El sueño parecía muy real, el lugar le parecía conocido aunque estaba seguro de que no pertenecía a ningún rincón de su reino, quería acercarse a ella, pero se miraba tan lejana, sin embargo extendía la mano al príncipe, corría a su encuentro, la llamaba con desespero, al momento en que estaba por tomarla despertó de golpe, al alzarse, observo a su esposa dormir a su lado plácidamente, aun era de noche, todo estaba oscuro y no entendía nada de lo que había ocurrido en el sueño, si es que eso era.Volvió a dormir, aunque ya no de forma profunda, al contrario de la princesa que no despertó hasta que su compañía entro a la habitación como cada mañana, su esposo ya no estaba, no le sorprendía, él siempre se iba primero, se levanto para vestirse, bostezo con cansancio, luego fue a desayunar esta vez en compañía de sus damas, pidieron su presencia con ellas esa mañana, además le avisaron que Keith se retiro por la mañana a una expedición de caza, no desayunaría con ella.— Escuchamos que
Viajaron por varios días hasta que fueron capaces de divisar el reino de los Morgoth, su esposo no la acompañaba en el carruaje, había decidido terminar de recorrer el camino en su forma de lobo, le ofreció a su esposa llevarla sobre su lomo, pero ella se negó pensando que podría ser peligroso ya que no tenia conocimiento alguno de como ir sobre un lobo, le dio algo de miedo, su esposo lo comprendió y la dejo en el carruaje, los pobladores recibieron con flores a los miembros de la familia Phoenix, se vieron sorprendidos, jamás pensaron que los vampiros serian tan amables con ellos, se sentía bien, ahora con la alianza entre las dos grandes familias, los ciudadanos creían en un futuro lleno de gloria para sus pueblos.Elarimil saco la cabeza saludando a los vampiros que recibían con emoción a su amada princesa, cantaban su nombre y le dedicaban palabras cargadas de amor, ella los saludo por igual tomando flores que llegaban hasta sus manos, su rostro se ilumino con dicha al ver a su a
Luchar contra el deseo que despertaba el vampiro en ella era algo casi imposible de combatir, él la llevo a la cama en medio de ese apasionante beso, tenia manos muy hábiles, era un hombre con conocimientos previos, eso fue fácil de adivinar para ella, pero quería detenerse, su virtud como princesa estaba colgando de un hilo y todo seria peor si alguna mucama de daba cuenta de la presencia del vampiro.— Deja de pensar tanto — la alerto el vampiro— Te leo la mente, piensas en detenerme, pero tu cuerpo me dice otra cosa.— No quiero hacerlo— se aparto un poco—, mi virtud debe permanecer intacta hasta mi matrimonio.— Eso les preocupa mucho a las princesas de hoy en día — se burlo él paseando la mano bajo el camisón ajeno.— Es porque para ustedes los hombres la cosa es muy diferente, nadie los cuestiona— se levanto de la cama acomodando su camisón—, así que le sugiero, príncipe que se retire a sus aposentos, aquí no conseguirá lo que quiere.— Esta muy equivocada, prince
Dorian no fue capaz de dormir, observaba el cuerpo de su amante a su lado, ella estaba profundamente dormida, suspiro con pesar, se sentía intranquilo, salió de la cama colocándose una larga bata de seda color negro con detalles rojos, camino en la penumbra de la madrugada hacia la biblioteca, fue buscando a alguien en especial.— Sentí que me llamaba aquí — dijo el joven príncipe—, su majestad.— Bueno, se que mi hija no esta en sus aposentos, fue fácil adivinar donde estaba— la reina Quinn llevo sus ojos al vampiro—— No la obligue a venir, si eso desea saber — Dorian tomo asiento frente a la reina—, además, pedí su mano en matrimonio si no lo recuerda, creo que no podrá negarse ahora.— Puedo hacerlo y lo hare, no dejare que mi hija despose a un asesino con hijos bastardos y más amantes que años.— Me ofende, pero sus acusaciones son reales, tengo hijos, pero amantes no, pretendo serle fiel a su hija— Dorian sonrió de medio lado —, además, podríamos negociar.— ¿A
Disfrutaron de la corta celebración, a primera hora de la mañana Elarimil y su esposo se marcharon de vuelta a su hogar, la chica se despidió de su familia, decidió viajar sobre la espalda de su esposo convertido en lobo, era una criatura muy grande, entendía porque lideraba el ejercito principal de los Phoenix, subió en él, se sujetó como Keith le enseño la noche anterior y se marcharon tomando una ruta mucho mas corta al palacio del norte, llegarían antes que el resto de la familia. Tomaron un descanso cerca de un arroyo, la princesa bajo de su esposo para acercarse a manto de agua, se inclino para sacar agua en un cuenco que ofreció al pelinegro que descansaba recostado en el suelo. — ¿Estas agotado? — pregunto sentándose a su lado. — Un poco, estaré bien en unos minutos — respondió luego de tomar el agua. — Le puse un pequeño hechizo para que recuperes las fuerzas— hizo que recostara la cabeza en su regazo. — ¿Sabes mucho de magia? — pregunto él con curiosidad. —
Elarimil estaba de pie frente a los ventanales, miraba hacia afuera, sabia que ella estaba de vuelta en el castillo, solo era cuestión de tiempo para que volviera a seducir a su marido, lo conocía, caería rendido ante los encantos de esa mujerzuela, se sentía intranquila, aunque otra parte de su ser le trataba de convencer que Keith había cambiado, que no la engañaría de nuevo, era difícil creerle a esa voz. — Su majestad — la interrumpió una doncella—, su esposo requiere de su presencia. — ¿En donde esta? — pregunto — La espera en su saloncito personal — dicho esto la doncella se inclinó para marcharse. Suspiro pesadamente, se dio la vuelta para ir al encuentro con su esposo, se preguntaba que le diría, tal vez le notificaría el regreso de su amante y que se iría a su cama hasta que se cansara, tal vez le pediría el divorcio para que la pelirroja fuera reina, miles de pensamientos parecidos le inundaban la cabeza, cuando entro al salón noto que su esposo vestía todavía la
Elarimil huyo de su esposo antes del amanecer, el lobo dormía plácidamente a su lado, ella se sentía humillada, se fue a sentar junto a una fogata que seguía viva, miraba fijamente las flamas pensando en que haría ahora que podía sentir que en su vientre se gestaba una vida.— ¿Estas bien? — su hermano fue a hacerle compañía— Si, solo estaba cansada de dormir— respondió—, quiero volver al palacio.— Vamos — le extendió su mano— Kilyan y tu esposo llevaran a los demás de vuelta, podemos adelantarnos, además, me preocupa dejar tanto tiempo sola a mi esposa.— Me sorprende cuanto has cambiado por ella.— El amor es algo tan enigmático.Ambos mellizos rieron juntos, Elarimil se quedó esperando mientras Dorian se fue en busca de su caballo, tardo unos minutos en regresar, ayudo a su hermana a subir, luego subió él tomando las riendas del caballo.— ¡Elarimil! — grito su esposo saliendo de la carpa Ella volteo solo para dedicarle una mirada corta, su hermano emprendió e
— Traigan al sanador — pidió Elarimil una vez estuvo en su cama.— Si, su alteza— la mucama salió de prisa en busca del sanador que atendía a la reina.El sanador no tardo en llegar en menos de diez minutos ya estaba atendiendo a la reina que apenas podía lidiar con la noticia del nombramiento de Anne, su llanto no lograba detenerse, fue difícil atenderla en ese momento tan doloroso para ella.— Debe guardar reposo, su alteza, por la seguridad del niño— dijo el sanador una vez la logro tranquilizar—, el rey debería saber de su estado.— No, ya es demasiado tarde para eso, no quiero que lo sepa— respondió la reina— ¿Mis suegros volvieron de su viaje?— Si, su alteza.— Por favor llámenlos, quiero que vengan en cuanto estén libres.Sin poder hacerla cambiar de opinión, la reina se quedo en sus aposentos, el rey no pregunto por ella estaba demasiado ocupado atendiendo a su amante, la trataba como la mas preciosa criatura del mundo porque le estaba entregando la dicha de