Clay había pedido macarrones con queso para comer y si me preguntaban, debía admitir que estaban por demás deliciosos con el queso derretido deshilachándose cada vez que tomaba un bocado. —¿Segura que no necesita nada, señora Vania? —fruncí el ceño ante la forma en la que Diana siempre me llamaba, pero al menos por esta vez decidí dejarlo pasar. Aparentemente a ellos también se le habían pegado las ideas de Clay de que era solo una invitaba más y no una empleada como ellos. —Estoy bien, lo prometo. La verdad el golpe fue más fuerte por el anillo de la señora, pero está todo bien. Para este momento Colton ya había soltado mi mano. Pero para todos fue un hecho que él entró sosteniéndose de ella. Incluso Clay lo notó y me cuestioné a qué se debía esa sonrisa que apareció en sus labios cuando lo notó. Él estaba al otro lado de su padre y fue el único que habló tras habernos enfocado en la comida para acabar con ella. —¿Te vas a quedar? —le cuestionó suavemente y Colton dirigió su mir
Clay estaba entre su padre y yo mientras mirábamos la pantalla. Eran a penas las seis de la tarde, pero era mejor ver la película ahora para estar listos cuando Clay necesitara ir a dormir. Estaba emocionada por la película, había estado esperándola durante mucho tiempo y cuando vi que saldría esta semana tuve que hacer que Clay leyera el libro antes de que la viéramos. Había ansiado tanto poder sentarme frente a esta pantalla y ver como le daban vida a los personajes que habían sido imaginados en mi cabeza. Y ahora que estaba frente a ella había determinado en que tenía que verla nuevamente, porque ciertamente mi atención estaba más que desviada. Pues, aunque Clay estaba entre Colton y yo, él había extendido su brazo sobre el asiendo de Clay que estaba recostado en dirección hacia él y adivinen, su mano estaba detrás de mi cabeza sobre mi asiento y sus dedos jugueteaban con el cabello de mi nuca enviando escalofríos por todo mi cuerpo. Pasamos toda la película así y de vez en cu
Aquella noche en la que Colton y yo nos sentamos en la orilla de la piscina y hablamos a cerca de nuestras vidas, algo pasó, algo que nunca me había pasado con nadie y fue la conexión emocional más allá de lo carnal. Sí, él horas antes había hecho que mi cuerpo entrara en combustión instantánea al posar sus labios sobre los míos, hizo que cada neurona de mi cabeza se deshiciera con solo un toque y una mirada profunda. Pero cuando sus manos estuvieron fuera de mi cuerpo, sus ojos mirando el cielo estrellado libre de contaminación lumínica y con los pies metidos en el agua mientras unos pantalones más cortos cubrían su parte inferior, fue simplemente único. Porque me conecté con él mas allá de lo físico y nunca creí que algo como eso fuera posible. Él había colocado una canción en repetición y parecía haberla descubierto no hacía mucho tiempo, pero de igual forma sus letras nos envolvían como un manto mientras hablábamos de cualquier cosa y reíamos suavemente ante las tantas anécdotas
Nunca me había subido a un puto avión, pero en cuanto me dijeron que tenía que viajar me emocioné totalmente. Tenía un pasaporte que había sacado hacía un tiempo, pues Dev había querido ir de vacaciones a Miami, solo que nunca se dio la oportunidad y me quedé con el pasaporte activo. Ahora lo agradecía enormemente, pues tras una llamada de Colton ya estaba recogiendo todas mis cosas y las de Clay para irnos de viaje a Francia. Si, joder, m*****a Francia. Lilian iría, sabía que ella viajaba con él por ser su secretaria y ciertamente ese aspecto me emocionaba incontrolablemente. Iría a parís con el niño más encantador que conocía junto con mi mejor amiga. Y aunque quería ignorar tal hecho, también iría con el hombre que me traía absolutamente loca. No habíamos tenido oportunidad de hablar desde ayer que le conté el por qué no dejaría que las cosas fueran a más, pero eso no quería decir que las cosas terminarían ahí. Podía ver en sus ojos la chispa de determinación que solo tendría un
No fue tan malo como pensaba o tal vez era porque estaba concentrada en otras cosas mientras el avión despegaba, pero ahora que estaba todo en calma y mis pensamientos se habían arreglado. Podía sentirlo todo. La leve turbulencia de vez en cuando, la sensación de estar muy alto arriba que no me atrevía a mirar por la ventana. Era envolvente y embriagador, pero más aun lo era el hombre que estaba frente a mí con una Tablet en su mano mientras me daba algunas miradas de soslayo. Estaba estudiando, al menos eso había dicho y no pude estar mas fascinada con él. Aparentemente estaba aprendiendo a cerca de cosas que le interesaba y que aun no se sabía del todo. Clay se había dormido hacía un rato junto a él y Lilian estaba del otro lado, cerca de una ventana y mirando hacia ella como si fuera lo más interesante. No me molesté en ir hacia ella o hablarle, solo dejé que las cosas fueran, preguntándome que tan estresada debía estar como para atacarme de esa forma. —No me interesa tener una
Al llegar al hotel me di cuenta de que gracias a Dios no compartiría habitación con Lilian. Ella tenía su habitación en el segundo piso y era una de las normales, mientras que yo estaba en una de esas muy sofisticadas y había olvidado el jodido nombre. Pero era de tres habitaciones con una sala común y hasta cocina. La de Clay era la del medio y junto a la de él estaba la mía, del otro lado se encontraba la de Colton y cuando llegamos anoche solo pude ir a dormir después de acostar a Clay. Colton y yo nos mantuvimos tranquilos mientras el auto nos llevaba a todos al hotel y no me atreví a darle si quiera una mirada a Lilian. Si bien, la situación estaba mal, ella podría no haberme llamado de esa forma indirectamente. No cuando se suponía que ella me conocía y como yo no era quien había dañado la situación, no me molesté en arreglarla. Al llegar solo tomé a Clay de la mano y fui directo a nuestra habitación mientras dejaba que Colton y ella hablaran de sus citas a la mañana siguien
Las calles de Francia eran simplemente magnificas. A cada nada había algo interesante que ver y de la mano de Colton, que ya conocía la ciudad, era simplemente deleitante pasear por esas calles llenas de vida e historia. En más de una ocasión vi como alguien le pedía matrimonio a otra en algún lugar hermoso o que significara algo para ellos. Y me pregunté cuantas personas habían caminado por estas calles y aun seguían de pie, cuantas otras ya estaban bajo tierra, pero se habían llevado consigo los recuerdos de haber estado aquí con la persona que amaron hasta el último día de sus vidas. Para ser alguien que no leía romance ciertamente la vena romántica en mí estaba floreciendo, entonces las palabras de Colton cobraron sentido. Que alguien que consumía literatura, se convertiría en proveedor. Porque justo ahora quería poder expresar en palabras la cantidad de historias que circulaba por mi cabeza en dónde imaginaba vidas de personas que vieron mejores días. Una vez recorrimos los l
Colton era simplemente increíble. Cada cosa nueva que aprendía de él me hacía clavarme más y más profundo la estaca en el pecho, una estaca que llevaba su nombre y apellido. Era encantador, atento, dedicado, detallista. Jesús tenía tantos puntos buenos que enumerarlos todos me llevaría todo el día. Durante los pocos días que duró el viaje de negocios, lo vi en una de sus mejores facetas, pues, aunque tenía que estar de una reunión a otra sacaba tiempo suficiente para desayunar y cenar con nosotros en muchos lugares diferentes cada día. Habíamos visitado un montón de lugares durante nuestra estancia y en todos me regalaba algo diferente para salir. También nos llevó de compras y aunque me negué una y otra vez el insistió en que comprara lo que me gustara. Nos había dejado en la calle llena de tiendas, con una tarjeta de crédito negra y prometió unirse a nosotros en cuanto terminara sus pendientes. No había abusado, pero ciertamente las prendas que había elegido eran unas cuantas.