en SINCLAIR y aunque no podía quejarse de la paga todo lo había gastado en su padre.
Su jefa era muy buena con ella tal vez si le pedía ayuda o un préstamo, Claudia la ayudaría.
Con eso en mente decidió levantarse del suelo y arreglarse lo más que pudo para ocultar el desastre en el que estaba convertida para irse a trabajar.
—Buenos días—saluda con cortesía el chófer del bus que toma todos los días a la misma hora y aunque no siente felicidad Liv le devuelve una sonrisa tímida y amable.
Liv saco el teléfono de su bolso y decidió distraerse leyendo un poco cuando estaba cerca de la parada de su trabajo decidió guardar de nuevo el teléfono bajándose del bus una vez se detuvo y sin perder tiempo se encamina directo hacia el edificio donde trabaja.
Con calma toma el ascensor.
Cuando las puertas están por cerrarse del elevador alguien se adentra precipitadamente en él, junto a ella.
La respiración se le estanca a Liv sintiendo en su cuerpo ese nerviosismo y el calor inesperado en su cara.
Ahí cerca de ella se encontraba ese hombre, el hombre con el que fantaseaba desde que había pisado SINCLAIR, el hombre protagonista de todo sus sueños eróticos y el causante de que su corazón corriera desenfrenado en ese momento.
Jason Grayson.
Liv desde que llegó a Sinclair no pudo evitar quedar profundamente enamorada del él y es que le es inevitable para ella no quedarsele viendo como boba sintiéndose una colegia cerca de él.
Para ella en ese momento él era como un soplo de aire fresco que en esos instantes le hacía olvidar lo defraudante que era su vida.
Jason Grayson era un hombre alto, apuesto, rubio, dueño de unos hermosos ojos marrones y con una hermosa sonrisa coqueta que nunca le ha dedicado a ella.
—Buenos días—saluda él mirando a la chica de reojo haciendo que ella sonrojada agacharse la cara haciendo que su cabello cubriera su cara aún con todo el maquillaje que se había aplicado está mañana seguía viéndose como un zombie.
—Buenos días—le regresa ella el saludo con un hilo de voz.
Él sin levantar la mirada del teléfono asiente para hacerle saber que la escucho más nunca le presta atención.
El elevador por fin lleva al piso en dónde ambos se bajan dejando el aparato vacío. Suspira cuando Jason pasa por su lado sin dedicarle ni una mirada siquiera.
Ella niega con la cabeza saliendo de la ensoñación.
Centrándose en su trabajo. Su deber es ponerse a trabajar, ahora más que nunca que estaba necesitada de dinero y una gran deuda que pagar, con ese pensamiento de dispone empezar su jornada de trabajo esperando la llegada de su jefa.
—Te vi con el semental Grayson—le dice acerca de su oído Óscar su único amigo en ese sitio, asustada se lleva la mano al corazón.—Me asustaste, imbécil—se queja Liv mirándolo mal.—No es mi culpa que sea tan nerviosas, cariño—responde este divertido.—¿Semental Grayson?—cuestiona con el ceño fruncido.—Ya sabes ese toro del que todas las vaquitas del rebaño quieren tener sus hijitos—explica como si fuera bastante obvio sin embargo Liv seguía sin entender—Jason Grayson, te aseguro que tiene pinta de semental y tú quieres ser la vaca de ese padrote—termina mirándola con picardía.Liv oculta el rubor leve que cruza por su rostro haciéndose la desentendida.—Solo tomamos el elevador al mismo tiempo—se excusa concentrándose en su tarea diaria antes de que llegara su jefa.—¿Eso es todo?—cuestiono Óscar molesto y frustrado.Óscar era el único que sabía su pequeño enamoramiento con Jason y él que la apoyaba a acercarse a su amor pero en ese momento ambos estaba perdiendo la esperanza de que
—Necesito que tengas listo esto antes de que regrese—le pide Claudia unos días después de que Liv le pidiera un préstamo, dándole unos documentos a su asistente sale de la oficina.Claudia había tomando una decisión Olivia Wilde sería ahora su pupila, ella la ayudaría y así mataría dos pájaros de un solo tiro.Suspira adentrándose en la oficina de su hermano.—Tu hijo no puede seguir haciéndose el idiota ¿Lo sabes no?—le dice mirando a Thomas molesta.—Lo sé—dice él dándole la razón.—Entonces porque no has hecho nada todavía—le reclama su hermana.—Por que no quiero influir en su vida—le responde este cansado recostándose en el espaldar de la silla.—El deber de Dorian es manejar esta empresa que tú trabajaste para él—Claudia parece querer cachetear a su hermano para ver si reacciona.—Claudia sabes que no es fácil manejar una empresa de la noche a la mañana y también sabes la condición que estipuló nuestro padre.El padre de ambos había estipulado hace muchos años en el testamento q
—Casate con mi hijo—dice Thomas sin tacto.Claudia se da un golpe en la frente y se avergüenza de su hermano. Mientras Liv se le queda mirando a Thomas parpadeando pensando que lo que escucho es una broma.Ella no podía creer lo que su jefe le acababa de decir, de todas las cosas que se imaginó que ocurrirían jamás pensó que esas cuatro palabras serían dirigidas a ella.—Pudiste ser más cuidadoso, Thomas—le regaña su hermana más sin embargo él prefería las cosas así, directas.Esa mañana Claudia había llevado a Olivia a la oficina de su hermano con la excusa de que se le daría respuesta por el préstamo que ella había pedido. —Yo...yo...—Liv no sabía que responder simplemente seguía en shock.—Mira, voy a ser sincero niña—comienza a explicarle Thomas a la muchacha—. El dinero que pides es demasiado y ni con diez años trabajando para nosotros podrías pagarlos, en cambio te ofrezco ese dinero y un monto extra con la condición de que te cases con mi hijo por dos años después de los dos a
Tenía que ser una mala broma, piensa Dorian al ver la estúpida invitación en sus manos. Su ex prometida se iba a casar y no solo eso sino que lo había invitado a su maldita boda.—¿Me estas escuchando, Dorian?—pregunta Thomas molesto.Dorian de mala manera guarda el teléfono en el bolsillo de su pantalón.—Te estoy escuchando, papá—dice mirándolo a la cara—. Estamos acá para convencer a Maldonado de invertir con nosotros.—¿Entiendes lo importante que es esto, verdad?—le pregunta Thomas más relajado.—Lo entiendo—suelta Dorian suspirando.—Una vez que hablemos con Maldonado tienes vía libre para divertirte—le dice dándole una palmada en la espalda—. Solo no te pases, recuerda que tienes una prometida.Una prometida, que aún él no conocía.Al parecer todo estaba pactado, así que no había escapatoria. En unos meses habría boda y él ni siquiera le había visto la cara a la chica que aceptó casarse con él.—El lunes nos reuniremos con Olivia para firmar el acuerdo de confidencialidad y deb
Liv no podía explicar lo que sentía por aquel desconocido, las sensaciones que ese hombre misterioso le provocaban con tan solo una mirada la inquietaba, poniéndola nerviosa, la confundía pero sobretodo la atraía.Era un hombre alto, de cabello castaño y unos impresionantes ojos de color marrón eso era todo lo que podía apreciar de su rostro debido a una máscara que le cubría casi por completo la cara.Mientras Dorian sólo podía darse el pequeño lujo de observarla, analizarla, contemplarla.—¿Entonces que dices? ¿Me dejas pagarte un trago en reposición del que se te desperdició?—insiste Dorian con su más galante sonrisa.—Yo no...no es necesario—tartamudea Olivia algo sonrojada.—No acepto un no por respuesta—sonríe al ver el sonrojo en la chica algo que le causó un poco de ternura y lo encendió por partes iguales.Dorian se encontraba confundido ya que no había experimentado todas esas sensaciones antes.—Está bien—acepta por fin Liv intranquila.Todo en ese hombre la ponía nerviosa
Entre besos y tropiezos Dorian logró guiarla hasta la habitación en donde dormirían esa noche.Él estaba fascinado y sentía hervir su sangre con cada beso sin embargo él podía sentir lo nerviosa que se encontraba esa hermosa chica que se estremecía en sus brazos.Así que bajo la velocidad de los beso pero aumento la intensidad, él quería que ella lo disfrutara que olvidará por completo que eran desconocidos, quería que ella se entregará por completo a él.Liv se sentía perdida en la marea de sensaciones que ese misterioso hombre le hacía sentir con cada roce, con cada beso, con cada caricia a tal punto de olvidar hasta su propio nombre.Ambos solo se estaban dejando llevar por el momento tan único que los dos se estaban encargando de dejar grabados en la piel del otro.Dorian cuando sintió que su hermosa dama estaba mucho más relajada se encargó de bajar el cierre del vestido turquesa que lo había dejado sin respiración apenas la vio, lo bajo con cuidado y lentitud sin querer asustar
Liv serpenteaba caminando de prisa por las calles sintiéndose más ligera, por lo menos había podido pagarle una parte adelante a los delincuentes que ya empezaban a asfixiarle con amenazas.Aún sentía las consecuencias de el ataque de nervios y miedo que sufrió al enfrentarse a ellos de nuevo.Estaba hecha un desastre cargaba una que otro rasguño pero por lo menos había podido evitar llorar como una niña.Después de esa noche en la que estuvo en el cielo los días siguientes se convirtieron en un infierno cuando al llegar a su casa volvieron a atacarla y amenazarla de nuevo presionándola.Había pasado varios días de esa noche que se había marcado en su piel para siempre.Liv no pudo evitar sentir decepción cuando a la mañana siguiente al levantarse se encontraba sola en la habitación. Sí, ella sabía y tenía en claro que el misterioso desconocido solo le había prometido una noche sin embargo pensó...niega con la cabeza desviando el rumbo de sus pensamientos.Ella había aceptado y aunqu
—Suelteme—intento alejarse ella sin verlo a la cara debido a que las lágrimas le eran imposibles de frenar y estaba empezando a odiar que él fuera el motivo de su llanto.Estaba cansada, lastimada y humillada.Solo quería irse a casa darse un baño y llorar a solas en la tranquilidad de su cuarto. Ya no quería fingir ser fuerte, estaba derrotada y ya no le importaba nada.—Olivia—pronuncio su nombre despacio llamándola a lo que ella no pudo evitar levantar la mirada como si obedecerlo estuviera en su sistema.A Dorian se le oprimió el corazón al verla tan vulnerable, a él siempre le había molestado ver a las mujeres llorar y mucho más si era su culpa pero últimamente había sido el causante de muchas lágrimas.Esa chica era una sombra de la mujer que conoció esa noche.Llevaba ojeras como si no hubiera dormido en varias noches, desarreglada, se veía terrible y sin embargo el aún la seguía viendo tan hermosa.Las lágrimas seguían cayendo en silencio por sus mejillas mientras le mantenía