LIAMBusco entre la gente a Daniela, la encuentro en compañía de Azul, quien parece despedirse y decirle algo al oído. Guardo mi distancia unos metros más atrás y espero a que quede sola; sin embargo, cuando estoy por avanzar hacia ella, veo que Alex llega y besa su mejilla con familiaridad.No es sangre lo que en este momento pasa por mis venas, es fuego. Los celos me hacen caminar con los puños apretados y, de seguro, mi gesto es de terror. Me detengo junto a ellos y en un arranque machista, tomo a Daniela por la cintura y la pego a mi cuerpo.La chica voltea a verme, algo intimidada por nuestra cercanía, pero su expresión no es para nada lo que esperaba, parece enfadada conmigo, por alguna razón.—¿Nos vamos ya? —me dirijo a ella—. ¿O interrumpo algo? —pregunto a Alex bruscamente.—Solo le preguntaba a Dany si necesita que la lleve a casa.La manera en que se refiere a ella y su oferta de llevarla, aun sabiendo que ha venido conmigo, me hace enfurecer.Lo desafío con la mirada y di
DANIELA Los brazos de Liam me mantienen pegada a su pecho, absorbiendo el delicioso aroma de su piel; trato de separarme de él para ponerme algo encima, pues, por la emoción del momento, olvidé que continúo desnuda.Pongo mis manos en su pecho para tomar distancia, pero él me lo impide, acercando mi cuerpo de nuevo al suyo. Sonrío por ese simple acto.Disfruto un poco más de su tacto sobre mi espalda y el calor que emiten sus manos, pero de pronto el pudor me hace alejarme y cubrirme.Sé que es un gesto ridículo después de lo que acabamos de hacer, pero, permitir que me vea completamente desnuda, de manera consiente y fuera de la excitación, aún me da mucha pena. Liam me suelta, pues se da cuenta de mi incomodidad, y yo me agacho para recoger mi vestido, pero no me deja tomarlo, en cambio me ofrece su camisa. Lo dudo un poco, pero la tomo y me la pongo. Solo cubre hasta la mitad de mis muslos, pero me hace sentir más segura.Él se inclina para recoger mi vestido, y cuando lo tiene e
LIAM Salgo de casa de Daniela muy a mi pesar, he de admitir que no deseaba irme, esperaba poder pasar este día a su lado. Ya no sé lo que me pasa, y la verdad no me importa, mis ganas de ella no hacen mas que incrementar; cada momento a su lado me llena de una extraña sensación de paz, que hacía bastantes años no experimentaba. Su belleza es innegable, incluso cuando la molestaba por su carácter, nunca me atreví a comentar algo al respecto; aunque quisiera, no podría mentir de tal manera. Jamás pensé que podría ser un hombre que disfrutara de las atenciones de una mujer, por el contrario, mi idea de interacción se limitaba al sexo y a la mera convivencia entre dos personas de manera respetuosa; si algún día llegué a imaginarme con una pareja, mi único deseo era respetar y ser respetado. Pero Daniela ha ido mucho más allá de mis límites, me avergüenza reconocer el enorme placer que sentí ante su dulce tacto, cómo sus caricias hicieron vibrar un lugar en mi pecho que pensé insensib
DANIELASi pudiera elegir un momento de mi vida, y congelarlo para que dure por toda la eternidad, sería este; cuando me encuentro recostada sobre el pecho del hombre que me vuelve loca en más de una forma, mirando las estrellas y, disfrutando de la paz que no había sentido nunca. Irónicamente, él es el causante de todas mis inseguridades y, a su vez, también lo es de toda la felicidad que he sentido en estos últimos días a su lado.No puedo negar que muero de miedo, de que todo esto sea solo una ilusión, una absurda fantasía que mi mente ha creado para sobrellevar tantos años de tristeza. Puede ser que ahora mismo me encuentre en la soledad de mi habitación, soñando con lo que tanto deseo y abrazando mi almohada, en vez de Liam.—¿En qué piensas? —Su voz irrumpe en mis pensamientos, confirmando que no es una ilusión, que estoy con él y, esto es verdad.—En ti —confieso sin pensarlo—. En esto. —Me corrijo—. Aún no puedo creer que estemos así...—¿Cómo? ¿Juntos, sin discutir? —cuestio
DANIELAEntre lágrimas, limpio el desorden que causó Liam, tratando de no lastimar mi mano herida. Después de recoger los vidrios y ordenar la cocina voy a mi habitación y me recuesto en la cama, recapitulando una y otra vez lo que acaba de pasar, intentando descifrar por qué él actúo de esa manera. Conozco mejor que nadie su temperamento, su crueldad, de la cual por años fui víctima, pero; en todos esos años, jamás lo observé ser injusto con nadie más.Considero a Liam un hombre por demás inteligente y, la agresividad que mostró esta noche con esa pobre anciana, debe tener alguna razón, algún motivo que desconozco. Me niego a creer que todo lo que hizo solo se debe a mi imprudencia al dejarla entrar a la casa. Además, ¿cómo se enteró de eso?Mi mano punza por el dolor que produce la herida, pero más que eso, porque es un recordatorio de los alcances que puede llegar a tener Liam.Escucho cuando llega Azul y entra a la casa, toca la puerta de mi recámara y al no recibir respuesta, ab
LIAM La quietud del bosque a estas horas de la mañana me arrulla, mas el suave murmullo de los árboles, no hace nada por apaciguar el malestar que me aqueja desde hace dos días, por el contrario; tanta paz no hace sino recordarme a cierta persona que atormenta mi mente y me hace sentir más hundido de lo que ya me encuentro.El clima frío anestecia un poco mi cuerpo, que se siente arder de solo pensar en ella, y prefiero concentrarme en eso por el momento.Aún sigo impresionado por la manera en que encontramos ayer al Alfa: en medio del bosque, inconsciente, en su forma lobuna y sin la fuerza para poder transformarse. No dejo de pensar que, posiblemente ese es el futuro que me espera a mí si decido rechazar a Daniela, o ella lo hace primero. En este momento ya no estoy seguro de nada. Una discusión en la cabaña me saca de mis pensamientos, al escuchar el nombre que me hace correr en esa dirección, con la intención de intervenir en lo que sea que esté sucediendo.—¿Qué otra cosa tení
DANIELA —¿De qué hablas? —exige saber Liam—. ¿A qué te refieres con que no pudiste detenerla?—¡A mi loba! —digo con desesperación—. No puedo controlarla. Esto no debió pasar.—¡Espera! —grita, mientras se viste y yo trato de alejarme—. Daniela, no te vayas así.—¡Aléjate de mí! —¿Yo cómo iba a saber? Sé que tiene razón, pero, en este momento es la última persona a la que quiero ver. Me toma del antebrazo, dándome vuelta hacia él, pero la vergüenza me impide enfrentarlo. Lo que hicimos no debió suceder, no de esta manera por lo menos.Siempre imaginé que la primera vez que me entregara a mi pareja de esta forma, sería después de nuestra unión, cuando tuviéramos la suficiente confianza el uno en el otro, no así.Ahora mismo odio a mi loba y me odio a mí misma por no poder controlarla. Cuando tomó mi cuerpo se lo permití, pues pensé que deseaba salir y explorar el bosque, a decir verdad, yo también lo necesitaba; pero cuando me di cuenta de a dónde se dirigía, traté con todas mis fu
DANIELAHa pasado un mes desde que Azul se fue de la manada y, son pocas las veces que he podido hablar con ella. Ocasionalmente conversamos sobre nuestros trabajos y lo mucho que nos extrañamos mutuamente, a pesar de que no lo expresa, sé que se siente muy sola al igual que yo; sin ella en casa, me he sumido en una profunda tristeza de la que no logro salir.Fui una ilusa al pensar que todo mejoraría entre Liam y yo, lamentablemente ha sido todo lo contrario. Los arrebatos de mi loba han seguido sucediendo, con menos frecuencia gracias a la Diosa, pero en todas y cada una de las ocasiones, el idiota de Liam ha ignorado mis súplicas y se ha aprovechado de mi estado para tomar mi cuerpo a su antojo.Toda la vergüenza que en un principio sentí, hoy se ha convertido en un profundo resentimiento. Desgraciadamente aún no puedo decir que lo odio, pues sé que muy en el fondo, sigo sintiendo una necesidad de tenerlo cerca y de saber que se encuentra con bien.El amor no es un síntoma, es una