POV Sebastián.
Todos piensan que trabajar con tu familia es fácil, sin embargo, la realidad está muy lejos de lo que aparenta ser. Mi padre es muy exigente en cuanto a trabajo se refiere, no me perdona que llegara tarde en mi primer día.
¿La verdad? yo tampoco.
Aunque sea el hijo del dueño de esta empresa, debo dar lo mejor de mí; hace tiempo que no estoy en el medio, tengo mucho por aprender de él, antes de que se vaya de luna de miel eterna como pretende.
Las horas se me pasaron volando, junto a mi padre todo es entretenido a pesar de sus años; tiene una chispa que motiva a todos a seguir adelante y hacer las cosas con la mejor de las actitudes, por eso es tan querido.
No estoy familiarizado con el personal que tenemos en la empresa, nos faltan algunas reuniones para las respectivas presentaciones, entre ellas se encuentra conocer a mi futura niñera, pero el hambre es más grade que yo. En este momento sería capaz de comerme veinte kilos de pasta en salsa pomodoro con mucho queso y una copa de vino dulce espumoso, mientras disfruto de una hermosa vista en alguna terraza.
Moriría por estar sentado en la mesa de mi restaurante favorito, al cual no he podido ir por estar trabajando, esperando a que la súper ejecutiva de la empresa se desocupe y pueda atendernos, a mi padre y a mí. Sí, así como leen, debemos de esperarla hasta que se le dé la gana venir.
Han pasado exactamente dos horas desde que inicio la jornada laboral y la princesita no se ha dignado en aparecer por la puerta de mi padre. No entiendo como la tolera tanto, puede ser la mejor ejecutiva de la empresa, pero eso se terminó. Desde que asuma el puesto, tendrá que reportarse cada media hora si se me da la gana a esta oficina o será despedida. No me importa que mi padre ponga el grito en el cielo, nadie estará por encima de mí, a menos que sea en la cama.
«Como siempre pensando con la cabeza de abajo»
«No veo que te quejes nunca»
La desvelada y la falta de alimentos ya me estaban pasando la factura, mi mal humor se hizo presente en menos de lo que canta un gallo, unos gritos afuera de la oficina de mi padre me estaban dando un severo dolor de cabeza. Tal parece que las cosas no son tan simples, lejos de ser una oficina, parecía un parque de diversiones con niños gritando por todos lados.
No lograba distinguir el tema sobre el que hablaban, mi cerebro solo capto una molestosa voz chillona que irritaba sobre manera mis oídos. Antes de que mi padre me pudiera decir algo, me pare de prisa de mi silla, corriendo como bala a callar tanto alboroto.
La escena que se desarrollaba era más que deprimente, la secretaria de mi padre, gritaba como loca demente a una chica que ni se inmutaba en responderle «que temple, la quiero para mi» peleaban por algo de unos regalos. Para regalos estaba yo, que moría de hambre por estar esperando a la súper heroína de mi padre.
Mi paciencia había llegado al límite, antes de que Daniela pudiera continuar con sus estupideces, le grite para que dejara de hacer una tormenta en un vaso de agua. Nadie se ha muerto por no recibir un puto regalo en esta vida.
— ¿Pero qué señorita Daniela? ¿Acaso ya termino lo que le he pedido esta mañana? o ¿tiene mucho tiempo libre, para estar molestando a las demás personas?
Como era de esperarse, no contaban que llegara a ver todo el show que tenían montado. Tal parece que ante mi padre pone su carita de no mato una mosca, esto también se terminó.
— ¡L-licenciado! Yo… yo… trabajo en eso, solo me he levantado p-para...
—No me importa para que se levantó, fui muy claro con usted esta mañana. Ese documento debe estar en el escritorio en una hora, no cuando usted termine de hacer sus investigaciones. Asegúrese que este en mis manos a la hora indicada, de lo contrario vaya buscando otro trabajo, y lo mismo va para todos ustedes, esto no es un circo.
Pero qué tipa, se ocupa de todo menos de sus obligaciones, creo que más de uno saldrá por esa puerta en mi primera semana de trabajo. Es tiempo de actuar con mano dura en esta empresa y sacarla adelante.
Después de llamar la atención a Daniela, hice lo mismo con el resto de las personas, solo falta la chica de cabello castaño parada delante de mí. A estas alturas ya nada me importaba, más que terminar con la reunión pendiente para ir a comer, mis tripitas me gruñían por no poder complacerlas desde que salí de la casa.
Por más que hablara la chica no se inmutaba con mi presencia, una estatua de piedra no le ganaba, no sé si era estúpida o se hacía. Yo no estaba para juegos, la tome por el hombro lo más fuerte que pude a ver si reaccionaba. Sé que soy irresistible, pero odio a las personas que me miran como ella lo estaba haciendo en esos momentos.
— ¡Te estoy hablando! ¿Te comieron la lengua los ratones? o ¿vas a seguir peleando con las personas por un regalo? —fue todo lo que alcance a decir, antes de tener un golpe en mi cara. Si, así como leen, la pequeña bruja impacto su mano contra mi bello y hermoso rostro, dándome un golpe que acomodo todas mis neuronas del cerebro.
Eso no se lo perdonaría jamás, hace unos momentos salve su culo delante de todos y ahora me trata de esa manera ¿Quién rayos se cree para tratarme de esa manera? tendría que enseñarle una pequeña lección.
— ¿Pero qué te has creído? —grite delante de todos con cara de pocos amigos.
—Sepa usted caballero que no me he creído nada, soy, que es muy diferente. De gracias al osito bimbo y todos sus panecitos, que no tengo tiempo para darle una buena paliza, de lo contrario ya estaría en el hospital —respondió sin dejar de mirarme de manera perversa, con esos ojos marrón que invitaban a pecar.
¡Qué diablos estaba diciendo!, me ha faltado al respeto delante de todos, ella será la primera persona en irse este día. Conmigo nadie juega, hoy he tolerado demasiadas cosas, ¡Ya no más!
Antes de que pudiera responderle a sus comentarios, se había marchado como si nada con una mirada aterradora para sus compañeros, y con un aire de superioridad que desplegaba arrogancia por todos lados.
La vi marcharse en dirección a la oficina de mi padre, lo que me hizo pensar que era una más de las secretarias a su disposición, a la cual le daba ciertos permisos para comportarse de esa manera. Una perra más que alejar de mi vida, sin duda este tipo de personas me seguían como las abejas a la miel.
Con alguien tenía que desquitar mi enojo, así que mire fijamente a Daniela que todavía estaba frente de mi con su cara de mil quilos de maquillaje y cara de tonta.
— ¿Se te perdió algo? o ¿Debo enseñarte como hacer tú trabajo?
—No, no Licenciado —dijo la chica toda roja de la reprimenda que le estaba dando, delante de los demás.
—Entonces, ¡lárgate a tú lugar! Eres la causante de todo este espectáculo, si estuvieras haciendo lo que te correspondía nada de esto hubiera pasado.
—Yo… yo… yo… ¡Lo siento mucho! La culpable de todo es Gabriela, nunca quiere convivir con nosotros, piensa que está por encima de nosotros, y puede hacer lo que quiera todo porque el jefe la apoya siempre.
— ¡Me importa un carajo si lo hace o no!, se les paga para trabajar no para venir a socializar entre ustedes o preocuparse por un regalo. Que les quede claro una cosa a todos, no soy mi padre, a partir de ahora las reglas cambiaran en esta oficina, están a tiempo de irse por voluntad propia o de lo contrario no tendré piedad con cada uno de ustedes cuando revise sus trabajos.
Ahora entendía porque mi padre estaba enfermo, si sus empleados no acataban ninguna de las indicaciones. Me costaba creer que un Salvatore fuera don dócil con las personas que no son de su familia.
Grandioso día el que estaba teniendo, desvelado, sin desayunar, los regaños de mi padre, la ejecutiva estrella que no aparece y estas tipas pelando por un regalo. De seguir me volvería loco en poco tiempo, no pensaba aguantar un segundo más, me llevaría a mi padre a comer le gustara o no, después regresaríamos a seguir esperando a la dichosa niñera que me pondrían.
Durante mi paso a la oficina de mi padre, todos me miraban como si fuera un fantasma, nadie se atrevió hablar, y fue lo mejor que pudieron haber hecho. En mi mente solo tenía grabado el nombre de Gabriela, la de los ojos marrones perversos. De ella me encargaría más tarde, para ser exactos en cuanto llegara a la oficina, solicitaría su expediente a Recursos Humanos. No la dejaría ir tan fácil, pagaría por su atrevimiento de la peor manera. Pero antes, era momento de ubicar a la tal Gaby, llevaba horas esperando a que apareciera, y no tengo su puto tiempo.
Camine sin mirar atrás a toda la bola de inútiles que estaban en el piso cuchichiando, la puerta estaba cerrada con seguro, ¡Lo que me faltaba! mi padre teniendo su desliz en plena oficina, faltaba que me cayera un rayo en plena sequía.
Me llene de ira, no permitiría que el honor de mi familia quedara manchado por una simple empleada, ahora si la ponía de patitas en la calle. Mi corazón se paralizo al escuchar las palabras de aquella mujer que minutos antes, se atrevió a tocarme.
— ¡Vamos cariño, te queda hermoso!
— ¡Eres la mejor! —menciono mi padre, con voz de orgullo nuevamente.
— ¿Verdad que sí? Siempre lo he dicho.
Fue todo lo que logre escuchar, mi sangre hervía como lava hirviendo saliendo de un volcán. Mi madre no se merecía una traición, ella amaba a mi padre los 365 días del año las 24 horas del día, como pudo caer tan bajo. Di una patada con todas mis fuerzas a la puerta, quería encontrar a ese par con las manos en la masa, así sería más fácil deshacerme de ambos, principalmente de esa mujerzuela.
Mi corazón palpitaba fuertemente, pensando encontrarme con la peor de las escenas, sin embargo, lo que vi me dejo totalmente sorprendido y anonadado.
POV GabrielaDespués de un intenso día, me tocaba la reunión con mi jefe y su odioso hijo, no es que tuviera nada en contra de él, solo no me gustaba que dejara a su padre de lado, por estar viviendo la vida loca, lejos de ellos cuando más lo necesitaban.La empresa había estado pasando por cambios importantes, el Señor Franco y su esposa querían retirarse unos meses de vacaciones, algo que había sido imposible, dado que el príncipe Italiano no daba señales de vida. En más de una ocasión tuve que hacerme cargo de todo en la empresa, incluso, acompañe a la familia Salvatore a los hospitales para verificar la salud de mi jefecito hermoso.Amaba a mis padres, no podía pensar que un hijo dejara a los suyos de lado, como si fueran basura, solo por vivir la vida loca, la verdad no sabe de lo que se está perdiendo lejos de ellos, solo espero que no llore cuando uno de los dos le falte. Minutos antes Daniela había tratado de hacerme pasar un mal rato, pero ese bombón hermoso salvo mi traser
POV GabrielaLa verdad estaba más entretenida en golpear al papanatas que tenía enfrente, que los murmullos de las personas que nos rodeaban. Hasta que llegaron los de seguridad de la empresa a separarnos.Unos segundos bastaron para darme cuenta, que había perdido los estribos al extremo, algo en mí se revoloteo al ver la mirada de las personas sobre mi aspecto. Las cosas ya estaban hechas y no me echaría para atrás. No señor, yo no era así.—Bueno señores, la función se terminó por el momento, regresen todos a sus lugares a terminar sus pendientes. Ustedes… hablen a alguien que repare por completo esta puerta hoy mismo, ahora pueden marcharse —dijo el señor Franco serio.En cuanto nos quedamos solos, el bombón Italiano, se levantó más que molesto, haciendo pregunta tras pregunta. Todas más confusas que las otras, solo me quedaba escuchar las estupideces que decía para tratar de comprender de que iba el asunto, antes de acomodarle una nueva paliza.Mi mirada y mis oídos iban de uno a
“No le digas a la gente en donde duele, porque será su lugar favorito para golpearte”POV SebastiánMi mundo se derrumbó cuando escuche a mi madre y a Gaby gritarme que llamara una ambulancia, tras la reprimenda de mi padre, me había jurado marchare para siempre de su empresa, regresar a mi vida lejos de ellos. Ver a mi padre tirado en el suelo, me hizo darme cuenta que la vida es tan corta que los puedo perder en segundos y todo por mi estupidez.Ver a Gabriela hacerse cargo de la situación me lleno de emoción, por lo menos contaban con la ayuda de alguien cuando estaba lejos. ¿A qué precio? no lo sabía, pero se ocupaba de ellos. Llame al servicio de ambulancia para trasladar a mi padre al hospital, mientras observaba la rapidez de la pequeña bruja en manejar la situación, ahora entendía porque mis padres le tienen tanto cariño. Todo parecía sacado de una película, los servicios médicos llegaron pronto, levantando a mi padre del suelo para transportarlo, mientras mi madre ya se enco
“Hay tres maneras de hacer las cosas: Bien, mal y como las hago Yo”POV GabrielaMi corazón estaba hecho pedazos, el señor Franco ha tenido una recaída severa, todo por no poder controlar mi hermoso carácter de mierda, le había prometido que trabajaría en ello, pero las personas no cooperan para que eso suceda. Ahora se encuentra en el hospital luchando por su vida y yo me encontraba muy triste por romper mí palabra.Verlo ahí de nuevo, me ha hecho darme cuenta que la vida es tan corta, no puedo estar reaccionando como una gárgola, cada vez que alguien me provoque. Justo ahora necesito un abrazo de mis padres, solo ellos y la señora Alessia, saben calmarme en momentos como estos.Anoche me marche del hospital de mala gana, no quería dejarlo solo en esa cama de hospital, pero era consiente que Sebastián tenía razón. El trabajo no se hace solo y estamos por entregar un proyecto muy importante que hemos venido trabajando. Tan pronto llegue al departamento me puse al corriente de lo que e
POV Gabriela Pensar tan temprano me alteraba los nervios, más cuando las cosas no iban como yo deseaba, es por eso que me gusta planear mi día de arriba abajo todos los benditos días de cada semana. Pero este bendito gringo rascuache vino a molestarme, también que la estaba yo pasando en mi trabajo, y pensar que me encontraba a punto de pedir vacaciones para irme unos días con mis padres. Juro por la virgencita de Guadalupe que nada más por esto, voy a sacarle más orgasmos de lo que ha tenido en su jodida y recochina vida, hasta que quede completamente seco y no pueda moverse por lo menos siete semanas de la cama, para que sienta lo que es sufrir de verdad. Con el señor Franco en el hospital en este momento, me siento la mujer más inútil del mundo, no porque no consiguiera solucionar los problemas que se vienen encima, sino que no tenía la cabeza bien puesta después de verlo caer lentamente en mis brazos y todo gracias al estúpido de su hijo. — ¿Puedo saber dónde anda la mujer más
POV GabrielaGabriela: Buenos días señora Alessia, quise pasar antes de venir a la oficina, pero tuve que continuar mi camino para hacerme cargo de unos pendientes. En cuanto termine estaré con usted en el hospital nuevamente.Señora Alessia: Gracias hija, gracias por todo lo que sigues haciendo por nosotros. No sabes la falta que me has hecho todo este tiempo, sin ti a mi lado nada es igual y no tengo cabeza para pensar que será de mí sin Franco.Gabriela: Solo será cuestión de un par de horas, y estaré nuevamente con ustedes, por favor no deje de notificarme lo que pase con el señor Franco; sabe que le tengo un gran aprecio a ambos.Señora Alessia: Te estaré esperando, no dejes que la empresa ocupe mucho de tu tiempo, en este momento lo primordial es la salud de mi esposo. Puedes dejar que el vicepresidente se haga cargo, no tomes toda la responsabilidad bajo tus hombros pequeña.Gabriela: No tiene por qué preocuparse, créame que tengo todo bajo control, aunque hablando de eso, quie
POV Gabriela A partir de ahora me he ganado un enemigo del cual desconozco su procedencia, sin embargo, no le tengo miedo. Los cuchicheos siguieron por unos segundos más en lo que retomaba la calma y hacía pequeñas respiraciones para controlarme de manera externa, porque la interna estaba peor que lava de volcán. —Si me lo permites me puedo hacer cargo, esa simple pregunta te ha puesto de mal humor Gaby, no necesitamos una mala publicidad para la empresa en estos momentos —mencionó Samuel alejándome un poco de los micrófonos. —No te preocupes tío, te aseguro que tengo todo controlado, mejor presta atención de lo que viene a continuación, porque llegará el momento en que necesitaré de tu intervención como vicepresidente de la empresa. Lo vi a sentir lentamente y no muy convencido de mis palabras, tomé una de las carpetas que Eli me había pasado minutos antes, para que le diera un pequeño vistazo en lo que daba las noticias. —Regresando al punto principal de esta rueda de prensa, m
POV Gabriela —Se puede saber ¿qué es lo que estás haciendo, Gabriela? ahora sí te volviste loca de remate, si Franco se entera de esto, te aseguro que cortará mi cabeza por haberte dejado decir semejante mentira delante de todas estas personas. —Tranquilo tío Samuel, todo lo tengo fríamente calculado. No tienes nada de qué preocuparte «por el momento», solo dame tu apoyo. —Mi apoyo lo tienes, pero no me pidas que me quede tranquilo con semejante locura, ¿Acaso tú sabías algo Eli? —No señor, le juro que estoy tan sorprendida como usted de lo que acaba de decir Gaby. —Pueden guardar silencio, que los demás pueden escucharlos. Ahora déjenme terminar con todo esto de una buena vez. — ¿Todavía hay más? —no entiendo por qué esta interrogante hizo sacar la peor versión de mí, sin duda alguna mi lado más oscuro y perverso ha salido a la luz. —Si me permiten, me gustaría continuar con la última noticia que tengo que darles, que en gran parte responderá alguna de sus dudas caballeros. E