Elarimil era una hábil jinete, desde pequeña fue instruida en ello, así que le era fácil avanzar a gran velocidad con la intención de dejar atrás a su esposo que no dejaba de seguirla, sabía que tenían que ir juntos al pueblo, pero estaba molesta, en la corte podía aparentar que no le importaban los comportamientos de su marido, pero en solitario dejaba salir toda su molestia.— ¡Majestad! ¡Va muy rápido! — algunos de los guardias que iban tras ella, se preocuparon por la velocidad que la princesa usaba.No los escucho y continuo con su velocidad hasta que vio cercano el pueblo, fue entonces que finalmente disminuyo poco a poco hasta encontrarse en la entrada principal donde varios pobladores ya la esperaban, siempre la recibían con flores y ovaciones, la amaban profundamente, así como ella amaba a los pobladores.— Su majestad, anhelábamos su regreso — decían en coro.— Estaba ansiosa por visitarlos de nuevo, vengan, tenemos que inaugurar una escuela.Solo volteo cuando not
— Muchas felicitaciones por el compromiso — Elarimil abrazo a su cuñada.— Gracias, soy muy feliz, Ela — exclamo Leslie—. Tú hermano es el hombre con quien siempre soñé, fue amor a primera vista.— Que afortunados— respondió la princesa con genuina felicidad por ella.De verdad le hacia feliz que su hermano fuera a casarse con Leslie, ella era una mujer muy amorosa, a diferencia de sus otras hermanas, ella destacaba en belleza y aptitudes, eran una dama muy instruida, en pintura, canto y piano, su hermano tendría una gran esposa.— ¿Cuándo iremos al Oeste? — pregunto Keith a sus padres.— En dos días — respondió la reina—, tu hermana se ira primero, viajara con sus futuros suegros.— Dejare mis asuntos y los de mi esposa listos entonces — el lobo miro a su esposa que seguía con su hermana—.— Muy buena idea, así en el pueblo todo seguirá construyendo aun en su ausencia.— Los elfos se marcharán hoy, los necesitan en el frente del conflicto, los salvajes están d
El sueño parecía muy real, el lugar le parecía conocido aunque estaba seguro de que no pertenecía a ningún rincón de su reino, quería acercarse a ella, pero se miraba tan lejana, sin embargo extendía la mano al príncipe, corría a su encuentro, la llamaba con desespero, al momento en que estaba por tomarla despertó de golpe, al alzarse, observo a su esposa dormir a su lado plácidamente, aun era de noche, todo estaba oscuro y no entendía nada de lo que había ocurrido en el sueño, si es que eso era.Volvió a dormir, aunque ya no de forma profunda, al contrario de la princesa que no despertó hasta que su compañía entro a la habitación como cada mañana, su esposo ya no estaba, no le sorprendía, él siempre se iba primero, se levanto para vestirse, bostezo con cansancio, luego fue a desayunar esta vez en compañía de sus damas, pidieron su presencia con ellas esa mañana, además le avisaron que Keith se retiro por la mañana a una expedición de caza, no desayunaría con ella.— Escuchamos que
Viajaron por varios días hasta que fueron capaces de divisar el reino de los Morgoth, su esposo no la acompañaba en el carruaje, había decidido terminar de recorrer el camino en su forma de lobo, le ofreció a su esposa llevarla sobre su lomo, pero ella se negó pensando que podría ser peligroso ya que no tenia conocimiento alguno de como ir sobre un lobo, le dio algo de miedo, su esposo lo comprendió y la dejo en el carruaje, los pobladores recibieron con flores a los miembros de la familia Phoenix, se vieron sorprendidos, jamás pensaron que los vampiros serian tan amables con ellos, se sentía bien, ahora con la alianza entre las dos grandes familias, los ciudadanos creían en un futuro lleno de gloria para sus pueblos.Elarimil saco la cabeza saludando a los vampiros que recibían con emoción a su amada princesa, cantaban su nombre y le dedicaban palabras cargadas de amor, ella los saludo por igual tomando flores que llegaban hasta sus manos, su rostro se ilumino con dicha al ver a su a
Luchar contra el deseo que despertaba el vampiro en ella era algo casi imposible de combatir, él la llevo a la cama en medio de ese apasionante beso, tenia manos muy hábiles, era un hombre con conocimientos previos, eso fue fácil de adivinar para ella, pero quería detenerse, su virtud como princesa estaba colgando de un hilo y todo seria peor si alguna mucama de daba cuenta de la presencia del vampiro.— Deja de pensar tanto — la alerto el vampiro— Te leo la mente, piensas en detenerme, pero tu cuerpo me dice otra cosa.— No quiero hacerlo— se aparto un poco—, mi virtud debe permanecer intacta hasta mi matrimonio.— Eso les preocupa mucho a las princesas de hoy en día — se burlo él paseando la mano bajo el camisón ajeno.— Es porque para ustedes los hombres la cosa es muy diferente, nadie los cuestiona— se levanto de la cama acomodando su camisón—, así que le sugiero, príncipe que se retire a sus aposentos, aquí no conseguirá lo que quiere.— Esta muy equivocada, prince
Dorian no fue capaz de dormir, observaba el cuerpo de su amante a su lado, ella estaba profundamente dormida, suspiro con pesar, se sentía intranquilo, salió de la cama colocándose una larga bata de seda color negro con detalles rojos, camino en la penumbra de la madrugada hacia la biblioteca, fue buscando a alguien en especial.— Sentí que me llamaba aquí — dijo el joven príncipe—, su majestad.— Bueno, se que mi hija no esta en sus aposentos, fue fácil adivinar donde estaba— la reina Quinn llevo sus ojos al vampiro—— No la obligue a venir, si eso desea saber — Dorian tomo asiento frente a la reina—, además, pedí su mano en matrimonio si no lo recuerda, creo que no podrá negarse ahora.— Puedo hacerlo y lo hare, no dejare que mi hija despose a un asesino con hijos bastardos y más amantes que años.— Me ofende, pero sus acusaciones son reales, tengo hijos, pero amantes no, pretendo serle fiel a su hija— Dorian sonrió de medio lado —, además, podríamos negociar.— ¿A
Disfrutaron de la corta celebración, a primera hora de la mañana Elarimil y su esposo se marcharon de vuelta a su hogar, la chica se despidió de su familia, decidió viajar sobre la espalda de su esposo convertido en lobo, era una criatura muy grande, entendía porque lideraba el ejercito principal de los Phoenix, subió en él, se sujetó como Keith le enseño la noche anterior y se marcharon tomando una ruta mucho mas corta al palacio del norte, llegarían antes que el resto de la familia. Tomaron un descanso cerca de un arroyo, la princesa bajo de su esposo para acercarse a manto de agua, se inclino para sacar agua en un cuenco que ofreció al pelinegro que descansaba recostado en el suelo. — ¿Estas agotado? — pregunto sentándose a su lado. — Un poco, estaré bien en unos minutos — respondió luego de tomar el agua. — Le puse un pequeño hechizo para que recuperes las fuerzas— hizo que recostara la cabeza en su regazo. — ¿Sabes mucho de magia? — pregunto él con curiosidad. —
Elarimil estaba de pie frente a los ventanales, miraba hacia afuera, sabia que ella estaba de vuelta en el castillo, solo era cuestión de tiempo para que volviera a seducir a su marido, lo conocía, caería rendido ante los encantos de esa mujerzuela, se sentía intranquila, aunque otra parte de su ser le trataba de convencer que Keith había cambiado, que no la engañaría de nuevo, era difícil creerle a esa voz. — Su majestad — la interrumpió una doncella—, su esposo requiere de su presencia. — ¿En donde esta? — pregunto — La espera en su saloncito personal — dicho esto la doncella se inclinó para marcharse. Suspiro pesadamente, se dio la vuelta para ir al encuentro con su esposo, se preguntaba que le diría, tal vez le notificaría el regreso de su amante y que se iría a su cama hasta que se cansara, tal vez le pediría el divorcio para que la pelirroja fuera reina, miles de pensamientos parecidos le inundaban la cabeza, cuando entro al salón noto que su esposo vestía todavía la