Verónika cayó sobre el suelo frío en medio del pasillo tratando de recuperar su respiración desbocada y de mantenerse serena cuando era una cuestión difícil, casi imposible.La desquebrajó escuchar a su hermana contar todo eso que hizo que recordara cada escena dolorosa de su vida, evocar otra vez cuando sus padres le dieron la espalda y la pusieron en aprietos en un momento dado, aunque solo se convenció de que lo merecía, pero su madre de todas maneras fue dura y luego siguió su padre con lo mismo, quien en realidad se dejaba dominar por Regina. —Vale, supongo que no te esperabas esta llamada y menos la conversación tan interesante que tenemos, ¿no es así? Pero siempre es bueno recordar la realidad, será la única manera de no recibir tu odio, ya no me podrás seguir mirando con malos ojos porque no soy la que inició con toda la mentira. —¿Se lo dijiste? —se cubrió los labios. —¿Me crees idiota? yo estoy enamorada de Arthur, lo amo con todo mi corazón y sabía que era mi única oportu
Se encontraba en su habitación, observando con amor a su pequeña hija de cinco años mientras dormía plácidamente. La luz tenue de la lámpara de noche iluminaba su rostro angelical y Verónika no podía evitar sentirse abrumada por el amor que le tenía a su hija.Sin embargo, en ese momento de tranquilidad, la mente de Verónika viajó en el tiempo, cinco años atrás. Recordó aquel día en el bar, cuando su vida dio un giro inesperado. Entre risas y conversaciones animadas, ella se encontraba disfrutando de una noche "diferente". Solo se divertía... Pero entre la multitud, tropezó accidentalmente con un hombre apuesto y misterioso.Era tan guapo que parecía irreal, y sus ojos transmitían una profundidad que Verónika nunca había experimentado antes. En ese instante, el mundo pareció detenerse mientras ambos se miraban fijamente. Pero antes de que pudieran intercambiar palabras, la vida continuó su curso y los separó abruptamente.Desde aquel encuentro fugaz, Verónika no pudo sacarse al hombre
Verónika se quedó mirando fijamente el papel que tenía en sus manos. Ese contrato que establecía que ella y Sebastian estarían juntos por un año, como una pareja falsa. Al principio, la idea le pareció absurda, pero después de pensarlo detenidamente, decidió aceptar el trato.Sebastian seguía frente a ella, compartiendo la misma mesa en la cafetería, esperando pacientemente a que ella firmara el contrato. Aunque Verónika no estaba segura de si había tomado la decisión correcta, sabía que era lo mejor su vida. Finalmente, Verónika tomó el bolígrafo y firmó el contrato. Sebastian sonrió aliviado y Verónika se sintió como si hubiera tomado una importante decisión para su futuro. Aunque no estaba segura de lo que le deparaba el año siguiente, sabía que estaría preparada para cualquier cosa que viniera su camino.—He terminado —anunció liberando ruidosamente el aire y le devolvió el documento que el millonario observó antes de asentir y cerrarlo. Entonces de forma inesperada le tendió la
Verónika, durante todo el recorrido no dejaba de pensar en esa tarjeta que tenía en su poder, todavía seguía pensando que no era correcto hacer uso del dinero, incluso cuando era parte de la compensación por ser una mentirosa.Y allí estaba el punto, ¿realmente debería aceptar dinero por mentir? No era algo de lo que se sentía orgullosa, sinceramente solo se estaba viendo obligada a hacer algo así cuando todo llegó a confundirse. Entonces, no tenía otra alternativa. Respiró hondo, era absurdo ignorar la necesidad que tenía por usar ese dinero cuando tenía demasiadas deudas y gastos por cubrir, primero debía poner el bienestar de su hija, ella era muy importante. El dinero que obtuvo por la venta de la casa, ya estaba destinado a su nuevo lugar. De acuerdo a eso, había llegado el momento en el que tenía que desalojar e irse a un sitio más pequeño junto con su hija, ya no podía seguir en esa casa.—Aló. —Soy Lali, te llamo porque a la niña se le a antojado salir por allí, entonces qu
En el silencio nostálgico de la tarde, Jasmine, la madre de Verónika, deambulaba por cada habitación de la casa con una mirada despectiva. Sabía que Verónika evitaba cualquier interacción con ella, pero eso no la detenía. Para Jasmine, era un desastre que su hija se hubiera separado de Arthur, y no perdía oportunidad para hacerlo evidente.—Esta casa era perfecta para ti y la niña. ¿Es que no has podido ser más lista? Es algo que no comprendo, ¿por qué mitad y mitad? Ya veo que no has cambiado, debiste quedarte con la casa al menos. —Mamá, la verdad no es algo que se pueda cambiar, y ya todo quedó así, no veo razón para volver a lo mismo. Ha sido suficiente, ya no quiero saber nada de ese hombre. Entonces la mujer resopló y se levantó. Mientras observaba cada detalle del hogar, no pudo evitar comentar en voz alta sobre la elección de Verónika y Arthur en cuanto a la casa. Otra vez volvía a emitir algo al respecto. Aunque había sido una decisión conjunta entre ambos, Jasmine sentí
En su espaciosa oficina se encontraba el hombre al pendiente de la videoconferencia que tendría a continuación, estaba sentado sobre su silla giratoria, cuando de repente tocaron la puerta, era su asistente y le traía noticias sobre un nuevo proyecto, la mujer tenía suficiente tiempo trabajando con Sebastian, por eso creyó que lo encontraría de mal humor, lo conocía muy bien, durante esos últimos días había estado tan sumido en su labor, estresado por inesperados cambios y más, que verlo con un humor de perros era lo habitual. —Señor, aquí tiene lo que me pidió, por cierto, le recuerdo lo de la videoconferencia. —Muchas gracias por estar al tanto, no sé qué haría sin tu ayuda, eh —aseguró y la mujer se sonrojó. Sí, cualquier fémina que recibía aquel guiño de ojo acompañando al cumplido, se ponía de ese modo. —Vale, me retiraré, si quiere que le traiga un café, lo haré de inmediato. —Estaría bien en media hora que estaré en medio de la videoconferencia. —Muy bien. ***Al rato, c
[Recuerdo]Sentía el sudor frío recorrer cada milímetro de su piel mientras aguardaba en aquel pasillo desolado. El tiempo parecía estirarse como un chicle infinito, y cada segundo que pasaba la hacía sentir más vulnerable. Necesitaba ese empleo como ninguna otra persona en el mundo, y la idea de no conseguirlo le resultaba insoportable.De repente, una sutil voz la sacó de sus pensamientos y alzó la cabeza para encontrarse con una fémina uniformada. Ella sería una más, en poco tiempo. Ella tenía ese aspecto prolijo, y en sus ojos se reflejaba la necesidad de trabajar. Pero mientras Verónika temblaba de miedo, la mujer parecía tener todo bajo control.—¿Listos para empezar? —inquirió la mujer con tono autoritario.Ella asintió, sin saber a qué se refería exactamente. Pero antes de poder hacer otra pregunta, la mujer añadió. —Primero, debemos tener una charla sobre tus habilidades. Hay algunas dudas que necesito aclarar antes de tomar una decisión.El corazón de la joven se hundió en
A la mañana siguiente se despertó temprano como de costumbre, rápidamente se reunió en la cocina y preparó algo de comida deliciosa, siempre trataba de alegrar las mañanas de su pequeña niña y ahora se esforzaba más para darle una calurosa bienvenida en su despertar, por eso se puso en modo creativo preparando su comida favorita.Mientras lo estaba haciendo, una lluvia de recuerdos azotó su mente. Sí, Arthur era parte de aquella precipitación inesperada. [Recuerdo]Era un día como cualquier otro, pero Arthur siempre se encargaba de volver cualquier día de la semana uno muy especial.—¡Papá! —Hija mía, te he traído lo que más te gusta. Revisa la bolsa, eh —la animó y Sídney asintió con la cabeza antes de abrirla. —Mami, papá me ha traído pizza, ven a comer —exclamó rebosante de felicidad, con una amplia sonrisa en su rostro. Verónika se acercó a los dos y lo recibió con un beso en los labios. —Vale, yo también muero mucho de hambre —mencionó acariciando su coronilla. Arthur abraz