Esa misma noche la mujer cuando estuvo desocupada se puso a mirar su portátil y en efecto encontró el itinerario, todo lo que debía hacer, entonces lo memorizó varias veces y se preparó de antemano para hacer un buen trabajo, al siguiente día, como había mencionado el día estuvo cargado de más labor.Sin embargo se encontraba más preparada que antes y pudo arreglárselas. Maritza apareció de forma repentina. La mujer la observó y llegó a la conclusión de que parecía arrepentida. Sí, de seguro estaba así por lo que hizo. La aludida comenzó a sentirse un poco nerviosa. Maritza se acercó a Verónika con un semblante serio. —Verónika, necesito hablar contigo. Sé que te mentí ayer sobre el café dulce. No fue mi intención hacerte daño, pero sé que lo que hice fue incorrecto y quiero pedirte disculpas. Lo siento —emitió —. Sé que actúe ayer de mala manera. Ha sido algo terrible y lo siento mucho. No debí engañarte de esa manera, fui una mala persona. Verónika, sorprendida por la sinceridad
Sebastian se encontraba en el centro de la sala, rodeado por todos los empleados de la empresa. Un silencio expectante llenaba el aire mientras todos esperaban ansiosos por escuchar lo que tenía que decir. Sin embargo ya había una ligera pero enorme pista sobre el contexto. El millonario sabía que ya era hora de dar la noticia y por eso con una sonrisa fingida en el rostro, Sebastian tomó aire y comenzó a hablar. A Verónika le estaba temblando hasta la médula. No podía evitar sentirse así de afectaba, lo intentaba, pero no había nada en absoluto que hacer cuando se encontraba frente a un montón de personas y a la par de un hombre poderoso, ese sujeto que tenía peso y tomaba las decisiones más importantes en aquel lugar. Quería desaparecer. Deseaba con todo su corazón que se abriera un hoyo debajo de sus pies y se la comiera, pero eso no sucedería.—Quiero compartir una noticia muy especial con todos ustedes. Como algunos ya saben, he estado en una relación hace un tiempo, ahora he v
—Me enteré de todo mamá, sé que Arthur solamente está conmigo porque quiere que le dé un hijo, pero no dejaré que se salga con la suya. Me haré la desentendida y continuaré a su lado pero no voy a permitir que se aproveche de mí, mamá.Jasmine la miró con desaprobación.—Imagino que debes estar soltando un chiste, pero déjame decirte que no le encuentro ni un poco de gracia, no seas ridícula, no puedes molestarte con él, si lo haces vas a perder. ¿Por qué te enfada tanto? Mira nada más en dónde vives esta es una casa hermosa, él te da todo el lujo que deseas... Deja de ser tan tonta. —Mamá —se quejó —. Te estoy diciendo que ni siquiera siente nada por mí solo está conmigo porque estoy embarazada y quiere aprovecharse de eso para asegurar la herencia. ¿No te parece algo terrible? no es esta la vida la que yo deseaba. Ahora mira nada más a la estúpida de Verónika, ella está saliendo con ese millonario hombre, y yo aquí, siendo despreciaba. ¿Crees que eso es justo, mamá?—No, no es justo
Verónika se encontraba de pie junto a su auto, con una expresión de preocupación en el rostro. Había notado que algo no andaba bien con su vehículo y decidió llevarlo al taller para que lo revisaran. El mecánico, un hombre de mediana edad con experiencia en su trabajo, se acercó a ella y comenzó a explicarle los detalles técnicos del problema.Con paciencia, el mecánico le fue explicando cada uno de los aspectos que habían causado el problema en su auto. Desde la batería hasta el sistema de frenos, pasando por el motor y la transmisión, Verónika escuchaba atentamente y hacía preguntas para asegurarse de entender todo lo que le estaba diciendo.El mecánico, con una sonrisa amable y un lenguaje claro y sencillo, le explicó también las opciones que tenía para solucionar el problema y los costos asociados a cada una de ellas. Verónika se sintió aliviada al saber que su auto podía ser reparado y por un precio razonable.Finalmente, después de una larga sesión de explicaciones y preguntas, V
Jasmine se paró frente a la casa de Verónika, sus ojos recorrieron cada detalle de la fachada mientras fruncía el ceño. No le agradaba en absoluto el lugar, pero qué más daba. Verónika, por su parte, solo quería que se fuera de allí. Sabía la razón de su llegada y no estaba dispuesta a tener una discusión.—¿Por qué no me has llamado antes? —preguntó la mujer con tono acusador.—Porque soy tu madre —soltó con un suspiro—. No puedo creer que te hayas comprometido con ese hombre. Al principio estaba bastante sorprendida, ahora entiendo que ha sido una buena jugada. No eres una ilusa, después de todo. No deberías dejar escapar a Sebastian. Te dará todo lo que necesites, a su lado no pasarás ningún problema económico.—Mamá, supongo que nunca cambiarás —dijo Verónika con un tono cansado—. No me caso porque estoy buscando tener su dinero o sus riquezas. No estoy uniendo mi vida a ese hombre por nada de lo que imaginas. La verdad, habría querido que ni siquiera te pusieras al tanto de esta n
—¿Sabías que Arthur cobraría una herencia? —¿Qué? —se le quedó mirando con sorpresa, no sabía la razón por la que su madre sacaba colación algo que tenía que ver con ese tipo —. Madre, no me interesa saber nada de ese hombre. —Lo sé, aún así te lo digo. Arthur cobrará una herencia bastante importante, pero solo podrá hacerlo cuando tenga un hijo biológico —reveló y ella lo entendió todo. El motivo de separarse de ella, más allá de no aceptar que Sídney no fuera su hija biológica, era ese, podría obtener una exorbitante cantidad de dinero pero siendo el caso de que Sídney no compartía ningún vínculo sanguíneo con él, no podría hacer nada para cambiarlo. —Vale, sé lo que quieres conseguir con esto. Ya basta, no quiero que Sídney escuche siquiera su nombre. Jasmine expiró. —Es una niña, pero debería saberlo todo. Es importante que sepa la verdad. —¿Decirle que no es su padre biológico? No quiero quedar como una mentirosa frente a mi hija, sabes que solo es una pequeña, el hecho de
El padre de Sebastian, Bastian, entró a la oficina de su hijo con una sonrisa en el rostro, lleno de orgullo por el nuevo proyecto que había logrado obtener. Sabía que competir contra Arthur, el exmarido de la pareja actual de Sebastian, lo hacía aún más especial. No solo era un logro en el ámbito empresarial, sino también personal.—¡Sebastian, felicidades por este logro tan impresionante! —exclamó Bastian mientras estrechaba la mano de su hijo —. No puedo evitar sentirme orgulloso de ti y de todo lo que has conseguido.Sebastian sonrió, agradecido por las palabras de su padre. —Gracias, papá. Significa mucho para mí saber que cuento con tu apoyo y admiración. Sin embargo pensaba darte la noticia hoy en la noche cuando fuera a visitar a mamá y a ti. Bastian asintió y se sentó en una silla frente al escritorio de Sebastian. —Arthur debe estar retorciéndose de la ira. Sabe que esto es algo terrible para él. —Se lo merece. Está sintiendo lo que yo sentí esa vez, cuando obtuvo un pro
Día Domingo. Verónika observaba a Sídney jugar en su habitación, mientras una preocupación se apoderaba de su mente. Sabía que su hija tenía un corazón tierno y se apegaba fácilmente a las personas, y eso la inquietaba cuando había estado mencionado a Sebastian cuantiosas veces. Le preguntó por él, el día anterior, y ese día en la mañana.Decidió abordar el tema de manera delicada, para entender mejor los sentimientos de Sídney. Se sentaron juntas en el sofá, y Verónika acarició con ternura el cabello de su hija antes de comenzar la conversación.—Sídney, cielito, quiero hablar contigo sobre Sebastian —comenzó Verónika con voz suave —. Me he dado cuenta de que preguntas mucho por Sebastian. Los ojos brillantes de Sídney se iluminaron aún más al escuchar a su madre mencionar a Sebastian. Una sonrisa inocente apareció en su rostro mientras asentía emocionada.—Sí, mamá, ¡Sebastian es muy divertido! Me gusta mucho estar con él —exclamó Sídney con entusiasmo—. También le gustan los uni