Nunca me había subido a un puto avión, pero en cuanto me dijeron que tenía que viajar me emocioné totalmente. Tenía un pasaporte que había sacado hacía un tiempo, pues Dev había querido ir de vacaciones a Miami, solo que nunca se dio la oportunidad y me quedé con el pasaporte activo. Ahora lo agradecía enormemente, pues tras una llamada de Colton ya estaba recogiendo todas mis cosas y las de Clay para irnos de viaje a Francia. Si, joder, m*****a Francia. Lilian iría, sabía que ella viajaba con él por ser su secretaria y ciertamente ese aspecto me emocionaba incontrolablemente. Iría a parís con el niño más encantador que conocía junto con mi mejor amiga. Y aunque quería ignorar tal hecho, también iría con el hombre que me traía absolutamente loca. No habíamos tenido oportunidad de hablar desde ayer que le conté el por qué no dejaría que las cosas fueran a más, pero eso no quería decir que las cosas terminarían ahí. Podía ver en sus ojos la chispa de determinación que solo tendría un
No fue tan malo como pensaba o tal vez era porque estaba concentrada en otras cosas mientras el avión despegaba, pero ahora que estaba todo en calma y mis pensamientos se habían arreglado. Podía sentirlo todo. La leve turbulencia de vez en cuando, la sensación de estar muy alto arriba que no me atrevía a mirar por la ventana. Era envolvente y embriagador, pero más aun lo era el hombre que estaba frente a mí con una Tablet en su mano mientras me daba algunas miradas de soslayo. Estaba estudiando, al menos eso había dicho y no pude estar mas fascinada con él. Aparentemente estaba aprendiendo a cerca de cosas que le interesaba y que aun no se sabía del todo. Clay se había dormido hacía un rato junto a él y Lilian estaba del otro lado, cerca de una ventana y mirando hacia ella como si fuera lo más interesante. No me molesté en ir hacia ella o hablarle, solo dejé que las cosas fueran, preguntándome que tan estresada debía estar como para atacarme de esa forma. —No me interesa tener una
Al llegar al hotel me di cuenta de que gracias a Dios no compartiría habitación con Lilian. Ella tenía su habitación en el segundo piso y era una de las normales, mientras que yo estaba en una de esas muy sofisticadas y había olvidado el jodido nombre. Pero era de tres habitaciones con una sala común y hasta cocina. La de Clay era la del medio y junto a la de él estaba la mía, del otro lado se encontraba la de Colton y cuando llegamos anoche solo pude ir a dormir después de acostar a Clay. Colton y yo nos mantuvimos tranquilos mientras el auto nos llevaba a todos al hotel y no me atreví a darle si quiera una mirada a Lilian. Si bien, la situación estaba mal, ella podría no haberme llamado de esa forma indirectamente. No cuando se suponía que ella me conocía y como yo no era quien había dañado la situación, no me molesté en arreglarla. Al llegar solo tomé a Clay de la mano y fui directo a nuestra habitación mientras dejaba que Colton y ella hablaran de sus citas a la mañana siguien
Las calles de Francia eran simplemente magnificas. A cada nada había algo interesante que ver y de la mano de Colton, que ya conocía la ciudad, era simplemente deleitante pasear por esas calles llenas de vida e historia. En más de una ocasión vi como alguien le pedía matrimonio a otra en algún lugar hermoso o que significara algo para ellos. Y me pregunté cuantas personas habían caminado por estas calles y aun seguían de pie, cuantas otras ya estaban bajo tierra, pero se habían llevado consigo los recuerdos de haber estado aquí con la persona que amaron hasta el último día de sus vidas. Para ser alguien que no leía romance ciertamente la vena romántica en mí estaba floreciendo, entonces las palabras de Colton cobraron sentido. Que alguien que consumía literatura, se convertiría en proveedor. Porque justo ahora quería poder expresar en palabras la cantidad de historias que circulaba por mi cabeza en dónde imaginaba vidas de personas que vieron mejores días. Una vez recorrimos los l
Colton era simplemente increíble. Cada cosa nueva que aprendía de él me hacía clavarme más y más profundo la estaca en el pecho, una estaca que llevaba su nombre y apellido. Era encantador, atento, dedicado, detallista. Jesús tenía tantos puntos buenos que enumerarlos todos me llevaría todo el día. Durante los pocos días que duró el viaje de negocios, lo vi en una de sus mejores facetas, pues, aunque tenía que estar de una reunión a otra sacaba tiempo suficiente para desayunar y cenar con nosotros en muchos lugares diferentes cada día. Habíamos visitado un montón de lugares durante nuestra estancia y en todos me regalaba algo diferente para salir. También nos llevó de compras y aunque me negué una y otra vez el insistió en que comprara lo que me gustara. Nos había dejado en la calle llena de tiendas, con una tarjeta de crédito negra y prometió unirse a nosotros en cuanto terminara sus pendientes. No había abusado, pero ciertamente las prendas que había elegido eran unas cuantas.
Todo era un absoluto caos. Cuando mis ojos se abrieron al otro día me en encontré con mas de cincuenta llamadas perdidas. Y al ver la hora en el reloj me di cuenta de que eran las once de la mañana. Sobre la mesita de noche se encontraba una nota con letra pulcra y perfecta que me dejaba saber que Clay había desayunado y se había marchado con Colton a la empresa para una visita. Pero lo que me tenía al borde y desconcertada eran la cantidad de llamadas y mensajes que había recibido por parte de mi familia. Y ni hablemos del número desconocido que me había marcado una y otra vez. Al entrar en mis redes sociales también encontré montones de solicitudes nuevas de amistad y otras tantas publicaciones en dónde me etiquetaban una y otra vez personas que probablemente tenían mis redes sociales desde antes de que las volviera privadas. Y al entrar en una de ellas el alma se me fue del cuerpo y simplemente me quedé en un estado de shock absoluto. En el encabezado recitaba: El nuevo comienz
A penas, Colton llegó a la casa me pidió el nombre completo de Dev. Y sin dudarlo se lo di, también le di la dirección de nuestra antigua casa y él me convenció de que lo resolveríamos. Pero cuando lo llamaron una hora después sabía que nada estaría bien. Las lágrimas casi por sí solas hicieron su camino por mis mejillas y yo solo pude cubrir mis labios intentando no soltar sollozos mientras Colton escuchaba lo que le decían del otro lado de la línea. Cuando colgó se acercó a mí y sostuvo mis manos para dejar que mis sollozos bañaran el silencio de la habitación. Estábamos en su cuarto, Clay estaba en la biblioteca leyendo un libro y él me había traído aquí para hablar un poco más privado a cerca de todo. —¿Cómo son las fotos? —cuestionó con suavidad y yo solo pude levantar mi teléfono y buscar las fotografías para mostrárselas. Él tomó el teléfono entre sus manos y sus cejas se levantaron con algo de sorpresa. —Jesús, mujer. Él se levantó y se dio la vuelta y casi sonrío al ve
Colton no permitió que volviera a tomar mi teléfono celular ni me permitió estar frente a ninguna pantalla que me mostrara algo de lo que estaba huyendo. También le había dado el día libre a los empleados y él, él se dedicó completa y únicamente a mí. Y aunque Clay estaba aquí, él inteligentemente se hizo a un lado, aparentemente sabía lo que estaba sucediendo y de alguna forma u otra supo que necesitaba a su papá prestado y de paso el consuelo de su manita sosteniendo la mía de vez en cuando. Colton nos cocinó a ambos, nos entretuvo con todo lo que estuvo a su alcance y llegó un punto en donde olvidé que afuera de estas cuatro paredes y más allá de estos terrenos el mundo o me estaba repudiando o me estaba adorando. Cualquiera que fuera el resultado, solo necesitaba la aprobación del hombre frente a mí, al único que estaba jodiendo realmente era a él con aquellas fotos, pues estaba directamente ligado a mí y su imagen era más importante que la de cualquiera que yo conociera. Él e