LIAM Daniela trepa por mi cuerpo como una felina, y sus ojos grises parecen negros por el deseo que reflejan. El corazón parece que me va a explotar por la excitación que su pequeña figura sobre mí provoca. Se acerca hasta mis labios y me besa desenfrenadamente; recorro con mis yemas la punta de sus senos y la siento estremecer. Me saboreo por volver a probarla.La primera vez que lo hicimos, todo fue bastante suave y delicado, su fragilidad me obligó a ser en extremo cuidadoso y, a decir verdad, lo disfruté bastante.Hoy, es ella quien marca el ritmo entre los dos. Muerde mis labios como si de su fruta favorita se tratase, baja por mi cuello y sigue un camino de besos que van desde mi clavícula hasta mi abdomen.La vista es increíble, ella, la chica más inocente y tímida que he conocido, saboreando la piel de mi abdomen con su lengua, es…Baja por mi cuerpo sin prisa, tomándose todo el tiempo del mundo, lo cual me tiene más que excitado. Sus ojos conectan con los míos, y su mirada
LIAM Nunca en la vida me había sentido tan solo como me siento ahora, la casa parece más grande de lo que en realidad es, cada sonido hace eco por el lugar y, yo nunca lo había notado.Hasta mi cuerpo se siente vacío, hay un hueco en mi pecho que me ahoga, una constante preocupación que no logro calmar.Después de dejar instrucciones a la guardia en turno a cargo del Alfa, vine directamente a casa, pues no tenía ánimos de hacer nada más. La tarde entera se me fue, mirando un aburrido show de televisión al que no puse mucha atención.Ahora mismo me encuentro recostado en mi cama, revisando mi móvil cada dos minutos, esperando no sé qué. Desde que conseguí su número, he abierto mil veces una conversación que en realidad, nunca ha ocurrido. Me conformo con ver su foto de perfil, como un estúpido puberto. Estoy enfadado conmigo mismo por sentirme así. ¿A esto es a lo que se refieren los poetas cuando hablan de...?«¡Vaya mierda! Yo no quiero sentir esto»Arrojo el celular con coraje a
LIAMBusco entre la gente a Daniela, la encuentro en compañía de Azul, quien parece despedirse y decirle algo al oído. Guardo mi distancia unos metros más atrás y espero a que quede sola; sin embargo, cuando estoy por avanzar hacia ella, veo que Alex llega y besa su mejilla con familiaridad.No es sangre lo que en este momento pasa por mis venas, es fuego. Los celos me hacen caminar con los puños apretados y, de seguro, mi gesto es de terror. Me detengo junto a ellos y en un arranque machista, tomo a Daniela por la cintura y la pego a mi cuerpo.La chica voltea a verme, algo intimidada por nuestra cercanía, pero su expresión no es para nada lo que esperaba, parece enfadada conmigo, por alguna razón.—¿Nos vamos ya? —me dirijo a ella—. ¿O interrumpo algo? —pregunto a Alex bruscamente.—Solo le preguntaba a Dany si necesita que la lleve a casa.La manera en que se refiere a ella y su oferta de llevarla, aun sabiendo que ha venido conmigo, me hace enfurecer.Lo desafío con la mirada y di
DANIELA Los brazos de Liam me mantienen pegada a su pecho, absorbiendo el delicioso aroma de su piel; trato de separarme de él para ponerme algo encima, pues, por la emoción del momento, olvidé que continúo desnuda.Pongo mis manos en su pecho para tomar distancia, pero él me lo impide, acercando mi cuerpo de nuevo al suyo. Sonrío por ese simple acto.Disfruto un poco más de su tacto sobre mi espalda y el calor que emiten sus manos, pero de pronto el pudor me hace alejarme y cubrirme.Sé que es un gesto ridículo después de lo que acabamos de hacer, pero, permitir que me vea completamente desnuda, de manera consiente y fuera de la excitación, aún me da mucha pena. Liam me suelta, pues se da cuenta de mi incomodidad, y yo me agacho para recoger mi vestido, pero no me deja tomarlo, en cambio me ofrece su camisa. Lo dudo un poco, pero la tomo y me la pongo. Solo cubre hasta la mitad de mis muslos, pero me hace sentir más segura.Él se inclina para recoger mi vestido, y cuando lo tiene e
LIAM Salgo de casa de Daniela muy a mi pesar, he de admitir que no deseaba irme, esperaba poder pasar este día a su lado. Ya no sé lo que me pasa, y la verdad no me importa, mis ganas de ella no hacen mas que incrementar; cada momento a su lado me llena de una extraña sensación de paz, que hacía bastantes años no experimentaba. Su belleza es innegable, incluso cuando la molestaba por su carácter, nunca me atreví a comentar algo al respecto; aunque quisiera, no podría mentir de tal manera. Jamás pensé que podría ser un hombre que disfrutara de las atenciones de una mujer, por el contrario, mi idea de interacción se limitaba al sexo y a la mera convivencia entre dos personas de manera respetuosa; si algún día llegué a imaginarme con una pareja, mi único deseo era respetar y ser respetado. Pero Daniela ha ido mucho más allá de mis límites, me avergüenza reconocer el enorme placer que sentí ante su dulce tacto, cómo sus caricias hicieron vibrar un lugar en mi pecho que pensé insensib
DANIELASi pudiera elegir un momento de mi vida, y congelarlo para que dure por toda la eternidad, sería este; cuando me encuentro recostada sobre el pecho del hombre que me vuelve loca en más de una forma, mirando las estrellas y, disfrutando de la paz que no había sentido nunca. Irónicamente, él es el causante de todas mis inseguridades y, a su vez, también lo es de toda la felicidad que he sentido en estos últimos días a su lado.No puedo negar que muero de miedo, de que todo esto sea solo una ilusión, una absurda fantasía que mi mente ha creado para sobrellevar tantos años de tristeza. Puede ser que ahora mismo me encuentre en la soledad de mi habitación, soñando con lo que tanto deseo y abrazando mi almohada, en vez de Liam.—¿En qué piensas? —Su voz irrumpe en mis pensamientos, confirmando que no es una ilusión, que estoy con él y, esto es verdad.—En ti —confieso sin pensarlo—. En esto. —Me corrijo—. Aún no puedo creer que estemos así...—¿Cómo? ¿Juntos, sin discutir? —cuestio
DANIELAEntre lágrimas, limpio el desorden que causó Liam, tratando de no lastimar mi mano herida. Después de recoger los vidrios y ordenar la cocina voy a mi habitación y me recuesto en la cama, recapitulando una y otra vez lo que acaba de pasar, intentando descifrar por qué él actúo de esa manera. Conozco mejor que nadie su temperamento, su crueldad, de la cual por años fui víctima, pero; en todos esos años, jamás lo observé ser injusto con nadie más.Considero a Liam un hombre por demás inteligente y, la agresividad que mostró esta noche con esa pobre anciana, debe tener alguna razón, algún motivo que desconozco. Me niego a creer que todo lo que hizo solo se debe a mi imprudencia al dejarla entrar a la casa. Además, ¿cómo se enteró de eso?Mi mano punza por el dolor que produce la herida, pero más que eso, porque es un recordatorio de los alcances que puede llegar a tener Liam.Escucho cuando llega Azul y entra a la casa, toca la puerta de mi recámara y al no recibir respuesta, ab
LIAM La quietud del bosque a estas horas de la mañana me arrulla, mas el suave murmullo de los árboles, no hace nada por apaciguar el malestar que me aqueja desde hace dos días, por el contrario; tanta paz no hace sino recordarme a cierta persona que atormenta mi mente y me hace sentir más hundido de lo que ya me encuentro.El clima frío anestecia un poco mi cuerpo, que se siente arder de solo pensar en ella, y prefiero concentrarme en eso por el momento.Aún sigo impresionado por la manera en que encontramos ayer al Alfa: en medio del bosque, inconsciente, en su forma lobuna y sin la fuerza para poder transformarse. No dejo de pensar que, posiblemente ese es el futuro que me espera a mí si decido rechazar a Daniela, o ella lo hace primero. En este momento ya no estoy seguro de nada. Una discusión en la cabaña me saca de mis pensamientos, al escuchar el nombre que me hace correr en esa dirección, con la intención de intervenir en lo que sea que esté sucediendo.—¿Qué otra cosa tení