Corrí lo más rápido que mi entrenamiento me había enseñado, pero este demonio era muy rápido y lo último que pude ver es que tomaba la forma de una mujer con la que había chocado y se mezclaba entre la multitud de una calle bulliciosa.Lo que me faltaba.Lo seguí sin perderlo de vista, tomó la forma de un hombre corpulento, minutos después tomó la forma de una chica rubia hasta meterse en un club con un letrero fosforescente. Donde llamaba “Arcano”.—Genial —mascullé, de todos modos, estaba usando el neminem, nadie se daría cuenta de que entraba, pasé por el gorila quien le estaba negando la entrada a unas chicas de unos dieciséis años quienes llevaban identificaciones falsas.El vestíbulo era iluminado por luces rojas y había espejos en el techo. Al llegar al gran salón que tenía un aspecto de palacete vulgar. Ignoré por completo la fachada que ésta tenía y busqué por entre la muchedumbre, la música era ensordecedora y el aire tenía una especie de droga, las luces parpadeaban haciend
Narra el Fugitivo: Al pisar el suelo, casi la besé porque no aguantaba estar más tiempo en aquel barco, y no era por el olor, sino por lo frágil que se habían vuelto mis intestinos conforme recuperaba la compostura. La comida se había vuelto más y más abrumadora cuando comía hasta cansarme, ver tanta comida me hacía pensar en cuanto desperdicié mi vida en comer solo migajas de pan y agua o aire simplemente.¿Algo bueno del enemigo? Nada, excepto sus libros. Libros que me daba como compensación de extraerme sangre y parte de mis tejidos, de ahí podía saber algo de lo que yo formaba parte y porqué necesitaba de mí para con sus marionetas.La vida oculta debajo de una cumbre horrorosa me hacía valorar cada cosa pequeña que veía, las islas, el mar azul, las aves que rondaban por las sardinas, las ballenas que dejamos atrás, los delfines. Todo era maravilloso y el cielo, de aquel color azul tan vivido y en las noches, aquellas motitas blancas y brillantes llamadas estrellas formaban singu
Estábamos en mi habitación, en Leesburg.Era lo único, el único lugar al que había querido volver infinidad de veces y ahora estaba aquí, en mi abandonada habitación. Con una chica de rodillas, con los ojos azules desorbitados, el rímel corrido, temblando y tratando se abrazarse a sí misma mientras observaba en la penumbra. Al igual que yo, que estaba usando el neminem; nadie se daría cuenta de mi presencia, pero tampoco tenía pasos de gato. Mis pasos eran más bien como la de un rinoceronte y la casa era vieja, el suelo de madera crujía bajo mis pies y sentía una ligera punzada en el cuello, pero eso no era lo más importante ahora.Los Ojos Azules también podían usarla, y justo oí que subían ellos; Cam y Nery.—Juro que oí algo —decía Nery seguida de Cam.—Ha de ser la madera, un gato tal vez. Esta casa es vieja. —Excusó Cam, se oía diferente, algo más como una persona aburrida de la vida, cansado de la rutina. No lo recordaba así.Rápidamente me incliné a la chica y comencé a hacer e
Narra Mitchell: Cuando abrí los ojos, sentí mis brazos adormecidos. Estaba atado. Dentro de una habitación de cristal y una especie de no supe qué que hacía sentirme muy cansado nadaba por los recovecos de mi mente. Tras un minuto de intentar enfocar mis ojos en alguna parte que no fueran las luces blancas, me vi reflejado en los cristales. Con los ojos desorbitados y enardecidos por una sustancia que sentía, viajaba por todo mi cuerpo. Provocando una especie de calor, intensidad, con la respiración agitada, pero al verme atentamente, apenas me reconocí; mi piel pálida, casi traslucida, mi cabello oscuro y mis ojos de un color lila. Un sonido pareció inundar la pequeña habitación a través de las paredes, podía sentir como las ondas de una voz viajaba por los cables y de repente, la habitación de cuatro por cuatro se quedó sin el silencio. Inundándose por una voz autoritaria, quizá aquel director quien me había sumido en la oscuridad. —Mitchell Walker ¿Puedes oírnos? Y el siguiente
—Vamos Walker. Ya sal —refunfuñó Mason mientras me mantenía encerrada en el baño. Estábamos en una cafería de Richmond y mi cabello, no había recuperado aun su color natural, sino que este seguía siendo de un tono plateado, que hacía verme terriblemente extraña; como si fuera una de esas chicas cosplayers y lo bueno de esto era que mis ojos ya habían vuelto a su normalidad. Schlunk me había dejado salir a la mañana siguiente de lo que mis ojos presenciaron hablando de muchas cosas de lo que siempre quise saber, de lo nuevo y lo antiguo, de las cosas secretas que Le François me había comentado. Explicándome que la chica estaba paranoica porque el Cuervo Rojo le pasó ilusiones extrañas que nadaban por su mente aun después de que se le diera una serie de tratamientos que los Cazadores y Cuervos por igual le dieron, nada funcionaba, hasta que le extrajeron un poco de sangre y le pusieron Fenills. —Veneno de demonio —dijo mientras se sentaba al borde de mi cama—. Un poco menos letal que
Narra Will:—Hey, Sparks —llamé al chico que estaba marcando un árbol con su Don de la Vejiga Llena. Me habían asignado un nuevo compañero de Rastreo ya que mi antiguo compañero había muerto y Mason encontraba más satisfactorio ir con una chica que conmigo.De lo que se perdía ese idiota. Pero Lisa estaba más bella y fría que nunca. Yo tan tierno y amistoso, muy diferente a lo que era y prefería él.Pero bueno, estábamos en un parque ecológico del Sur de Carolina del Norte, era algo gracioso, pero no lo que estaba entre los árboles. Habían sucedido cosas extrañas últimamente, desde desapariciones de niños, hombres y mujeres hasta las criaturas, pero más los vampiros. Mi pregunta va en ¿Quién demonios raptaría a esos seres? ¿Quién podría? Aunque la pregunta se respondía sola, El Duque trabajaba desde las sombras de nuevo, dejando rastros imposibles de cubrir. Hasta los humanos se daban cuenta de lo que sucedía. Muertes cada noche, desastres cada semana, de un lado a otro, desgracia tra
Los vimos desaparecer, como si hubiesen sido un producto de nuestra imaginación, una ilusión que jugó con nuestras mentes por un momento. Con esa indumentaria rojo oscuro y la máscara blanca y me di cuenta que cada uno de ellos tenían un arma en específico, estos dos tenían espadas, y el otro solo tenía una cadena con una bola de acero con púas. —Nos están vigilando —anunció Mason. —Sea a lo que estén jugando, pgonto me tendgan enojado, enfadado —gruñó Le François mientras nos acercábamos a las Líneas. Los Cuervos al parecer temían pelear contra mi mentor. Cruzamos por todas las protecciones susurrando el lema de la Orden Negra dicho solo por Exorcistas que estaban en la lista del Libro Sagrado de la Orden: Alcanzaremos las Estrellas. El enorme prado seguía conservando lo verde, pero varios árboles ya estaban tornándose ámbar, sus troncos palidecían y los rayos de sol que se posaban sobre ellas le daba un aspecto fantástico y ¿Cómo no? Se suponía que nada de lo que hay en los cuento
Me condujo por un largo pasillo donde no había nadie, tanto que pensé incluso que esto podría ser solo una jugada para luego atraparme. Detrás de las paredes con algunos cuadros de desconocidos personajes con los bordes dorados tampoco había nadie, y mientras nuestros pasos resonaban me sentía cada vez más perturbado y ansioso. —No es un calabozo, relájate —habló de nuevo Irianna justo cuando al doblar en una esquina, donde ya había una chica con un chico vistiendo uniformes negros con franjas rojas que hablaban en la puerta de una habitación, además de que tenían los mismos colores de ojos que yo, me miraron un poco sorprendidos pero me brindaron una sonrisa de bienvenida. — ¿Es el verdadero Mitchell, cierto? —preguntó la chica a su compañero cuando los dejamos atrás. —Wayne nos dijo que sí. Además, es un Inocencia, el falso era Esencia. —Bienvenido a la Sala —dijo ella y yo asentí con timidez. Estaba tan atento que no vi que Irianna se había detenido para abrir una habitación qu