James Pasaron dos meses, todo volvía a una aparente normalidad. Poco a poco la manada se lamia sus heridas y esperaban sanar. Todos menos yo, Mi dolor aún cuál el primer día. Extrañaba su sonrisa, su aroma, su candor. Recordaba lo felices que habíamos sido y ahora ya no quedaba nada. Su aroma, ya había días que había desaparecido. Soñaba despierto con verla pasar por el umbral, con oírla retarme y con su casual irreverencia, por qué así era ella. Iván ven ahora- llame a mi mano derecha- estoy en lo que queda de mi sala de estar-. El día que envía a Camille con su padre, me emborrache de perder el control, la irá y la impotencia me dominaron, así que arrase con todo a mi paso. Toda la casa estaba destrozada, bueno no toda su habitación permanecía intacta. Desperté al día siguiente afuera de su puerta y recostado en el piso. Wao James, un ciclón paso por la puerta y destruyó todo?- dijo Iván con tono de sorpresa. No le di importancia, - manda arreglar todo, pero nadie puede e
Nicolás La Primera noche con ella decidí que debía esperar, ella tenía la marca de otro lobo en su cuerpo, señal de que esté aún no había renunciado a ella. Eso me molestó de alguna manera. Me preguntaba que habría vivido como para desear desesperadamente salir de ahí, aún sin saber cuál sería su destino. Su actitud precavida, me decía que ella no confiaba en mí, pero no la juzgaba. Me ganaría su confianza tarde o temprano. - tranquila no me aprovecharé de ti - trate que se relajara. Sus emociones se reflejaron en su rostro transparente, intriga, duda, desconcierto. Soy Nicolás Aspen, Alpha de la manada de Sombras- Trate de dar una sonrisa para bajar la tensión entre nosotros. - Así que tú eres? - Quería conocerla, quería saber todo de ella, su respuesta me molesto- Solo una humilde esclava, sin valor Alpha Nicolás- Esclava- repetí yo sopesando la respuesta, era ver qué habían sido traídas por la fuerza, pero por lo menos durante el tiempo en el que había sido alfa no h
Sarah Levanté la vista de lo que tenía frente a mí, era Nicolás que me miraba con atención. - Cuánto tiempo llevas ahí? - pregunté.- No mucho- mintio, restándole importancia, se miraba cansado y me pregunte cuánto tiempo tenía sumida en mis asuntos. Solía perderme por horas cuando algún proyecto me apasionaba, y adecuar el nido, aunque era pequeño me emocionaba. Se que tal vez estoy abusando, pero... - comencé a hablar nerviosa, por qué era tan difícil hablar con este hombre?. -Descubri que el nido necesita varios cambios- Se quedó en silencio, y temi realmente está vez haberme pasado de la raya. No pude evitar el rugir de mi estómago, no sabía cuánto tiempo tenía sin probar bocado. Su mirada se iluminó cuando me dijo - Discutamos con una cena - Acepte con gusto, pero no podría llevar todo lo que tenia esparcido por el suelo por lo que estire los dedos y atrapé una hoja, en la que tenía lo que yo creía era más importante. ---- Cómo ya era tarde, las Omegas del castill
Yo soy la Luna de esta manada - Le grite con mi voz cargada de irá, de rabia, de decepción y tristeza. - No puedo rechazarla, comprende - Me decía James en tono de súplica, con la mirada clavada en mí y las lágrimas a punto de caer. Que buen actor, pero; su truco ya no funciona. Conocí a James cuando tenía dice y él 15, en un coto de caza. No cazamos igual que los humanos, no obstante, es algo natural en nosotros. El sentimiento de libertad, la adrenalina de la competencia. Compartimos una presa, y yo aún ilusa quedé fascinada con el guapo hijo del Alpha. Que tonta, era el típico cliché de la huérfana y el niño rico. Nos volvimos más cercanos a medida que paso el tiempo. Nos convertimos en una pareja, esperando ser una pareja destinada, no lo sabríamos hasta que yo tuviera mi espíritu salvaje, mi loba. Pronto James se convirtió en Alpha, cuando sus padres una pareja destinada decidieron que ya era tiempo de disfrutar de sus vidas y que él tomase el control. Después de dos año
Corrí toda la noche, hasta que el cansancio fue mayor que mi dolor. Mi hogar frente a mi, yacía inerte, entre las sombras sempiternas de la noche, imperturbable. Entre desnuda, en mi forma humana, mi cuerpo empapado, mi mente dispersa y ahí estaba él. Solo lo ignore, pase de largo. Me dirigí al cuarto de baño, tome una ducha caliente, tan larga como pude, y cuando no pude retrasarlo más entre en la recámara, él no estaba ahí. llore bajo las sábanas hasta quedarme dormida. Desperté al medio día, sin ánimos trate de cumplir con mis obligaciones, ante todo era aún la Luna y la manada era lo primero. James. Sarah me ignoro por días, con diligencia atendió los asuntos de la manada. No obstante, me evitaba. Me volvía loco, su indiferencia, su mirada vacía. No era mi culpa, o tal vez si. Debí de rechazarla, estaba dispuesto a hacerlo. Blaze en mi cabeza aullaba de desesperación por marcarla, por poseerla. Salí al Jardín tras ella, abandonando mi luna. turbado por ese aroma afrutado t
Sarah Después de esa cena, se le veía malhumorado. Sabía que su lobo rogaba que fuera por ella, y el parecía resistirse a ello. Sabía en mi corazón que lo estaba perdiendo, que tarde o temprano vería entrar por esa puerta la figura que me atormentaba. Me encontraba examinando unos papeles, cuando un grupo de lobas a mi servicio golpeó a mi puerta. - Luna, Luna Sarah -, hice un ademán con mi mano, ordenando que les dejaran entrar, además de una mirada severa para que nos dejarán a solas. El Alpha, ha traído a una extraña. Les vieron cruzar los límites.- mordí el interior de mi mejilla, tratando de disimular, debía de permanecer en aparente calma y fingir que no me importaba. - Hay rumores de que ha traído una amante, otros dicen. que podría ser su compañera destinada-, lo manejé de la mejor manera - Ustedes creen eso - Me miraron perplejas, tal vez esperaban que le arrancará la cabeza. Sonreí ante tal pensamiento, pero, no caería en su juego. - Luna, no sabes que pasará si so
Pasaron un par de semanas sin contratiempos. En apariencia todo era igual que antes. Solo en apariencias. Mi marido, cada vez olía más a ella, al grado de que ya ni siquiera me molestaba en darle importancia. Me dolía, más primero era la manada. No obstante una tarde, llamaron a la puerta de mi despacho con singularidad. Se puede pasar? - preguntó aquella intrusa, sin esperar una respuesta de mi parte. - Ya estás adentró - conteste con aburrimiento. - Deseaba mucho conocerla, no tenemos por qué ser enemigas...- la mire de soslayo, mientras firmaba unos papeles. Y tú quién eres?- pregunté, aunque conocía la respuesta. - Oh, Luna no te enfades con esta tonta Omega, me llamo Camille soy la hija del Beta Daniel, de la manada Bloodline- dijo con fingida inocencia. - Sus ojos marrones, su figura delgada y pequeña, sus músculos débiles. No era apta para luchar, era una pena. Veo que ya se conocieron- dijo James nada más cruzar el umbral, asentí sin mucho ánimo. Era un gusto conocer a
las palabras que había expresado Michelle, me mostraban otro panorama, aún más dramático de lo que yo había pensado. De vuelta a casa, no paraban de dar vueltas en mi cabeza. Si él la reclamaba, si no la rechazaba. Cómo pareja del Alpha, solo él podría rechazar; para mí, esa no era una opción. Ninguna Loba rechazaría a un Alpha, por qué se convertiría en renegada. Tendría que abandonar la manada y en ninguna otra le darían asiló, por muy buenas relaciones que alguna vez hubiera tenido. Si fuera un Lobo normal, yo lo habría rechazado ya? esa pregunta rondaba mi cabeza. -Ojalá también nosotras encontráramos a nuestra pareja destinada- Hanna suspiraba en mi interior. De pronto una sensación de dolor atravesó mi pecho, una sensación parecida a ser quemada viva, Hanna aullaba de dolor en mi cabeza, yo no podía soltar algún sonido. Sentía que me moría, y el dolor no acababa. Me recolque por el suelo, no podía ponerme de pié. Sabía lo que estaba pasando, sabía que tarde o temprano pa