"¿Por qué no me lo informó nadie?", gruño, quejándome mientras me levanto del suelo.

"Eso es exactamente lo que estoy haciendo, ¿no?", me replica. Seguimos entrenando hasta que ambos estamos exhaustos. Entonces, me quito los guantes y me siento a su lado.

"La atraparemos, te lo prometo", sonríe y me besa la mano.

"¿Y tú? ¿Cómo has estado, mariposa?" Me río al escuchar ese apodo, hace tiempo que no me llamaba así.

"Voy tirando".

"¿Qué quieres decir?", me pregunta, levantando las cejas.

"El consejo de ancianos quiere que tengamos un heredero", le cuento.

"Les tomó su tiempo hacerles esa demanda", murmura él.

"Sí..."

"Necesitan saber que eres capaz de reproducirte como Reina. En realidad, tiene más que ver con la estabilidad del reino", deduce.

"No creo que pueda hacer eso aún, y lo raro es que creo que Leon también quiere tenerlo ahora", susurro, recordando su intensa emoción. Anoche soñó con tener un hijo y su expresión era de felicidad.

Las palabras de los ancianos resuenan en s