VickyLa manada es una locura desde que Daniela, la mejor amiga de mi cuñada Azul desapareció. Todo el mundo anda decaído por aquí, en especial Liam, su compañero; el chico arrogante que siempre la trató mal, ahora la ama con todo su ser y, quisiera decir que se merece todo lo que está sufriendo, sin embargo, me apena verlo así.Muy en el fondo, desearía que alguien un día llegara a amarme de esa manera, que a pesar de todos los obstáculos que enfrentáramos, tuviéramos ese momento de revelación en el que nos damos cuenta de cuánto nos queremos y que no podemos vivir el uno sin el otro. Pero eso es una vil fantasía, porque desgraciadamente, mi vida ya se encuentra unida al diablo con rostro de Dios que odia a mi familia por sobre todas las cosas.«Incluyéndome a mí»La mayor parte del tiempo debo fingir que no pasa nada, que me encuentro de lo mejor con la situación a la que me enfrento todos los días en mi nuevo “hogar”, que estoy conforme con los designios de la luna y que aprenderé
Daniela—No, por favor, pare —pido sollozando al hombre que acaricia mis piernas sin pudor y su risa en mi cuello me provoca arcadas de asco cuando comienza a lamer mi piel. Su mano se acerca cada vez más a mi zona íntima y mi cuerpo se sacude con espanto al sentir cómo me recuesta en el piso y se posa sobre mí.—¡Alto! —dice una voz ronca y enfurecida desde la puerta, mis esperanzas se asoman y vuelvo a respirar cuando el desgraciado se retira de encima—. ¡¿Qué mierdas crees que estás haciendo imbécil?! —masculle iracundo.Encojo mis piernas y las pego a mi pecho en posición fetal, tratando de protegerme de cualquier amenaza, aunque estoy segura de que no servirá de nada si lo que pretenden es hacerme daño.—Solo me divertía un poco, no es para tanto —responde mi agresor.—Solo te divertías ¿Eh? —Repite el segundo hombre—. Con lo mío.Su seguridad me hace voltear a verlo con horror, pero claro ¿Cómo pude pensar que alguien me salvaría sin segundas intenciones?—Ya, hombre. No te enoj
Narrador omniscienteAún era de madrugada cuando las manadas de Luna creciente y Luna roja se congregaron en el salón de asambleas de la casa Verti. El número de lobos que habían reunido entre ambas, se asemejaba a un pequeño ejército de alrededor de cien hombres; repitieron la estrategia una vez más y se dispusieron a prepararse para partir a la misión de rescate.El corazón de Liam latía con fuerza, pues sabía, que en el mejor de los casos tendrían éxito, regresarían con su pareja sana y salva y, con el favor de la Luna, no habría pérdidas. Pero, no dejaba de ser consciente de que podía pasar todo lo contrario: podría morir en la misión, pero no era eso lo que en verdad le preocupaba; Daniela podría no seguir con vida para cuando ellos llegaran a su rescate, podría haber sido dañada de alguna terrible e irreparable manera, podría haber tantas muertes, de tantas personas inocentes, y aun así no lograr su objetivo… ¡Mierda! Podrían pasar tantas cosas en esa misión, que su cabeza se ll
Narrador omniscienteUn sentimiento amargo atravesó el pecho de Daniela al ver a aquel hombre que, en otras circunstancias, debería ser parte de su familia, no la causa por la que ella se encontrara en manos de quien mató a sus verdaderos padres.—¿P-por qué? —preguntó al hombre que se mostraba ante ella como una visión del futuro que le esperaba a su pareja. El hombre de ojos mieles, que la observaba con prepotencia desde todo lo alto que le permitía su estatura.—¿Por qué no? —respondió el padre de Liam con una pregunta burlona.Él la observó con indiferencia, era una chica hermosa y notablemente tímida. Sabía por los rumores que circulaban sobre su hijo y ella, que era una Omega insignificante y pusilánime sin ningún rasgo sobresaliente, pero, lo que en realidad no se esperaba, era encontrar a una delicada y bella jovencita que lograba acaparar toda su atención. Sin duda no era sencilla como le hicieron creer; en cambio, entendía por completo que Liam se encontrara encaprichado con
DanielaEl cuerpo de Liam yace sobre un charco de sangre que se extiende más y más conforme pasan los segundos. El corazón se me quiere salir del pecho por el miedo de perderlo. Me estiro todo lo que me permiten las malditas cadenas, hasta que mi piel duele por el roce del metal, y aun así no lo alcanzo.—¡Liam, amor, por favor despierta!—Está muerto, loba terca —espeta con veneno Héctor—. Te lo advertí, te dije que mataría a tu compañero en cuanto tuviera la oportunidad. Tú eres mía ahora, y juntos vamos a criar a ese lobo bastardo que llevas en las entrañas.Todos mis sentidos se agudizan y mi loba despierta en mi interior, deseando salir y destrozar todos y cada uno de los huesos del infeliz que me ha arrebatado a mis padres, a Liam y ahora, amenaza con dañar a lo más sagrado que la vida me ha dado. Este pequeño ser que cargo en mi vientre, no se merece vivir atado a un monstruo como él. No lo permitiré.Mi respiración se agita y siento la necesidad de cambiar ahora. Pienso en lo
LiamVeo a Daniela salir del sótano en el que nos encontramos sin poder hacer nada al respecto, mi recuperación está siendo más lenta de lo que me gustaría y el temor de que puedan dañarla invade mi sistema obligándome a ponerme de pie.—¿Qué haces? —pregunta Sarah juntoa mí—. Aún no estás bien, solo vas a lastimarte más.—N-no importa —murmuro con dificultad—. Daniela… no puedo dejar que vaya ahí sola, van a lastimarla.—Es una chica fuerte —asegura—. ¿Viste la manera en que me dominó? —cuestiona impresionada.—Sí, pero, mientras desconozca lo que es capaz de hacer, no podrá utilizarlo en contra de nadie. Camino despacio y apenas doy unos cuantos pasos, me encuentro con el cuerpo inerte de mi padre, inmediatamente recuerdo lo sucedido, y la manera en que se arrojó cubriendo mi cuerpo con el suyo cuando adivinó que ese maldito iba a disparar en mi dirección. Un rastro de culpa y dolor atraviesa mi interior al verlo así: su pecho no se levanta, y su cuerpo ha perdido el color natural.
Daniela—¡Dany! —Azul me abraza con fuerza en cuanto abro la puerta de la casa, aún me encuentro con Liam, en lo que decidimos qué haremos con nuestro futuro; mis padres ya han venido a verme y no querían separarse de mí, pero al ver que estoy a salvo con mi compañero y más feliz que nunca, accedieron a darnos nuestro espacio.—¡Amiga!—He traído algunas de tus cosas, ahora que eres una mujer con pareja y ¿supongo que vivirán juntos? —pregunta sorbiendo por la nariz, mientras limpia algunas lágrimas de su rostro—. No sabes cuánto miedo tuve de perderte. —Me abraza nuevamente.Mis propias lágrimas no se hacen esperar al sentir el cariño que emana de mi amiga -mi hermana por elección-, además, las hormonas del embarazo me mantienen en una montaña rusa de emociones y cambios de humor, que no sé qué será del pobre de Liam ahora que debamos convivir a diario.—Yo también tuve miedo de no volver a verte, Azul —sollozo entre sus brazos.Nos adentramos a la casa una vez que estamos más tranqu
DANIELA«Sé siempre amable, no levantes la voz, sé discreta y no llames la atención» Son frases que me repito diariamente como si fueran un mantra de vida; mi receta personal para ser invisible. Hasta ahora me ha funcionado bastante bien, no soy nadie en la manada, nadie parece notarme demasiado y, eso me encanta.Si desaparezco mañana, no habrá quien sufra mi ausencia... bueno, a excepción de mis padres y mi amiga Azul. Ella en cambio es un rayo de luz en donde quiera que se encuentre, siempre tan alegre, ve la diversión hasta en la situación más desafortunada. En ocasiones me pregunto por qué sigue siendo mi amiga. Yo la adoro; mataría por ella y sé que el cariño es mutuo. El tiempo que he pasado con Azul fuera del pueblo ha sido el más solitario de mi vida.Voy al trabajo y regreso a casa, ocasionalmente hago algunas compras necesarias y ya. Mi rutina es tranquila, me gusta, pero de vez en cuando extraño las locuras de mi amiga. Sin ella me he vuelto una ermitaña.Estoy dando mis p