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Capitulo 04: En busca de venganza.

Ese mismo día, en horas de la tarde.

Los hermosos ojos dorados de Kristy Nekrásov veían fijamente la taza de chocolate caliente que se le había servido.

— ¿Con malvaviscos señorita? — Preguntó la fiel sirvienta y asistente de ella, Tatianna Lavrov, mujer joven de cabello castaño corto y unos bellos ojos azules.

— No, Tati, hoy no, así está bien. — Susurró Kristy para después tomar la carpeta oscura que estaba colocada en la mesita de cristal frente a ella.

La hermosa joven rubia, comenzó a abrir la carpeta, una que había sido entregada a ella hace solo unos minutos atrás por el espía que contrató, esto para investigar de la vida de ese hombre que era de su interés.

Kristy dejó la carpeta encima de su regazo mientras leía poco a poco y a su vez sostuvo la taza de chocolate caliente llevándolo a su boca.

Sin embargo, justo antes de dar el primer sorbo, se percató de una palabra que llamó en gran manera su atención.

— ¡¿Qué?! — Gritó ella. — ¡¿Matrimonio?!

— ¿Que sucedió señorita? — Preguntó Tatianna sorprendida, de inmediato volviendo a acercarse a Kristy.

— ¡Se casó! — Exclamó Kristy también sorprendida. — ¡Él se casó! ¿Puedes creerlo? — Preguntó dejando su taza con chocolate sobre la mesa y ahora sí, concentrándose más en leer la información en la carpeta.

— ¿Casar? ¿Él? Oh, ¿Se refiere al señor Jhonson? Bueno, era un hombre en edad para casarse cuando usted fue llevada a Rusia, no me extraña que lo haya hecho. — Sonrió Tatianna sintiéndose aliviada de que ese grito de su señorita no haya sido una emergencia.

— Inclusive tuvieron una hija… Se llama Melanie Jhonson, es un hermoso nombre, ¿No lo crees? Me pregunto si será tan linda como Nathaniel~

Sonrió Kristy y su asistente se sentó en un sofá individual cercano a dónde la joven estaba.

Tatianna comenzó a prestar más atención a lo que decía la hija de ese poderoso mafioso para el que trabajaba, a la que la mujer asistente consideraba una amiga.

— ¿Qué? Cómo… ¿Cómo es eso po…posible? — Preguntó Kristy mientras leía.

La sonrisa de la joven rubia se borró por completo y su rostro incluso lucía pálido.

Tatianna preguntó al respecto al asustarse por la expresión que hacía Kristy al leer.

— Murió… — Susurró la hija del señor Nekrásov. — Ella… La esposa de Nathaniel… Murió en un crímen múltiple en la mansión de sus padres.

Kristy cubrió con una de sus manos su boca y sus ojos comenzaron a ponerse llorosos al pensar en todo lo que tuvo que pasar ese buen hombre.

La bella mujer rusa recordó ese mismo otoño de hace cuatro años.

Ese en el que había entablado "amistad" con el heredero de los Jhonson durante la agradable charla que tuvieron en el jardín favorito de ella.

— Pero señorita, ¿No es eso bueno? Eso significa que él es viudo, por lo tanto es un hombre disponible, a no ser que esté en una relación actualmente… Entonces eso—

— ¡NO! — Exclamó Kristy. — No lo entiendes Tati, yo… Es cierto que no he dejado de querer intentarlo con él desde que lo conocí, pero tampoco disfruto de su dolor… Esto es… Demasiado… Probablemente lo haya herido mucho, aquí dice y hay pruebas de lo feliz que era con esa mujer…

— ¿Me va a decir que si la esposa de él estuviera viva y él felizmente casado, usted renunciaría a sus sentimientos por ese hombre norteamericano?

— ¡Sí! ¡Lo haría! — Exclamó Kristy con seguridad. — Habría seguido de inmediato con los planes de mi familia y ser la esposa de la marioneta de Vladimir… Pero… ¿Debería intentarlo una vez más? ¿Aunque… Sea en una situación tan mala como que él enviudó hace solo unos años?

Kristy se sintió confundida en ese instante y no era para menos.

El hombre del que se había enamorado a primera vista, se casó, formó una familia feliz en su ausencia y también perdió a su esposa todo en esos cuatro años.

Ella dudo de que hacer, si sería bueno intentar algo con él o por respeto a su luto, alejarse.

No tenía duda de que en ese tiempo y con todo lo sucedido, Nathaniel Jhonson ya no era el mismo chico dulce que conoció cuando ella cumplió sus dieciocho años.

— ¿Quiere mi consejo más sincero? — Preguntó Tatianna.

Kristy asintió decaída al pensar en el dolor de él por perder a su amada esposa.

— En dos días se celebrará su cumpleaños número veintidós señorita; haga que él esté en la lista de invitados y vea si tienen una oportunidad, sí aún le sigue gustando a usted y sí usted descubre que puede… No tenga miedo a intentar.

Kristy vio sorprendida a su asistente y mejor amiga.

— ¿Hacer eso… Aunque yo esté comprometida?

— Usted nunca ha querido a su prometido el señor Vladimir Korovin. No se engañe, ese compromiso es un infierno que vive día a día… Todavía recuerdo los tres días que pasó desconsolada después de haber perdido su pureza con él.

— Era necesario… Para controlarlo y tener su confianza… Para complacer a mi padre… Para ser lo que todos quieren… — Contestó Kristy cabizbaja inclinando su cabeza.

— ¡A eso me refiero! ¡Usted no tiene que ser una marioneta de los Nekrásov! — Exclamó Tatianna con seriedad.

Ante el regaño de su amiga, Kristy tomó una decisión en ese momento.

•••••••••

Durante la noche del día siguiente, en la mansión del magnate Nathaniel Jhonson.

— ¡¿Es una broma?! — Gritó Nathaniel Jhonson arrojando los informes que le habían traído con fuerza contra su escritorio. — ¡¿Tantos que son y no han podido dar con los culpables?! ¡Dos años! ¡Llevo más de dos años investigando y…

Nathaniel hizo una pausa y se sentó en su silla para seguidamente apoyar sus codos en el escritorio y sus manos en su cabeza en un gesto de frustración.

Su mejor amigo, Xavier Haltón, hombre de cabello castaño corto y ojos celestes, un millonario perteneciente al mismo círculo que Nathaniel, suspiró con pesar al verlo en ese estado.

— Lo único que has logrado saber hasta ahora, es que fueron problemas de deudas y una de las dos familias mafiosas de la zona involucradas. — Decía Xavier analizando la situación. — Es algo peligroso amigo, meterse con ese tipo de gente y aún más investigarlos.

— ¡Lo sé! ¡Maldición! — Exclamó Nathaniel volviendo a enderezarse y posando su mano en su cabeza sintiendo un poco de dolor por el constante estrés.

— Podrías… Pedir ayuda a una de las dos, a la que parezca menos sospechosa. — Sugirió Xavier cruzándose de brazos.

— No, ¿Qué pasa si esa es la culpable? Ellos me tendrían en la palma de su mano… Yo no puedo… Quiero vengar a Jasmine y sus padres, pero… No se cómo debería avanzar, siento que estoy estancado y es frustrante.

Xavier sonrió maliciosamente en ese instante.

— Bueno, tengo una idea, la hija de Gregori Nekrásov a vuelto al país y harán una enorme fiesta por su bienvenida y cumpleaños, ¿Qué te parece ir conmigo? Analizar la situación y tomar una decisión.

Nathaniel veía seriamente a su amigo, sin más opciones y por más de dos años intentando encontrar a los culpables en vano… Aceptó ir con él.

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