Jasmine se paró frente a la casa de Verónika, sus ojos recorrieron cada detalle de la fachada mientras fruncía el ceño. No le agradaba en absoluto el lugar, pero qué más daba. Verónika, por su parte, solo quería que se fuera de allí. Sabía la razón de su llegada y no estaba dispuesta a tener una discusión.—¿Por qué no me has llamado antes? —preguntó la mujer con tono acusador.—Porque soy tu madre —soltó con un suspiro—. No puedo creer que te hayas comprometido con ese hombre. Al principio estaba bastante sorprendida, ahora entiendo que ha sido una buena jugada. No eres una ilusa, después de todo. No deberías dejar escapar a Sebastian. Te dará todo lo que necesites, a su lado no pasarás ningún problema económico.—Mamá, supongo que nunca cambiarás —dijo Verónika con un tono cansado—. No me caso porque estoy buscando tener su dinero o sus riquezas. No estoy uniendo mi vida a ese hombre por nada de lo que imaginas. La verdad, habría querido que ni siquiera te pusieras al tanto de esta n
—¿Sabías que Arthur cobraría una herencia? —¿Qué? —se le quedó mirando con sorpresa, no sabía la razón por la que su madre sacaba colación algo que tenía que ver con ese tipo —. Madre, no me interesa saber nada de ese hombre. —Lo sé, aún así te lo digo. Arthur cobrará una herencia bastante importante, pero solo podrá hacerlo cuando tenga un hijo biológico —reveló y ella lo entendió todo. El motivo de separarse de ella, más allá de no aceptar que Sídney no fuera su hija biológica, era ese, podría obtener una exorbitante cantidad de dinero pero siendo el caso de que Sídney no compartía ningún vínculo sanguíneo con él, no podría hacer nada para cambiarlo. —Vale, sé lo que quieres conseguir con esto. Ya basta, no quiero que Sídney escuche siquiera su nombre. Jasmine expiró. —Es una niña, pero debería saberlo todo. Es importante que sepa la verdad. —¿Decirle que no es su padre biológico? No quiero quedar como una mentirosa frente a mi hija, sabes que solo es una pequeña, el hecho de
El padre de Sebastian, Bastian, entró a la oficina de su hijo con una sonrisa en el rostro, lleno de orgullo por el nuevo proyecto que había logrado obtener. Sabía que competir contra Arthur, el exmarido de la pareja actual de Sebastian, lo hacía aún más especial. No solo era un logro en el ámbito empresarial, sino también personal.—¡Sebastian, felicidades por este logro tan impresionante! —exclamó Bastian mientras estrechaba la mano de su hijo —. No puedo evitar sentirme orgulloso de ti y de todo lo que has conseguido.Sebastian sonrió, agradecido por las palabras de su padre. —Gracias, papá. Significa mucho para mí saber que cuento con tu apoyo y admiración. Sin embargo pensaba darte la noticia hoy en la noche cuando fuera a visitar a mamá y a ti. Bastian asintió y se sentó en una silla frente al escritorio de Sebastian. —Arthur debe estar retorciéndose de la ira. Sabe que esto es algo terrible para él. —Se lo merece. Está sintiendo lo que yo sentí esa vez, cuando obtuvo un pro
Día Domingo. Verónika observaba a Sídney jugar en su habitación, mientras una preocupación se apoderaba de su mente. Sabía que su hija tenía un corazón tierno y se apegaba fácilmente a las personas, y eso la inquietaba cuando había estado mencionado a Sebastian cuantiosas veces. Le preguntó por él, el día anterior, y ese día en la mañana.Decidió abordar el tema de manera delicada, para entender mejor los sentimientos de Sídney. Se sentaron juntas en el sofá, y Verónika acarició con ternura el cabello de su hija antes de comenzar la conversación.—Sídney, cielito, quiero hablar contigo sobre Sebastian —comenzó Verónika con voz suave —. Me he dado cuenta de que preguntas mucho por Sebastian. Los ojos brillantes de Sídney se iluminaron aún más al escuchar a su madre mencionar a Sebastian. Una sonrisa inocente apareció en su rostro mientras asentía emocionada.—Sí, mamá, ¡Sebastian es muy divertido! Me gusta mucho estar con él —exclamó Sídney con entusiasmo—. También le gustan los uni
—No puedo evitar sentirme culpable por haber caído en las mentiras de Coral. ¿Cómo pude ser tan ingenuo? — habló Sebastián, con voz cargada de autoreproche.Ashton le brindó una mirada empática. —Sebastian, no te culpes a ti mismo. Coral fue muy hábil en su manipulación. Lo importante ahora es que pagará ella y su novio por esto. Las palabras de Ashton resonaron en Sebastian, quien reflexionó mientras daba otro sorbo a su bebida.—Sí, tienes razón. Gracias por la invitación, me hacía falta hacer esto. Debería hacerlo a menudo. —Siempre te digo, pero estás demasiado ocupado en tus asuntos. Yo, que tengo un itinerario igual de apretado que el tuyo, también me tomo un tiempo para pasarla bien. Él solo asintió. Ya era la quinta copa y empezaba a sentirse aturdido por la ingesta de alcohol. —Asthon, ¿verdad que Verónika es una mujer hermosa? El abogado contuvo las ganas de reírse, lo decía de forma repentina. No comprendía. —Sí, lo es. —Sí, Verónika es hermosa. ¿No te parece? —insi
Sebastian despertó con una resaca punzante, su cabeza parecía estar en guerra con su cuerpo. Mientras se levantaba lentamente de la cama, su mente comenzó a recordar los eventos de la noche anterior. Un escalofrío recorrió su espalda al recordar sus palabras a Ashton.Sebastian se sentó en el borde de la cama, mirando fijamente a la nada mientras reflexionaba sobre sus sentimientos por Verónika. ¿Cómo había llegado a este punto? Durante mucho tiempo, había prometido no enamorarse de nadie, ahora sentía algo por Verónika. Pero algo había cambiado en él. Una chispa había surgido y se había convertido en un fuego ardiente dentro de su corazón. No podía negarlo más. Sus sentimientos por Verónika eran reales y profundos.La vergüenza se apoderó de él al recordar cómo había confesado todo a Ashton en medio de su ebriedad. ¿Qué pensaría Ashton ahora? ¿se burlaría por eso? Sebastian no podía soportar la idea de ser el hazmerreir por ello. Después de unos minutos sumido en sus pensamientos,
—Que sea sencillo y discreto —intervino Verónika, y Sebastián alzó una ceja en su dirección, mirándola en desacuerdo.—¿Sencillo de verdad? —ella asintió con seriedad y Sebastián aceptó—. Está bien, que sea sencillo pero con un alto valor.La mujer asintió con la cabeza y se retiró en busca del anillo.—No creo que sea necesario...—Sí, lo es. Dará más credibilidad a la relación —dijo Sebastián.—Aun así, ¿era necesario venir a una joyería tan... costosa? —comentó Verónika, sorprendida por los precios en las vitrinas.—Puedo permitírmelo, además no podía comprar cualquier anillo. Mi madre me conoce perfectamente y sabe que nunca usaría una imitación barata —dijo Sebastián mientras sacaba el teléfono móvil del bolsillo y se sumergía en la pantalla.La mención de su madre hizo que Verónika se sintiera culpable por toda esa farsa que estaban fingiendo. Se preocupó al darse cuenta de que lo que estaban haciendo no era correcto, pero aun así había aceptado mentir descaradamente.—Mamá, mir
El corazón de Verónika latía con fuerza mientras observaba a Arthur acercarse. No podía evitar sentir un nudo en la garganta al recordar todo lo que habían pasado juntos. A pesar del tiempo que había pasado, su presencia seguía generando una tensión incómoda.Sebastian, por su parte, intentaba mantener una actitud calmada y serena, aunque en su interior sentía cierta incomodidad al encontrarse con el ex de Verónika. Más allá de que ya comenzaba a sentir algo por ella, había molestia de encontrar a su competidor. —Arthur —saludó Verónika forzada. —Hola, Verónika —respondió él con una expresión de sorpresa en el rostro al verla acompañada de Sebastián.La tensión en el ambiente era palpable mientras los tres intercambiaban miradas incómodas.—Sídney deberíamos irnos, ven —expresó dándole la mano, pero la niña negó con la cabeza, no quería marcharse. —Volvemos a vernos, no preguntaré como te ha ido, creo tener una idea, eh —expresó Sebastián extendiendo la mano hacia Arthur, quien la