Capítulo 50 —El despidoNarrador:El aire en la oficina se sentía denso. Cargado. Como si cada partícula estuviera impregnada con la presencia implacable de Roman Adler.Aylin cerró la puerta tras ella sin apartar la vista de su espalda. Él no se giró de inmediato. Seguía con las manos en los bolsillos, observando la ventana con una calma que, en él, siempre significaba algo peor. Algo peligroso.Luego de unos segundos eternos, Roman finalmente se volvió. Sus ojos la atraparon al instante. Oscuros, fríos, sin una pizca de emoción.Ella sintió el estómago contraerse.Sobre el escritorio había una hoja, algo impreso había en ella que no pudo distinguir desde donde estaba. Con una pluma sobre ella, pero no era cualquier pluma, era la pluma que ella le había regalado por su cumpleaños. Y junto a la hoja, descansaba un sobre cerrado.Aylin entrecerró los ojos.—¿Qué es esto?Roman caminó lentamente hasta el escritorio y apoyó ambas manos sobre la madera pulida, inclinándose apenas hacia el
Capítulo 51 —¿Te dejará de odiar?Narrador:Pasaron un par de días y cada uno fue peor que el anterior.Aylin veía cómo, poco a poco, Roman iba comprando el pueblo. Lo sabía porque los rumores se esparcían como pólvora, porque cada mañana amanecía con la noticia de que otro negocio, otra casa, otro terreno pasaba a llevar el nombre Adler.Él iba cumpliendo su palabra. Uno por uno, hasta que no quedara nada que no le perteneciera.El aire se volvió más denso, la presión sobre su pecho más insoportable.No podía quedarse de brazos cruzados. Así que tomó aire, tragándose el nudo en la garganta, y decidió ir a hablar con él. Una última vez.Cuando llegó a la fábrica, sintió cómo todos la miraban. Ya nadie la veía como una más. Era la mujer que le plantaba cara a Roman Adler. La que se atrevía a desafiar al Diablo.Dominic la interceptó antes de que pudiera ir más lejos.—¿Buscas a Roman?—Sí —afirmó, intentando no mostrar nerviosismo—. Necesito hablar con él.Dominic soltó un suspiro, com
Capítulo 52 —Entre nosotros no hay nadaNarrador:Aylin sintió el peso de sus propias palabras apenas las dejó escapar.Las escuchó en el aire, colgadas entre ellos como una sentencia, como una cuerda tensa a punto de romperse.Su pulso golpeaba con furia en su garganta. No tenía idea de dónde había sacado el valor para decirlo, ni siquiera estaba segura de haberlo pensado antes de pronunciarlo.Pero ahí estaban, esas malditas palabras.—Si me caso contigo… ¿te dejará de odiar? Dios… ¿qué acababa de hacer? Sintió el pecho oprimirse con fuerza. No podía apartar la vista de Roman, de su expresión cerrada, de la forma en que su mirada se oscurecía con algo que no podía descifrar. No era enojo, no era burla, no era triunfo.Era algo más profundo. Algo que, de alguna forma, la hacía sentir más vulnerable que nunca.Apretó las manos a los costados de su cuerpo, como si así pudiera sostener su propia determinación.¿Acaso estaba enloqueciendo? Sabía exactamente lo que estaba haciendo.Desde
Capítulo 53 —¿Eso te parece normal?Narrador:Sasha seguía sonriendo de oreja a oreja, todavía incrédula por lo que acababa de escuchar.—¡No puedo creerlo, Aylin! ¡Esto es lo mejor que me ha pasado en la vida!Aylin tragó saliva, obligándose a mantener la compostura mientras Roman la mantenía atrapada en su abrazo.—Yo también soy feliz de volver a estar contigo, Sasha. —Le sonrió con ternura, sus palabras eran sinceras, ella amaba a esa ni*ña rota—. Te amo y te extrañé muchísimo, cariño. —Sasha dejó escapar un pequeño sollozo de emoción, pero antes de que pudiera responder, Aylin entrecerró los ojos con fingida amenaza y añadió: —Pero más te vale ir a bañarte ahora mismo, o voy a llevar muchas bebidas cola y ya sabes lo que haré con ellas.Sasha soltó una risa entrecortada y puso los ojos en blanco.—¡Aylin! No puedes usar eso en mi contra ahora, ¡te casarás con mi papá!Roman se rio bajo, pero Aylin se encogió de hombros con una inocencia fingida.—Las reglas no cambian.—¡Eres ma
Capítulo 54 —RoxanneNarrador:Aylin lo empujó con fuerza, separándose de él como si su propia cordura dependiera de ello.Su respiración estaba descontrolada, su pecho subía y bajaba con rapidez mientras intentaba ignorar el calor que todavía la quemaba desde dentro.—No. —Su voz sonó firme, aunque el temblor en sus labios la traicionó—. No vuelvas a hacer eso.Roman entrecerró los ojos, con una sonrisa ladeada, oscura, como si estuviera disfrutando de su lucha interna.—¿No?Aylin apretó los puños a los costados, obligándose a mirarlo directamente.—Lo que pasó entre nosotros antes… —Tragó saliva, como si las palabras se le atragantaran—. No importa, no significó nada. —Roman ladeó la cabeza, evaluándola con esa calma exasperante suya, pero no dijo nada. —Este matrimonio será solo por conveniencia. No hay nada entre tú y yo, y nunca lo habrá.El silencio que cayó entre ellos fue denso, casi asfixiante.Hasta que Roman habló.—Veremos.El tono fue bajo, casi un susurro.Pero había al
Capítulo 55 —El civilNarrador:El día de la boda civil llegó más rápido de lo que Aylin hubiera querido.El pueblo estaba en un murmullo constante desde que la noticia se esparció. La historia oficial era clara: Roman Adler había viajado hasta allí para recuperar a su amada, y ahora, finalmente, se casarían.Aylin miró su reflejo en el pequeño espejo de la casa. No había vestido de novia, no había un ambiente de cuento de hadas. Solo un vestido sencillo, blanco y recto, con un escote sutil y mangas cortas. Se veía… normal.Su abuela entró en la habitación y sonrió con emoción.—Estás hermosa, mi niña.Aylin tragó el nudo en su garganta y sonrió levemente.—Gracias, abuela.—¿Nerviosa?Asintió sin poder evitarlo.—Un poco.Su abuela le tomó las manos.—Roman parece un buen hombre. Sé que las cosas fueron difíciles, pero si él te ama tanto como dice… estarás bien.Aylin sintió un escalofrío. Si tan solo supiera la verdad. Un golpe en la puerta la hizo girarse. Era su hermano, con un tr
Capítulo 56 —La noche de bodasNarrador:La puerta se cierra detrás de ellos y la atmósfera cambia. Hay un silencio cargado, de esos que anuncian lo inevitable. Roman la mira como si quisiera devorarla entera. No hay prisa en su expresión, pero sí una determinación oscura, intensa.Aylin, aún con el vestido de novia puesto, siente su piel arder sin que él siquiera la toque. Sabe lo que viene, lo que significa, lo que está a punto de hacer. Y, sin embargo, no se mueve. No retrocede. Lo espera.Roman da un paso adelante, acortando la distancia entre ellos. Con una mano, le toma la barbilla, inclinando su rostro hacia arriba. Con la otra, rodea su cintura y la atrae contra él.—Voy a quitarle este vestido, señora Adler. Despacio. Muy, muy despacio.Su voz es un murmullo grave, un roce de fuego líquido en su piel. Aylin siente un escalofrío recorrerle la espalda. Y entonces la besa, lento, deliberado.Un beso que no es como los de antes, porque este lo saborea, lo explora, lo alarga como
Capítulo 57 —La treguaNarrador:Aylin aún jadeaba, aún sentía los espasmos del placer recorrerle cada célula, pero cuando Roman la miró con esos ojos oscuros, llenos de posesión y deseo, algo dentro de ella se encendió. No iba a dejarlo ganar.Su piel aún ardía, sus piernas temblaban, pero su orgullo era más fuerte.Con un movimiento inesperado, lo empujó hasta hacerlo caer de espaldas sobre la cama. Roman arqueó una ceja, sorprendido por su reacción, pero no se resistió.—¿Qué haces? —preguntó con una sonrisa peligrosa, desafiándola.Aylin se acomodó sobre él, con las rodillas a cada lado de su cintura, la respiración aún errática pero sus manos ya recorriéndolo con descaro.—Demostrándote que no tienes todo el control, Adler.Las palabras fueron un susurro, pero antes de que él pudiera responder, Aylin bajó la cabeza y atrapó su boca con un beso salvaje.Fue distinto a los anteriores. Más feroz. Más hambriento.Sus lenguas se encontraron en un choque de pura lujuria, sin dulzura, s