NARRADOR OMNISCIENTEEn el vasto y sombrío salón del castillo, el rey Based King, se encontraba en medio de una agitación palpable, dirigiendo a su ejército con una voz que resonaba como un trueno en la penumbra. Cada una de sus palabras estaba impregnada de una mezcla intensa de furia y determinación, mientras sus ojos centelleaban con un brillo amenazante que reflejaba su profundo deseo de venganza. —¡Escuchen bien, soldados! —exclamó, levantando su mano con un gesto autoritario, como si invocara una tormenta inminente—. Nuestro único objetivo es Leni Stardark. Esa asquerosa, debe ser mía, y lo harán en un plazo de tan solo dos días. No quiero que quede rastro alguno de la existencia de los demás. Las filas de hombres, ataviados con armaduras relucientes que reflejaban la escasa luz del lugar, se alineaban ante él, sus rostros tensos y serios, marcados por la gravedad de la misión que tenían por delante. El rey avanzaba entre ellos, inspeccionando la preparación de cada guerrero
LENIDesperté en la penumbra de la habitación, sintiendo el suave calor del cuerpo de Ardian abrazándome con una ternura que nunca había experimentado antes. Cada momento a su lado era un torbellino de emociones contradictorias; en mi mente, reflexionaba sobre lo que realmente significaba para mí, sobre la forma en que su presencia llenaba de alegría mi corazón y, al mismo tiempo, despertaba inquietudes en mi interior. Por otra parte, estaba el hecho de la oscuridad que había empezado a percibir en él, como una sombra que se aferraba a su alma como asquerosa larva, me erizaba la piel y me llenaba de inquietud. Sin embargo, en ese instante, mientras disfrutaba de la calidez de su abrazo, sentí de manera certera que lo amaba.—¿Leni? —susurró, con profunda y serena, mientras sus ojos se abrían lentamente.—Buenos días —respondí, sonriendo mientras acariciaba su rostro con delicadeza—. ¿Dormiste bien?—Mejor ahora —dijo, acercándose para sellar nuestra conexión con un tierno beso que me
LENI—¡Leni!El grito de Ardian, hizo que el corazón se me paralizara. Desde la distancia, observé cómo los lobos del Based King acorralaban a su propio hijo, quien solo intentaba rescatarme. Su figura, aunque tensa y pese a ser un poderoso alfa, se veía pequeña y frágil frente a la ferocidad de aquellos animales, al menos así se veía en su forma humana. Mi corazón se llenó de desesperación. Tenía solo un breve conocimiento de lo que era capaz Ardian, como lobo, después de todo, no habíamos pasado mucho tiempo en nuestra forma más bestial. El aire se comprimió en mis pulmones, casi olvidaba la capacidad de respirar. —¡Leni! —gritó Ardian, su voz atravesando el aire como una flecha. Pero los gritos se ahogaban en el rugido de los lobos, y su esfuerzo parecía vano ante la magnitud del peligro. Reinhold, me miraba con un desprecio genuino, mientras que Based King, el rey de los hombres lobo, se acercó a mí con una sonrisa burlona en su rostro. Su presencia emanaba una aura de poder
LENI—¿Me estás escuchando, cariño? —La voz de mi madre se filtró en mis pensamientos, rompiendo la niebla que me rodeaba. Levanté la mirada y me encontré con sus ojos, llenos de preocupación, pero también de una tristeza que no podía ocultar.—Sí, mamá, lo siento —respondí, aunque sabía que no era verdad. La sombra que había visto emerger del cuerpo de Ardian seguía danzando en mi mente. Era como una sensación agria que había experimentado cuando nuestros lobos se unieron por primera vez, una oscuridad que se adueñaba de mí y me invadía sin compasión.Mi madre, siempre tan autoritario, se inclinó hacia adelante. Sus ojos, normalmente serenos cuando se dirigía a mí, chisporroteaban con una intensidad que me hizo encogerme en mi asiento.—Leni, ahora que Based King ha dejado de ser un problema, creo que lo mejor es que te quedes conmigo… —Ardian tomará de nuevo el mando como rey alfa. Es tu deber estar a su lado. Eres su esposa, su luna. Pero tienes que comenzar a entrenar más, tus p
ARDIANMe desperté abrazando a Leni. La luz de la mañana se filtraba a través de las cortinas, iluminando su rostro sereno. Era hermosa, más de lo que las palabras podían describir. En ese instante, supe que haría lo que fuera por ella. La besé suavemente, pero la pasión me llevó a ser más insistente. Nuestros labios se encontraron en un baile que despertó la chispa entre nosotros. Sin embargo, en un momento de locura, la mordí de manera juguetona, sintiendo el sabor metálico de su sangre. Ella se retiró un poco, sorprendida, pero en sus ojos vi una mezcla de deseo y reproche.—¿Qué te pasa, Ardian? —me preguntó, llevándose una mano a la boca.—Solo quería que sintieras lo que siento yo —respondí, empujando mis caderas para que sintiera mi dura erección—. Hoy volvemos a Tafaryen.Leni sonrió, y en su sonrisa encontré un destello de esperanza. Sabía que este regreso no sería sencillo. —Hablemos de eso…—Ahora no —me coloqué entre sus piernas—. Necesito penetrarte. Luego de follarla e
LENILa vida en la manada había cambiado drásticamente desde que Ardian asumió su nuevo papel como alfa rey. Cada día me sentía más distante de la persona que había sido, como si una sombra oscura se hubiera instalado en su interior. Era un rey temido, y esa transformación no me agradaba en absoluto. Observaba cómo los miembros de la manada lo miraban con una mezcla de respeto y miedo, y eso me provocaba un vacío en el corazón.—Hoy iré al pueblo para reunirme con un funcionario lunar —anunció Ardian, su voz resonaba en el aire como un trueno.—¿Puedo acompañarte? —pregunté, intentando recuperar un poco de la cercanía que solíamos compartir.—No es necesario, Leni. Esto es un asunto serio —respondió, evitando mi mirada. Su tono era firme, pero había un matiz de inseguridad que apenas podía discernir.—Por favor… Ardian se me quedó viendo hasta que al final pareció aceptarlo. El camino al pueblo estaba lleno de murmullos y miradas curiosas, pero Ardian parecía ajeno a todo. Cuando fi
LENIEl eco de mis pasos resonaba en el sendero que conducía de regreso al castillo, un camino que solía ser un refugio, pero ahora se sentía como una trampa. La oscuridad se cernía sobre mí, y con cada paso que daba, el peso de la incertidumbre se hacía más pesado en mi pecho. La noche estaba tan silenciosa que podía escuchar el latido de mi corazón, el cual parecía gritar en mi mente: ¿Qué estás haciendo aquí, Leni?De repente, sentí una mano fuerte que me detuvo, tirando de mi brazo con fuerza. Me giré y me encontré cara a cara con Ardian, vestido para la ocasión, pero su semblante era todo menos tranquilizador. —¿Por qué me seguiste? —preguntó, su voz llena de tensión y enfado.—Porque has estado actuando extraño —respondí, sintiendo cómo las palabras brotaban de mi boca sin poder contenerlas—. Distante. Por ratos, casi como si estuvieras en otro lugar. Y ahora sé por qué.Ardian frunció el ceño, sus ojos chispeantes de ira.—Todo lo que hago es para que estés a salvo —gritó, su
ARDIAN —No puedo creer que estés utilizando a Melisa para obtener información sobre Dax —dijo Reinhold, cruzando los brazos sobre su pecho, su mirada fija en mí como si fuera un niño travieso al que acaban de atrapar en el acto. —No es eso, Rein. Es solo… es complicado —respondí, sintiendo que cada palabra que pronunciaba se enredaba en mi garganta. La verdad era que la situación era más que complicada; era peligrosa. Pero, a pesar de ello, era lo que necesitaba hacer para proteger a la manada. —Te estás metiendo en problemas, Ardian. Estás jugando con fuego —me advirtió, y su tono grave me hizo sentir la presión de la situación. Justo en ese momento, la puerta se abrió de golpe y Leysa entró en el despacho, su mirada furiosa iluminando el ambiente. —¿Por qué no llevas a Leni al baile? —dijo, con su voz temblando de indignación, al tiempo que sus ojos eran dos llamas. Reinhold, visiblemente molesto por la interrupción, se giró hacia Leysa con una expresión de desdén, pero antes