Capítulo Tres

No es que me digas perra, es la perra manera en que me lo dices

POV Sebastián.

Soy Sebastián Salvatore, acabo de regresar a mi bello país de Italia (il mio bel paese) después de unas largas vacaciones por todo el mundo, para formar parte de las empresas de mi padre. He estado viviendo la vida a mi beneplácito, según mis padres ya es tiempo de que me haga cargo de lo que me pertenece, mientras ellos se dedican a recorrer el mundo y disfrutar de su matrimonio «luego preguntan a quién salí».

No estaba muy de acuerdo en regresar, pero hace tres semanas mi padre sufrió un infarto que lo mantuvo en cama un tiempo. Nunca había visto a mi madre tan preocupada, para ella su familia lo es todo y mi padre siempre ha estado a su lado desde que se conocieron. No hay amor tan bonito como el de ellos, ojala un día pueda encontrar a una chica linda que me comprenda, y este dispuesta a jugársela por mí para formar una familia como la que ellos tienen.

No es que crea en los cuentos de hadas, mis padres me han forjado con valores, aspirando siempre por encontrar a la mujer que me quiera por lo que soy, y no por lo que tengo. Cosa que me ha costado mucho trabajo, en cuanto se enteran de quien soy hijo, los ojos le brillan por mi cartera, lo que me ha llevado a pensar que en este mundo, todas las mujeres están cortadas con la misma tijera.

Han pasado diez días desde que regrese a mi antigua casa, todo seguía como hace siete años, cuando decidí partir al extranjero para terminar mis estudios. Mi padre me ha pedido que mañana lo acompañe a la oficina para presentarme oficialmente con los socios y me ponga al corriente con la empresa. No lo culpo, él sabe que “al mal tiempo, buena cara”.

Los negocios no se pueden dejar de lado mucho tiempo o los adversarios tomaran ventajas de ello hasta perderlo todo, solo van algunos días y ya me siento estresado por lo que tengo que hacer en lo que mi padre se recupera. Nada mejor que salir un rato para ponerme al corriente con mis amigos sobre las tendencias de la ciudad, el tiempo se ha paso volando.

Tal vez la mezcla de todo me hizo perder el control del tiempo, así que regrese muy de madrugada a la casa, ahora debo dormir algo antes de presentarme a mi nueva vida. Espero levantarme temprano para llegar a tiempo, aunque creo que el destino no tenía los mismos planes que yo, me dejo dormir dos horas más de lo planeado.

Cuando desperté mi padre ya no se encontraba en la casa, me había dejado la indicación de presentarme en la oficina si todavía me interesaba el trabajo, de lo contrario me podía regresar por donde llegue con todo y mis maletas.

Tan solo escuchar su mensaje, me di cuenta que la había regado por completo. Mi viejo no necesitaba más preocupaciones por el momento, me di un baño súper rápido alistándome lo más pronto posible para salir disparado a la empresa.

Las oficinas estaban ubicadas en una de las calles más transitadas de la Ciudad, me tomo unas horas llegar hasta la puerta de la empresa; era mi primer día y ya estaba llegando tarde, eso me tenía de mal humor.

Cuando intente ingresar, fui detenido en la entrada por los guardias de seguridad. No portaba un gafete que indicara que trabajaba ahí, mucho menos conocían mí identidad por lo que tuve que hacer mi módica cola como todas las visitas, para que me dieran acceso al edificio.

En total llevaba algo así como cuatro horas de retraso, solo espero que mi padre aún se encuentre en su lugar, y que la reunión que se tenía programada para mi presentación no fuera suspendida por mi estupidez humana.

Tan pronto se abrieron las puertas metálicas mi padre apareció por arte de magia con uno de los socios. Su mirada me lo dijo todo, estaba en graves problemas de nuevo.

Nos presentó mientras nos dirigíamos a una de las salas de juntas, para continuar con los nuevos proyectos que se tenían pensado.

Su secretaria era una chica muy coqueta, no me quitaba la vista de encima, la verdad no me gustan las mujeres tan lanzadas, pero quien soy yo para decirle que no, si ella se ponía solita, no pensaba quitármela de encima hasta después de darle duro contra el muro.

Una larga, larga reunión donde me explicaban mis obligaciones como próximo presidente, las miles de recomendaciones para con las demás personas que precedían la reunión, las largas miradas de su secretaria que lejos de gustarme me estaban incomodando.

Si continuaba de esa manera la primera orden que daría en esta empresa como presidente será despedirla, por mucho que supiera el funcionamiento de la empresa, no permitiría a mi lado personas como ella, que se vuelven un verdadero grano en el culo después de la primera noche entre la cama.

Tan pronto término la reunión los ejecutivos y socios presentes se marcharon a sus oficinas, quedando solo mi padre, su secretaria y yo listos para continuar con el cambio. Como era de esperarse, mi padre quería platicar conmigo de algo importante, mando a su secretaria hacer una actividad que no le tome mucha importancia en el momento; lo principal era conocer las necesidades que existían y hacer mi trabajo de la mejor manera, aunque su cara me decía que me preparará para el regaño que se avecinaba.

—Sebastián, hoy es tú primer día de muchos en esta empresa, te deseo lo mejor de lo mejor hijo mío.

—Gracias padre, me asegurare de dar mi mejor esfuerzo todos los días mientras esté a cargo de todo esto.

—Lo sé, por eso dejo todo en tus manos… y en las de mi agente de mayor confianza para que esta empresa siga creciendo todos los días.

— ¿Qué? ¿A qué te refieres padre? No estoy entendiendo nada —esa pequeña pausa me causo escalofríos.

—Esta mañana he tomado la decisión de que trabajaras de la mano con mi agente de mayor confianza por un año en lo que terminas de aprender el funcionamiento, tú acabas de llegar a la empresa, además de la irresponsabilidad de llegar tarde; cosa que no puedes volver hacer dado que nos costaría mucho dinero si no se toman las decisiones correctas a la hora indicada —indico mi padre muy serio.

Ahora sé que haberme quedado dormido me está costando caro, muy caro, no debo dejar que vea que tiene razón. Siempre he luchado por independizarme, por mucho que sea su empresa, no aceptare sus condiciones absurdas ciegamente.

— ¿Me pondrás niñero?

—Niñera.

Me corrigió mi padre con una sonrisa espeluznante, que me erizo toda la piel en menos de un segundo, puedo decir que pocas veces se mostraba igual de “considerado” conmigo.

— ¿Queeeeé? ¿Te volviste loco? Seré el hazme reír de todos en esta oficina si lo haces, ¡Por Dios Padre! ¿Acaso no confías en tú hijo?

Algo dentro de mi empezó a rogar para que no respondiera esa pregunta que acabo de hacer, sobre todo si comenzábamos con que llegue tarde en mi primer día de trabajo.

—Nada de Padre, eso debiste pensarlo antes de incumplir con tus responsabilidades en tú primer día de trabajo. Además, Gaby es la mejor de toda la empresa, te aseguro que aprenderás mucho de ella, me lo agradecerás cuando te des cuenta. Ha detectado las mejores oportunidades en los últimos años y nos ha colocado como una de las empresas de mayor confianza entre los clientes.

Sentí lo orgulloso que estaba mi padre de esa chica, espero que pronto hable así de mí.

— ¡Cómo quieras!, solo espero que tú gata no intente seducirme como tú secretaria, de lo contrario me veré obligado a despedirla con o sin tú autorización.

—No te permito que hables así de ella, es como la hija que nunca tuve; ella ha estado conmigo en las buenas y en las malas, sobre todo cuando mi ingrato hijo disfrutaba de su vida lejos de mí.

—No empieces con eso, sabes de sobra porque regrese. Llevamos la fiesta en paz, mejor muéstrame a tan valiosa persona, a mi “casi hermana”. Solo espero que mi madre no escuche esto o morirá por completo cuando se entere que tiene una hija postiza, que tiene más valor que tú hijo biológico. Porque te recuerdo que yo si soy tú hijo.

—Pues creo que el único que morirá eres tú, ella ya la conoce, se llevan de maravilla. Da gusto ver el amor que se tienen una a la otra.

— ¿Hablas en serio? ¿Mamá la conoce? —pregunte con cara de sorpresa, ante sus palabras.

Mi señora madre es la persona más complicada del planeta, cuando alguien le cae bien, es porque en realidad vale la pena. No sucede a menudo, y si mi padre lo ha mencionado es porque la chica de verdad vale oro.

No crean que exagero cuando digo que la señora es complicada, para llegar a ella se necesita de mucha, pero mucha paciencia, además de una excelente conversación y un amplio repertorio de temas para llamar su atención.

—Sí. Sé que suena difícil de creer, pero tú madre la admira mucho. Es una chica que ha luchado mucho para llegar a donde está, te aseguro que cuando la conozcas te sorprenderá la capacidad que tiene para resolver los problemas y como se repone ante los obstáculos más difíciles.

—Cómo digas, te aseguro que no pienso perder mi tiempo con eso.

Ahora más que nunca estaba intrigado, mi madre no era una persona nada fácil de llevar, mucho menos que una persona le cayera bien. Seguro se trataba de una hija de alguna amiga suya, toda una chica malcriada, sin cerebro que nada más le importa comprar los miles y miles de vestidos caros, que cubrían un cuerpo todo operado.

Pensándolo bien algo no cuadraba, si fuera una chica así, no estaría trabajando en la empresa, aquí se requiere personas que de verdad les funcione el cerebro. En fin, ya veremos quién es esta persona que alaba tanto mi padre y se ha ganado la confianza de mi madre, espero no salga corriendo al conocerme y enfrentarse a lo que es trabajar de verdad durante una semana.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo