Capítulo 3
Punto de vista de Amos

Estaba dando la bienvenida a nuestros invitados para la celebración del tratado de renovación cuando sentí algo en mi corazón. Resulta que mi lobo, Narcisse, me estaba incomodando, gruñéndome. Hay veces que se comporta como si estuviera enfermo. Me odia, porque rechacé a nuestra pareja, pero no puedo aceptarla como mi pareja, y mucho menos como mi Luna. Es que ella mató a mi tío.

‘¡Lo mató en defensa propia!’, me gruñe Narcisse.

‘Nadie se lo cree’, le respondo. Mi tío era un cabrón, pero seguía siendo mi familia. Ella podría haber manejado mejor la situación en vez de matarlo a sangre fría.

‘¡Tenía solo trece años! No tenía control sobre su lobo, Amos. Te aseguro que su lobo es fuerte’, me dice, diciéndome la última frase con orgullo. En efecto, mi tío tenía sangre Alfa y era uno de los lobos más fuertes, pero aun así ella lo venció.

Anaiah no solo es la chica más hermosa de la manada, sino que incluso con su ropa sucia, resulta atractiva para cualquier hombre. Además, soportó muchas dificultades desde niña.

‘Ella puede ser una buena Luna’, me suplica Narcisse.

‘Sí, pero ella no será nuestra Luna, sino Eunice, como quieren mis padres. Sus padres son fuertes y son nuestros aliados desde hace años’.

Eunice es una mocosa favorecida y una llorona, pero tengo que estar con ella para fortalecer mi manada. Es buena en la cama, pero generalmente cuando follo con ella o con cualquier otra loba, me imagino a Anaiah debajo de mí, con sus ojos azules como un bebé, su cabello largo y sus pechos redondos. Sus labios carnosos y su hermoso rostro bastan para que me excite como un adolescente en su primera vez.

Maldición, ella es la encarnación de la belleza. Solo de pensar en ella se me pone dura. Me excuso y voy a mi oficina. Llamo a una omega que está más que contenta, se arrodilla, se coloca mi largo y duro pene en la boca, y comienza a mamarlo. Dejo escapar gemidos de placer y agarro su nuca, guiándola más fuerte y más rápido, haciéndome una garganta profunda.

“No pares, Anaiah”, le ordeno. La cachonda omega me lo empieza a mamar más rápido hasta que gimo y eyaculo en su boca. Se traga mi semen y se pone de pie, sonriendo y viéndose satisfecha.

“Ay, mi Alfa, eres increíble, como siempre”, me susurra. Voy a mi escritorio y me siento en mi silla, inclinándome y relajándome cuando de repente siento un dolor agudo en mi pecho, por eso gimo y gruño. La omega viene hacia mí con preocupación, pero le muestro mis afilados colmillos, haciendo que retroceda y se llene de miedo.

“Lárgate”, le gruño mientras se recrudece mi dolor.

‘¿Qué está pasando?’, le pregunto a Narcisse, quien está sintiendo lo mismo.

‘Nuestra pareja aceptó nuestro rechazo’.

‘¡No!’, grito.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo