Todo estaba caminando de manera impresionante y esto tenía a Steven realmente feliz. Era más que satisfactorio ver realizados sus sueños, pero lo verdaderamente mágico, era la aceptación que recibió en cuanto salió al mercado. Todos querían adquirir uno de los modernos e imponentes autos.

—¿Ya están listos los pedidos que ordenaron los Ferrer? —se dirigió a Yuli una vez que atravesó la entrada de la oficina.

—Ya todo está listo y en este momento están haciendo la entrega. Solo quedaron pendientes los autos Luxury para la familia Anderson.

—¡Para los consentidos hermanos Anderson! Ellos quieren una edición personalizada y aún no están disponibles, yo me encargo de ellos, ahora acércate.

Ella se acercó asombrada por la invitación, pues él, se había distanciado notablemente y ella ya se había dado por vencida.

—¿Algo más?

—Sí. ¿Tienes mucho trabajo acumulado?

—No —ella seguía acercándose y mirándolo a los ojos con intensidad —Después que Ava está con nosotros no tengo nada acumulado.

—Te