*—Rosemary:
Abrió los ojos, pero ante la molestia de la claridad que entraba de alguna parte de la habitación, volvió a cerrarlos. Se movió para darse cuenta que estaba sobre una mullida cama y que su cuerpo parecía como si alguien hubiera pasado por encima de él.
Volvió a abrir los ojos y los recuerdos de una fogosa y alocada noche invadieron su mente. Sintió sus mejillas ardientes al recordar vívidamente lo sucedido y se abrazó a misma.
No podía creer lo sucedido. Había dormido con Nathan y había sido tan mágico. No pensó que volvería a suceder, más bien, no se imaginó que volvería intimar con alguien, así como fue con Nathan, pero podía comprenderlo ahora: Nathan siempre había sido el único para ella en su vida.
Rosemary soltó un suspiro y se giró en la cama
*—Nathan:—¿Desde cuándo estás ahí? —preguntó Nathan bloqueando el teléfono y guardándolo en el bolsillo trasero de su pantalón. Mas tarde llamaría a su asistente para coordinar su breve regreso, lo que tenía fuente a él era mucho más importante que su subdirector siendo incompetente.Rosemary negó con la cabeza y decidió entrar en la cocina. Se acercó a él, pero no directamente, si no a los platos que había sobre la encimera con el desayuno que estaba preparando Nathan. La vio tomar un plato extra y comenzar a servirse algo de tocino y huevos.Nathan se acercó y la tomó de brazo, pero cuando su mano conecto con este, Rosemary se sobresaltó, zafándose rápidamente de su agarre y haciendo que el plato que tenía en su mano, resbalara de esta y terminara en el suelo haciend
*—Nathan:Esta batalla con Rosemary era dura, muy difícil, pero, aunque la misma tuviera miedo por las penas del pasado, de las cuales se aferraba todavía, Nathan iba a seguir insistiendo en lo evidente.Había vuelto al pueblo con la idea de descansar, pero su regreso se debía a un propósito más allá que esto. Lo que aún seguía vivo entre Rosemary y él era más que mágico. Era una oportunidad para avanzar y comenzar de nuevo, más para Rosemary que para él, por lo cual, Nathan debía de seguir. No iba a tirar la toalla.—Prometo regresar —volvió a decir Nathan con más decisión—. Por lo que sea, prometo regresar —juró Nathan tratando de convencerla. Pues, sabía que, si se iba con esta conversación y con las cosas entre ellos pendiendo de un hilo, cuando regresara, no ser&iacu
*—Rosemary:Había sido una perra, lo sabía, pero escucharlo decir que se iba y que probablemente regresaría, la asustó y más que en el pasado.Estar con él la noche anterior fue un grave error, porque estar en sus brazos y sentirse como si estuviese en casa, le hizo desear más, le hizo desear ser feliz, pero saber que volvería a la ciudad a resolver un problema que según él solo tomaría dos o tres días, la asustó y le hizo actuar de esa forma.Se abrazó a si misma mientras veía por la ventana la marcha de Nathan. Pues, ni bien escuchó la puerta cerrándose, algo impulsó a Rosemary de ir tras él, pero cuando llegó a la puerta, sus pensamientos negativos la detuvieron.¿Y si era lo mejor?Nathan no pertenecía al pueblo. El que fuera llamado para resolver un problema en su empre
*—Nathan:Sus amigos habían continuado hablando de algunos chismes del pueblo y Nathan cada minuto que pasaba, se sentía aburrido.¿Cuándo iban a comer?Por suerte, unos minutos más tardes, una señora se acercó para informarle a Jessie que los preparativos de la cena estaban listos. Jessie se puso de pie y les informó en voz alta a todos por si acaso no lo habían escuchado, diciéndoles que tenían que moverse a la terraza donde estaba siendo colocada la cena.—¿No esperaremos a Rosé? —preguntó Amanda mientras se ponía de pie con ayuda de su esposo.—Cariño, ¿no escuchaste a Jessie antes? —le preguntó Jason a su esposa—. Rosé no vendrá.—Aun así, no pierdo la esperanza, ¿saben? —dijo Jessie y Nathan la entendió.Ta
*—Rosemary:Se sentía tan patética, pero la única culpable de sentirse de esa manera era ella misma.Estaba hecha un ovillo en su cama desde lo sucedido esta mañana con Nathan. Había creído que dormiría, pero su conciencia no la dejó descansar. Tampoco había dejado de llorar. Si tan solo fuera más fuerte, más decidida. Si fuera de esa manera, se pondría ropa e iría a la fiesta de nochebuena para buscar a Nathan, pero allí estaba quejándose de su vida, porque era más fácil hacer esto que ser valiente.Era una cobarde.Su vista, borrosa por las lágrimas, se desvió hacia la pulsera de rosas en su muñeca.Esta incertidumbre suya se debía a Nathan.¿Por qué tuvo que volver a poner su vida patas hacia arriba?Todo había estado bien sin él. Desde
*—Rosemary:Aun no había salido de la sorpresa que las palabras de Nathan le habían provocado.¿Un posible embarazo?Sintió su corazón apretarse al pensar en ello y para evitar llorar allí frente a él, disfrazó su dolor soltando una irónica carcajada.—Tomo la píldora —mintió Rosemary. No tomaba ni una mierda porque no había razón para tomarla. Su periodo venia bien y era obvio que no era una mujer con una vida sexual activa, por lo cual, no había necesidad.Nathan no dijo nada ante esto y Rosemary decidió terminar todo de una buena vez. Esta discusión le estaba dando dolor de cabeza y mientras más rápido Nathan saliera de su vida, más rápido podía tratar de olvidarlo y volver a su vida. Mañana mismo regresaría al hospital y adiós sus vacaciones. Er
*—Nathan:Seasons siempre había tenido un clima variado, incluso los días de invierno. Algunos días amanecía todo soleado con la nieve brillando en las aceras y en los techos; y otros días era una completa oscuridad. Hoy era un día entre medio de ambos. Era temprano en la mañana, por lo cual, el sol aun no salía, sin embargo, no estaba oscurecido del todo.Esperaba que aclarara mientras pasaran las horas, pues planeaba tomar un vuelo al aeropuerto más cercano y si volvía a nevar, era posible que no pudiera hacer dicho plan.Su asistente le había sugerido que tomara una avioneta en el pueblo cercano para regresar más pronto a la ciudad y Nathan decidió tomar ese consejo, por lo cual, conduciría a la Springvalley, dejaría su vehículo allí guardado y tomaría esa avioneta al aeropuerto. Podría t
*—Nathan: Jessie era muy perspicaz y parecía leerlo sin que el se diera cuenta, pero tenia que seguir fingiendo que estaba tirando la toalla con Rosemary para que su plan al final diera resultado. Sin embargo, decidió cambiar la conversación. —¿Quién te dijo que me iba? —decidió saber. No parecía que fuera Rosemary y que Nathan recordara no se lo había comentado a nadie más que Rosemary. —Me lo imagine —murmuró Jessie—. Anoche te fuiste a encontrarte con Rosemary y por cómo me respondió mi querida amiga cuando le preguntó sobre como terminó todo, sé que las cosas entre ustedes quedaron muy mal —Jessie hizo una mueca y movió la cabeza—. Vine a hablar contigo, pero al ver que montabas la maleta me imaginé que te ibas y que posiblemente no regreses, ¿verdad? Si Dios se lo permitía regresaría por su mujer, pero no se lo diría a Jessie para que luego esparciera la noticia por el pueblo y le arruinara la sorpresa a Rosemary. Era mejor que c