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La Obsesión Del Ceo
La Obsesión Del Ceo
Por: Adriana Martinez
C A P Í T U L O I: "Encuentros Fortuitos"

Prólogo

Agnes Sofía Bachelet, una joven de 25 años de edad actualmente directora ejecutiva de una de las sucursales más pequeñas, pero no menos importante que tiene una de las empresas más prestigiosa y grande de exportación de Petróleo en Lancaster, Inglaterra.

La Gran Amato Vitale Company.

Ella nunca pensó que su mundo se le pondría patas arriba de un día para otro, pero, la extraña llegada de el hijo de la dueña de la gran empresa cambió sus días por completo.

Siendo él un hombre, obsesivo, arrogante y malditamente guapo, que hará de la vida de ella un caliente tormento.

Él quedará completamente deseoso de tenerla completa para él.

Ella y los misterios que la embargan, solo harán que ella sienta la necesidad de alejarse de él.

Pero esto se convertirá en un carrusel de emociones pues ella desde el antes y el ahora ha sido la obsesión del Ceo.

……

" Encuentros Fortuitos"

Un pitido….

Mis párpados pesan….

Segundo pitido …

¡No me quiero levantar!

Tercer pitido…

—¡Ya, ya tu ganaste!

Y… Como cosa rara me encuentro hablando sola en mis cuatro paredes, el frío de la mañana me recibe cuando decido sacar mi trasero de la cama.

Hoy es un gran día por no decir que otro igual de monótono a los demás, y es que mi loca y súper divertida vida es igual siempre, en un resumen menos complicado… Trabajo y más trabajo.

¿Quien carajo inventó el trabajo? Un sin oficio claro está… No me malinterpreten no soy perezosa solo un poco risueña.

Me doy una ducha rápida ya que es tarde y si me demoro un rato más creo que volveré a mi dulce cama que me llama y ruega a súplicas que vuelva a ella, ¡en serio odio los lunes!. Salgo con mi cabello envuelto en un gorro hermético para mantener mi secado intacto porque en serio ¿quién en su vida amanece con el cabello perfecto? ¿O con las ganas suficientes para peinarse? Yo soy de ese porciento que le vale tres hectáreas y media de caca peinarse.

Me visto con una falda tubo color blanco que se adhiere de más a mi cuerpo haciendo que mis voluptuosas proporciones se noten de más pero no me quejo amo mi cuerpo, acompaño mi falda con una camisa de manga corta color salmón, arreglo mi cabello negro y lacio a modo que quede perfectamente tendido en mi espalda, tomo mis pertenencias y salgo a paso apresurado de mi apartamento.

Ya en el estacionamiento del conjunto residencial donde vivo saludó al portero que siempre esta con una amplia sonrisa y un saludo que me hace recordar la dulzura de mi padre y con eso me basta para alegrar mi comienzo del día…

— Hola Robert, quisiera hablar mucho más contigo, pero como sabes voy tarde.

Este asiente y me da una sonrisa cálida y llena de serenidad.

— Que tenga un feliz día mi niña.

Asiento y salgo corriendo a donde me espera mi pequeño amor frustrado, y no, no hablo de un chico…

—Hola Romí.

Saludo a mi auto antes de darle unas palmaditas de apoyo que son más para mi que para ella, y sí una ella jajajaja.

¡Si, estoy loca!

Me subo y dejo mis cosas en el asiento del copiloto, prendo a mi pequeña romi y emprendo camino a mi lugar de trabajo, no queda muy lejos de aquí así que es un trayecto corto pero agotador gracias al tráfico.

Al llegar al pequeño edificio donde trabajó dejó a mi pequeña romi en su lugar, observó la hora en mi reloj de muñeca y mi cara debe ser un lindo poema ahora que sé que llevo dos largos minutos retrasada, me encaminó rápidamente a entrar a la empresa mejor conocida como "Amato Vitale S.A", una gran compañía reconocida a nivel internacional, diría que mundial pero no estoy muy al tanto de eso, acá yo estoy a cargo de todo osea no tengo jefes.

Desde hace poco que soy la encargada de esta sucursal, es pequeña y en realidad no es que requiere de mucho esfuerzo llevarla ya que es solo netamente para negocios. Digamos que un pequeño apartado de la gran empresa, y me va bien en ella. Aunque ser la jefe aquí no me da privilegios ya que no puedo llegar lo que se dice tarde jamás, se tienen políticas de trato igualitario y la verdad no me puedo quejar de ello tampoco, es un gran avance en cuanto a términos laborales.

— Buenos días señorita Bachelet.

Mi asistente me saluda, devuelvo tal gesto con una sonrisa.

—Buenos días Lara .

Lara levanta su mano haciéndome seña para que me acerque a su lugar de trabajo, en voz muy baja me dice:

—En su oficina la esperan.

Enseguida mi postura se pone recta y con mi mejor ceño fruncido levantó mis manos a modo de pregunta…

—El Sr Amato Vitale

cuando escuchó aquellas pocas palabras mi cuerpo comienza a tiritar a pesar de que la calefacción acá está en su punto, mi nueva cara de horror a de ser tan horrible que la pobre Lara me da una mirada de comprensión ligada con pena.

— Ammm ¿Ha dicho el porqué de su visita? Nunca antes había venido uno de los grandes aquí.

Ella niega y yo solo trago grueso y me aventuro los pasos a mi despacho.

Al entrar una figura masculina alta e imponente está de pie junto al ventanal que da vista a más edificios, carraspeó mi garganta para hacer notar mi presencia. Este se voltea y da una mirada desaprobatoria a todo mi ser lo que me indigna pero decido guardar silencio, en los cinco años que llevo trabajando para esta empresa jamás había venido un Amato Vitale a hablar o lo que sea que hagan.

Mi expresión se mantiene dura, sea lo que sea no es mi culpa.

— Buenos días Sr..

hago una pausa para que el ser frente a mi me de un indicio de su nombre o al menos uno de su molesta presencia. En vista que no desea responder, prosigo.

>> Amato Vitale ¿a que se debe el honor de su presencia?

este sigue con su mirada fija en mi, lo que me molesta con intensidad.

— Es mi empresa, ¡puedo venir cuantas veces se me dé la gana!

Su voz grave e imponente retumbó en toda la habitación, la forma en la que se dirigió a mí de una manera tan poco ética me sacó de mis casillas así que ni corta ni perezosa se lo hice saber podrá ser el jefe o lo que sea pero eso no le da el derecho de tratar a las personas como andrajos menos teniendo en cuenta que: "Cuidan los tratos igualitarios en toda y cada una de las áreas de la empresa".

—Lo sé, nadie aquí presente le ha dicho lo contrario, pero si bien tengo entendido en ninguna parte de mi contrato decía que iba a tener encuentros fortuitos y de tan mal gusto con "Mi jefe" que al parecer carece de buenos modales señor, además aquí cumplimos con los mandatos de tratos igualitarios.

Por un momento quise flaquear, sé que mi lengua a menudo me mete en tantos problemas pero luego recordé que la loca que llevo dentro jamás lo permitiría y solo seguí allí firme el hombre frente a mi se llevó una de sus manos a la frente mientras me daba una mirada de 'Súper seguro que te despido' aún así no me deje intimidar.

— La insolencia es uno de los atributos que posee Señorita, así como la irresponsabilidad. Llegar tarde a tú trabajo no habla bien de ti ni de tu supuesto cumplimiento con los tratos igualitarios, hace más de veinte minutos que llegue y hace diez estaban aquí todas las personas de todas las áreas que están a tu cargo, debes recordar señorita que aquí el trato igualitario es para todos como mencionas.

aseguró mientras se dirigía a la puerta a paso firme.

>> ¡La veo en la sala de juntas en 15 minutos! Y por favor, para mañana venga con ropa más decente.

sin más salió de mi oficina dando un fuerte portazo.

¡Maldita sea mi suerte!

Fueron solo dos minutos, dos minutos.

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